jueves, 23 de diciembre de 2010

ACÓGEME, AMOR

Oración de Xabier Lete a Lourdes Iriondo, su mujer fallecida

 
Acógeme, amor, en el último día,
tómame en tus brazos
cuando cruce el umbral de la terrible frontera,
que de ti recoja caricias y sonrisas,
que en la claridad de las praderas de lo alto
reanudemos el amor primero
cuando la brisa limpie de arrugas nuestras frentes,
sé que tú me aguardas
no sé cómo, no sé dónde
pero que la asombrosa ventura de alguna divinidad no impida
ese reencuentro llegada la hora,
en tu palabra me fío
en aquella serenidad con la que te fuiste,
acógeme, amor, en el día de la gran cuenta,
no espero al sonar de las trompetas
no aguardo a los coros de los ángeles,
para que aquella deuda pudiera ser perdonada
y aquella culpa enjugada...
entonces sería yo tuyo para siempre
bueno para siempre, sin mancha, digno,
entonces seríamos para siempre el uno del otro,
acógeme, mi amor, en el último día,
ven hacia mí y cariñosa, sonriente,
llámame por mi nombre
para que yo sea
salvados juntos y glorificados en el amor para siempre.

jueves, 9 de diciembre de 2010

FELICES...

Bienaventuranzas del Adviento

Felices quienes siguen confiando, a pesar de las muchas circunstancias adversas de la vida.
Felices quienes tratan de allanar todos los senderos: odios, marginaciones, discordias, enfrentamientos, injusticias.
Felices quienes bajan de sus cielos particulares para ofrecer esperanza y anticipar el futuro, con una sonrisa en los labios y con mucha ternura en el corazón.
Felices quienes aguardan, contemplan, escuchan, están pendientes de recibir una señal, y cuando llega el momento decisivo, dicen: sí, quiero, adelante, sea, en marcha…
Felices quienes denuncian y anuncian con su propia vida y no sólo con meras palabras.
Felices quienes rellenan los baches, abren caminos, abajan las cimas, para que la existencia sea para todos más humana.
Felices quienes acarician la rosa, acercan la primavera, regalan su amistad y reparten ilusión a manos llenas con su ejemplo y sus obras.
Felices quienes cantan al levantarse, quienes proclaman que siempre hay un camino abierto a la esperanza, diciendo: “No tengáis miedo, estad alegres. Dios es como una madre, como un padre bueno que no castiga nunca, sino que nos acompaña y nos alienta, pues únicamente desea nuestra alegría y nuestra felicidad”.

(Miguel A. Mesa)

jueves, 2 de diciembre de 2010

APRENDE A CONOCER AL HOMBRE QUE TE HABLA...

Bien sabes que todos tenemos hambre:
Hambre de pan, hambre de amor, hambre de conocimiento, hambre de paz, hambre de amistad.
Este mundo es el mundo de los hambrientos.
El hambre de pan, melodramáticamente, soflamera, ostentosa, es la que más nos conmueve, pero no es la más digna de conmovernos.
¿Qué me dices del hambre de amor?
¿Qué me dices de aquél que quiere que lo quieran y se pasa la vida sin que nadie le dé una migaja de cariño?
¿Y el hambre de conocimiento?
¿El hambre del pobre de espíritu que ansía saber y choca brutalmente contra el zócalo de granito de la Esfinge?
¿Y el hambre de paz que atormenta al peregrino inquieto, obligado a desgarrarse los pies y el corazón por los caminos?
Todos tenemos hambre, sí, y todos, por lo tanto, podemos hacer caridad.
Aprende a conocer el hambre del que te habla... en el concepto de que, fuera del hambre de pan, todas se esconden. Cuando más inmensas, más escondidas...

Amado Nervo