martes, 29 de abril de 2025

EL AYUNO COMO COMPLEMENTO DE LA ORACIÓN CRISTIANA

El ayuno y la oración han sido prácticas fundamentales en la tradición cristiana desde sus inicios. En la Biblia, el ayuno aparece como un acto de humildad, arrepentimiento y búsqueda de la voluntad de Dios. Jesús mismo ayunó durante 40 días en el desierto antes de comenzar su ministerio (Mateo 4:2), y en el Sermón del Monte enseñó sobre el ayuno como una práctica que debe estar acompañada de sinceridad y discreción (Mateo 6:16-18).

El Ayuno como Complemento de la Oración

El ayuno no es solo una abstinencia física, sino una disposición interior que fortalece la oración. En la tradición cristiana, se ha entendido como una forma de abrir el corazón a Dios, desprenderse de distracciones y buscar claridad espiritual. En momentos cruciales, como decisiones eclesiales importantes, el ayuno ha sido una manera de pedir la guía del Espíritu Santo. La Iglesia primitiva practicaba el ayuno antes de tomar decisiones significativas, como la elección de líderes (Hechos 13:2-3).

Ayuno y Cónclave

Pedir a los cristianos que oren y ayunen por el próximo cónclave tiene un fundamento en la tradición de la Iglesia. La elección de un Papa es un momento de discernimiento profundo, y el ayuno puede ser una expresión de súplica para que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales en su decisión. No se trata de una imposición, sino de una invitación a participar espiritualmente en un acontecimiento que afecta a toda la Iglesia.

 En la historia de la Iglesia, el ayuno ha sido una herramienta para profundizar la oración y la comunión con Dios, especialmente en tiempos de discernimiento y cambio.


¿Por qué el ayuno es un complemento importante de la oración? ¿Qué aporta, o cómo nos dispone para el dialogo con Dios?

El ayuno es un complemento importante de la oración porque nos ayuda a profundizar nuestra relación con Dios al disponer nuestro corazón y nuestra mente para la escucha y la entrega. En la tradición cristiana, el ayuno no es solo una práctica de abstinencia física, sino un acto espiritual que fortalece la oración y nos abre a la acción de Dios en nuestra vida.

¿Qué aporta el ayuno a la oración?

Desprendimiento y humildad: Al renunciar voluntariamente a algo esencial como el alimento, reconocemos nuestra dependencia de Dios y nos alejamos de las distracciones materiales. Esto nos ayuda a orar con mayor sinceridad y humildad.
Claridad espiritual: El ayuno nos permite enfocar nuestra mente y corazón en lo esencial, eliminando lo que nos distrae. En la Biblia, el ayuno ha sido un medio para discernir la voluntad de Dios, como en Hechos 13:2-3, donde los discípulos ayunaron antes de tomar decisiones importantes.
Fortaleza interior: Nos ayuda a ejercitar la disciplina y el dominio propio, fortaleciendo nuestra voluntad para resistir las tentaciones y crecer en virtud.
Expresión de súplica y arrepentimiento: En momentos de crisis o necesidad, el ayuno ha sido una forma de oración intensa, como lo vemos en Esdras 8:21, donde el pueblo ayunó para pedir dirección y protección divina.

¿Cómo nos dispone para el diálogo con Dios?

El ayuno nos hace más receptivos a la voz de Dios porque nos vacía de lo superficial y nos llena de su presencia. Al reducir las distracciones externas, nuestra oración se vuelve más profunda y auténtica. Además, nos ayuda a vivir la oración con mayor entrega, permitiéndonos experimentar la cercanía de Dios de una manera más intensa.


miércoles, 9 de abril de 2025

LO PROPIO DEL DISCÍPULO DE JESÚS ES LA VIDA

"La expresión «vida eterna» no significa la vida que viene después de la muerte, como tal vez piensa de inmediato el lector moderno, en contraposición a la vida actual, que es ciertamente pasajera y no una vida eterna. «Vida eterna» significa la vida misma, la vida verdadera, que puede ser vivida también en este tiempo y que después ya no puede ser rebatida por la muerte física. Esto es lo que realmente interesa: abrazar ya desde ahora «la vida», la vida verdadera, que ya nada ni nadie puede destruir. 

Este significado de «vida eterna» aparece muy claramente en el capítulo sobre la resurrección de Lázaro: «El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre» (In 11, 25s). «Viviréis, porque yo sigo viviendo», dice Jesús a sus discípulos durante la Última Cena (Jn 14,19), enseñando con ello una vez más que lo característico del discípulo de Jesús es que «vive»; que él, mucho más allá del simple existir, ha encontrado y abrazado la verdadera vida que todos andan buscando. Basándose en estos textos, los primeros cristianos se han denominado sencillamente como «los vivientes» (hoi zóntes). Ellos habían encontrado lo que todos buscan: la vida misma, la vida plena y, por tanto, indestructible. 

Mas, ¿Cómo se puede llegar a eso? La oración sacerdotal da una respuesta quizás sorprendente, pero que ya estaba preparada en el contexto del pensamiento bíblico: el hombre encuentra la «vida eterna» a través del «conocimiento». No obstante, ha de tenerse en cuenta que el concepto veterotestamentario de «conocer» presupone un conocimiento que crea comunión, es hacerse una sola cosa con lo conocido. Por eso, la clave de la vida no es un conocimiento cualquiera, sino el hecho de «que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo» (17,3). Ésta es una especie de fórmula sintética de la fe en la que aparece el contenido esencial de la decisión de ser cristianos: el conocimiento que se nos ha dado por la fe. El cristiano no cree una multiplicidad de cosas. En el fondo cree simplemente en Dios, cree que hay realmente un único Dios

Pero este Dios se le hace accesible en quien ha enviado, Jesucristo: en el encuentro con Él se produce ese conocimiento de Dios que se hace comunión y, con ello, llega a ser «vida»

La «vida eterna» es por tanto un acontecimiento relacional. El hombre no la ha adquirido por sí mismo, ni sólo para sí. Mediante la relación con quien es Él mismo la vida, también el hombre llega a ser un viviente".

