jueves, 24 de noviembre de 2016

ALEGRIA.

"Cuando  hablamos de la obra de Dios, no nos referimos a una tenebrosa fuerza última que sentimos de alguna manera y en algún lugar, ni al destino que, cual férreo anillo, mantiene unido el mundo, ni tampoco a una de esas ideas en las que compendiamos lo que para nosotros es el valor supremo, lo mejor, lo excelso, lo bello, lo verdadero. De ninguno de estos dioses podríamos decir:  «Mi espíritu se alegra en él».

 Sólo podemos alegrarnos en aquel al que llamamos «Dios, mi salvador».

 Así designamos a aquel que ha venido a ayudarnos y que con su sola presencia nos dice que estamos necesitados de ayuda.  Sea lo que sea de todo lo demás, él es quien nos ayuda, quien cuida de nosotros, quien nos trae salvación en medio de las desgracias de nuestra existencia. Ése es el Dios salvador. Y en este Dios puede y debe uno, incluso necesariamente, alegrarse. 

Sobre los otros dioses cabe reflexionar, cabe doblegarse con rostro sombrío ante el destino, cabe correr afanosamente tras consuelos elaborados por uno mismo o seguir con fanatismo las propias ideas. Pero ¿dónde está ahí la alegría

La alegría es lo más raro e infrecuente del mundo. De seriedad y entusiasmo fanáticos, y de celo sin sentido del humor, ya tenemos bastante en el mundo. Pero ¿qué ocurre con la alegría? Esto nos remite al hecho de que el conocimiento del Dios vivo es algo infrecuente. En Dios, mi salvador, nos alegramos cuando lo hemos encontrado o cuando él nos ha encontrado a nosotros.

KARL BARTH. Instantes.




jueves, 17 de noviembre de 2016

LO QUE NO SABEMOS.

"Tenía un rostro. Los que lo habían conocido podrían describirlo...¿por qué el Evangelio no ha conservado el menor rastro..?..Me cuesta imaginar que Lucas, que se interesaba apasionadamente por la figura de Jesús y era tan curioso respecto a los detalles, no se hubiera preguntado si era alto o bajo, guapo o feo, barbudo o lampiño y que no se hubiera planteado la cuestión. Lo más difícil de comprender era quizás la respuesta...

Los relatos de las apariciones de Jesús el día después del sabbat que los cristianos llamarán domingo difieren según los Evangelios....una mujer, un grupo de mujeres...Pedro y Juan...los guardias caídos como muertos...Cleofás y el otro en Emaús...,los pescadores en la playa...  El rasgo más emotivo de estos relatos es que al principio no lo reconocen. En el cementerio es el jardinero. En el camino, un viajero. En la playa, un viandante que pregunta a los pescadores "¿pican?". No es él y por eso, extrañamente, lo reconocen. Es el que siempre han querido ver, oír, tocar, pero no como esperaban verlo, oírlo, tocarlo. Es todo el mundo y no es nadie. Es el primer llegado, es el último mendigo. Es aquél del que decía, y debieron de recordarlo: 'Tuve hambre y no me disteis de comer. Tuve sed y no me disteis de beber. Estuve en la cárcel y no me visitasteis.' Quizás también se acordaron de esta fórmula fulgurante que no han conservado los Evangelios, sino un apócrifo :
 'Corta la madera: estoy ahí. Levanta la piedra: me hallarás debajo. Mira a tu hermano: ve a tu Dios.'

¿Y si fuera por esto por lo que nadie describió su rostro? "

EL REINO. Novela de Emmanuel Carrere. Anagrama, 2015.  (Escritor. Novelista y guionista francés que se declara agnóstico, tras un período de su vida en que se consideró cristiano católico)  

miércoles, 9 de noviembre de 2016

NUESTRA IDENTIDAD.


 " Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús. Estamos llamados a ser bienaventurados, seguidores de Jesús, afrontando los dolores y angustias de nuestra época con el espíritu y el amor de Jesús. Así, podríamos señalar nuevas situaciones para vivirlas con el espíritu renovado y siempre actual: 

Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón; 

Bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía; 

Bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran; 

Bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común; 

Bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros; 

Bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos...

 Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida."

PAPA FRANCISCO 1ro de noviembre de 2016


martes, 1 de noviembre de 2016

PARA NUESTRAS VARIAS MUERTES.

"El misterio y la oscuridad nos envuelven cuando nos encontramos con el dolor y el sufrimiento, cuando nos enfrentamos a la muerte de un ser querido o de una relación, o a nuestra propia muerte.
Nuestras muertes pueden incluír cambios de trabajo o de lugares, o de amigos, o de relaciones. Siempre tienen lugar con oscuridad y misterio...
Si no nos enfrentamos a esta oscuridad inimaginable y la amparamos, y al enemigo que representa, ciertamente que pagaremos el precio que paga todo aquél que reprime las sombras, regresará para perseguirnos e irrumpir en nuestra luminosa vertiginosidad, en nuestra alimentación ciega de la máquina bélica...
Además de meditar sobre nuestra relación, muy real, sobre la oscuridad y con su eterno compañero: el misterio, necesitamos también soltar toda nuestra meditación, toda imagen, toda semejanza, toda proyección, todo nombrar, todo contacto con lo que es. La necesidad de silencio de la que habla el zen, ese silencio que la literatura de la sabiduría celebra, que Eckhart alaba y que Merton pide para nosotros, no se trata sólo de un silencio oral. Silencio significa dejar ir todas las imágenes, ya sean orales, auditivas, visuales, interiores, cognitivas o imaginativas. Ya sean de tiempo o de espacio, de lo interior o lo exterior. Es un dejar ir radicalmente el lenguaje. Un soltar el lenguaje...Desprendernos del ajetreo y dejar que el silencio sea silencio..Pero es necesario desearlo profundamente, rezar por ello e incluso permitir que este soltar sea nuestra plegaria.
¿Cómo conseguimos desprendernos de las imágenes?....Uno no se desprende de las imágenes concentrándose en desprenderse de las imágenes...En lugar de eso, uno se desprende respirando profundamente, inspirando y expirando, entrando en la música del propio cuerpo: la respiración, el tímpano del latido del corazón o del pulmón, concentrándose en lo que está más inmediatamente presente...
Soltar es ciertamente un arte. Es el arte meditativo más seguro de la Vía Negativa.* ...Si es verdad que la base del alma es oscura, entonces la raza humana no puede seguir permitiéndose huír de la oscuridad y adherirse a una iluminación que no incluya el oscurecimiento. Si hemos de 'aceptar la noche' y superar ese 'temor a la oscuridad'...entonces la espiritualidad debería encontrar el camino por sí misma, proclamando la verdad y la práctica de una Vía Negativa sana.   Este viaje no consistirá en realizar ejercicios religiosos, sino en soltar y dejar ser....
La imagen de nuestro viaje espiritual como un descenso es conocida para la tradición centrada en la creación...Eckhart recoge esta imagen cuando dice : 'Debemos descender eternamente desde un soltar hasta un soltar para entrar en Dios'. Descendemos hasta la profundidad y ahí encontramos a Dios, quien mora especialmente en las profundidades y en la oscuridad. Dios, que es, ciertamente, 'una oscuridad sobreesencial'(Eckhart) "


MATHEW FOX. La Bendición Original. Ediciones Obelisco. 




* Fox propone en este libro cuatro vías para transitar hacia una espiritualidad y experiencia religiosa centradas en la creación como Bendición Original:

Vía positiva: Hacernos amigos de la creación.
Vía negativa: Hacernos amigos de la oscuridad. Soltar y dejar ser.
Vía creativa: Hacernos amigos de la creatividad y de nuestra divinidad.
Vía transformadora : Hacernos amigos de la nueva creación: compasión, celebración, justicia erótica.