jueves, 26 de febrero de 2015

HUMANIDAD

"Hay un lugar llamado humanidad
un bosque húmedo después de la tormenta
donde abandona el sol los ruidosos colores del combate
una fuente un arroyo una mañana abierta desde el pueblo
que va al campo montada en borrico
Hay un amor distinto un rostro que nos mira de cerca
pregunta por la época nueva de la siembra
e inventa una estación distinta para el canto
una necesidad de hacer todas las cosas nuevamente
hasta las más sencillas
lavarse en las mañanas mecer al niño cuando llora
o clavetear la caja del abuelo
sonreír cuando alguien nos pregunta
el porqué de la pobreza del verano y sin hablar
marchar al bosque por leña para avivar el fuego
Hay un lugar sereno un recobrado y dulce lugar llamado
humanidad"


DELFIN PRATS

jueves, 19 de febrero de 2015

LAICICIDAD DEL EVANGELIO


“Los relatos, que ofrecen los evangelios, son la historia del enfrentamiento de Jesús con las raíces del fundamentalismo religioso. Jesús, en efecto, comprendió que el mayor peligro, para la religión y para la humanidad, está precisamente en el sometimiento incondicional a los rituales religiosos, de forma que la sumisión a tales rituales se antepone al sufrimiento humano, a los derechos humanos, a la dignidad de las personas y a la vida misma. Esto es lo que Jesús no toleró en modo alguno. Y por esto precisamente fue por lo que los dirigentes de la religión vieron que el proyecto de Jesús era incompatible con el proyecto que ellos defendían por encima de todo”.

“La fe en Dios y el respeto a Dios consiste, ante todo y sobre todo, en defender la vida, respetar la vida, promover los derechos y la dignidad de los seres humanos, hasta que la igualdad en derechos, y la libertad en creencias y convicciones, estén garantizadas para todos”.

“En nuestra vida somos más estrictos observantes de los rituales religiosos que estrictos cumplidores de las exigencias éticas que tendríamos que cumplir como ciudadanos ejemplares. Reducimos nuestra religiosidad a determinadas prácticas rituales, al tiempo que excluimos de nuestra religiosidad el respeto, la tolerancia, la sensibilidad ante el sufrimiento, sobre todo el sufrimiento de los más débiles. Y así sucesivamente. Hasta llegar a hacer compatible la estricta observancia de la religión con la violencia más brutal ante todo aquello con lo que no estamos de acuerdo”.

“Los individuos, desde la niñez, y la sociedad en general al igual que la cultura, asimilan con más facilidad y claridad la fe en los ritos que la fe en Dios. Es frecuente que la gente se aferre a las observancias rituales, en tanto que la seguridad y la claridad, en lo que concierne a Dios, resulta para muchos algo problemático, quizá dudoso y, en todo caso, un sentimiento amenazado por la oscuridad. Las observancias rituales tranquilizan las conciencias. El asunto de Dios es, para muchos, un problema nunca resuelto y que, tantas veces, se vive como un misterio o, al menos, como un enigma”.

“Los fundamentalistas religiosos centran de tal manera (y hasta tal extremo) su vida y sus intereses en la fiel observancia de los rituales sagrados, que anteponen esa observancia a la vida misma. La vida de quien sea y en lo que sea. Hasta el extremo de estar dispuestos a matar, o dejarse matar, con tal de no permitir que la sociedad democrática, laica y secular se sobreponga a la sociedad condicionada y sumisa a las exigencias de la religión”.



(José María Castillo)

martes, 17 de febrero de 2015

CON LA SEÑAL DE LA CRUZ

“ Me santiguo con la señal de la cruz. En cierto modo, es como si grabara tu divino amor en mi cuerpo para cerciorarme de que todo cuanto hay en mí, y en torno a mí, es amado.

Toco mi frente con mi mano derecha y pienso que fuiste tú quien me pensó y me creó.

Hago que la cruz de tu amor descienda hasta mi vientre, hasta mi vitalidad y sexualidad, y te doy gracias por haber querido asumir mi condición humana.

Llevo a continuación mi mano desde el hombro izquierdo hasta el derecho y te pido
que transformes mi torpeza en acierto,
que unifiques en mí lo consciente con lo inconsciente,
los deseos con los hechos,
lo femenino con lo masculino
y que en todas las partes de mi cuerpo y de mi alma tu amor sanante y transformador se difunda hasta el último resquicio.


‘Tú eres quien me sacó del vientre,
me tenías confiado en los pechos de mi madre,
desde el seno pasé a tus manos.
Desde el vientre materno, tú eres mi Dios’
Salmo 22,10-11  “

ANSELM GRÜN. La oración de cada día


sábado, 7 de febrero de 2015

LA BENDICIÓN ORIGINAL 2

En una entrada anterior presentamos algunas ideas que propone Matthew Fox en su libro La bendición original”, y ahora continuamos con el tema; el libro habla de cuatro vías para explicitar y comprender una espiritualidad y experiencia religiosa fundadas en la Creación como paradigma.

Estas vías son:
       Vía positiva: Hacernos amigos de la creación.

     Vía negativa: Hacernos amigos de la oscuridad, soltar y dejar ser. 

    Vía creativa: Hacernos amigos de la creatividad y de nuestra divinidad. 

  Vía transformadora: Hacernos amigos de la nueva creación: compasión, celebración, justicia erótica.

A través de estas cuatro vías el autor desarrolla toda una serie de temas que nos ayudan a una nueva comprensión de nuestra tradición religiosa, proponiéndonos además la lectura de autores espirituales no habituales en nuestras bibliotecas como el Maestro Eckhart, Juliana de Norwich e Hildegarda de Bingen, por citar algunos, además de habituales como santa Teresa y san Juan de la Cruz, 
Thomas Merton, etc.

Así apunta el libro en su contraportada: “La tradición religiosa de Occidente, basada en el platonismo y en el dualismo de Agustín de Hipona, es una teología de caída/redención y de la que deriva una espiritualidad que enfatiza la voluntad, la penitencia y la renuncia a uno mismo. Ante ello, La Bendición Original presenta una Teología que, devolviéndonos nuestra relación original con el cosmos,  es una teología que responde con creces a los retos del hombre del siglo XXI, nos libera espiritualmente y nos abre a la alegría y a la belleza cósmicas, al ecumenismo, a una nueva manera de orientar la espiritualidad, la sexualidad, la economía, el trabajo, la política, el arte y el culto”.

El propósito último del libro es recordarnos que todos estamos llamados a ser co-creadores, es decir, a continuar la acción creadora de la palabra de Dios (Dabhar) participando en la transformación de la realidad, las estructuras sociales y
 la religión.


Me gustaría poder compartir en el blog algunas de los temas que este libro desarrolla o propone, siempre de manera breve, y dentro de estas cuatro vías, así como algunos textos breves de diversos autores que ayudan a interiorizar dichos temas a través de la meditación personal. Espero tener tiempo y oportunidad 
para ello.