Benedicto XVI
Jesús de Nazaret II
(páginas 102-103)

martes, 8 de abril de 2025

PASIÓN DE JESÚS: COMPARACIÓN ENTRE LUCAS Y JUAN

 
Las narraciones de la pasión de Jesús según Lucas y según Juan tienen diferencias significativas que reflejan las perspectivas y énfasis teológicos únicos de cada evangelista. Aquí una comparación:


1. Jesús como un modelo de compasión y oración (Lucas) vs. Jesús como el Rey soberano (Juan)

- En **Lucas**, Jesús es presentado como un ejemplo supremo de compasión y oración incluso en su sufrimiento. Por ejemplo, en la cruz, ora: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Esta actitud misericordiosa subraya su humanidad y su conexión con los marginados.

- En **Juan**, Jesús es mostrado como el Rey soberano que controla cada evento de su pasión. Por ejemplo, Él confronta a los soldados en el huerto con autoridad, y su crucifixión resalta su identidad divina como el “Cordero de Dios”.



2. Enfoque en la oración y el Espíritu Santo (Lucas) vs. Enfoque en la gloria y la revelación (Juan)

- Lucas enfatiza la oración como sustento en la pasión. La agonía en el huerto (Lucas 22:39-46) incluye la imagen de Jesús sudando gotas de sangre mientras ora intensamente.

- En Juan, la pasión de Jesús está impregnada de lenguaje de gloria y revelación, como cuando habla de ser “levantado” en la cruz para atraer a todos hacia Él (Juan 12:32).


3. Interacción con los personajes secundarios

- **Lucas** incluye interacciones detalladas con personajes secundarios como las mujeres de Jerusalén, a quienes Jesús consuela en su camino al Calvario (Lucas 23:27-31). También el relato del buen ladrón destaca la salvación inmediata a través de la fe (Lucas 23:43).

- **Juan** muestra menos personajes secundarios en estos momentos, pero profundiza en la interacción con María y el discípulo amado, estableciendo una relación íntima entre ellos desde la cruz (Juan 19:26-27).


4. Cumplimiento de las Escrituras

- **Lucas** también señala el cumplimiento de las profecías, pero lo hace con un enfoque narrativo menos explícito que Juan.

- En **Juan**, hay una insistencia constante en que los eventos ocurren conforme a las Escrituras, como el reparto de las vestiduras de Jesús (Juan 19:24) y la lanza que no rompe sus huesos (Juan 19:36-37).


5. La perspectiva final

- En **Lucas**, el último momento de Jesús en la cruz refleja su confianza total en el Padre: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23:46).

- En **Juan**, Jesús simplemente dice: “Todo está cumplido” (Juan 19:30), señalando la consumación de su misión divina.


En resumen, Lucas ofrece una visión más emocional y humana, mientras que Juan enfatiza la identidad divina y la gloria de Jesús. Ambos relatos son profundamente ricos y complementarios, brindando una perspectiva completa sobre la pasión.

PASIÓN DE JESUS EN EL EVANGELIO DE LUCAS

El Evangelio de Lucas tiene una imagen muy particular de Jesús, centrada en su **compasión, humanidad y universalidad**. Aquí te resumo sus características principales:

1. **Jesús como Salvador Universal**: Lucas enfatiza que Jesús vino para salvar a **todos**, no solo al pueblo judío. Hay un énfasis especial en los marginados: los pobres, las mujeres, los pecadores y los extranjeros. Esto se refleja en parábolas exclusivas como la del Buen Samaritano y el Hijo Pródigo.

2. **Jesús lleno de compasión y misericordia**: En este Evangelio, Jesús muestra una profunda empatía. Desde perdonar a quienes lo crucificaron ("Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen") hasta aceptar al Buen Ladrón, su carácter misericordioso resalta.

3. **Jesús como Maestro y Profeta**: Lucas presenta a Jesús como un maestro que instruye sobre el Reino de Dios a través de parábolas y sermones. Además, es descrito como un profeta poderoso en palabra y obra, cumpliendo la misión divina.

4. **Énfasis en la oración y el Espíritu Santo**: Lucas destaca repetidamente a Jesús en oración, mostrando su conexión con el Padre. También da un papel central al Espíritu Santo, desde su concepción hasta su misión.

El Jesús de Lucas es profundamente humano y al mismo tiempo divino, cercano a todos los que sufren y buscan esperanza.


En la narración de la Pasión según San Lucas, que forma parte del Evangelio de Lucas en el Nuevo Testamento, intervienen varios personajes clave. A continuación, te menciono algunos de los más destacados:

-Jesús: Es el protagonista central de la historia.

-Los discípulos: Incluyen a Pedro, quien tiene un papel importante al negar a Jesús tres veces.

-Judas Iscariote: Quien traiciona a Jesús por treinta monedas de plata.

-Las autoridades religiosas: Como los sumos sacerdotes y los fariseos, quienes buscan la manera de condenarlo.

-Pilato: El gobernador romano que interroga a Jesús y finalmente ordena su crucifixión.

-Herodes: A quien Pilato envía a Jesús durante su juicio.

-El pueblo: Que pide que se libere a Barrabás y que Jesús sea crucificado.

-Barrabás: El prisionero que es liberado en lugar de Jesús.

-Los soldados romanos: Que se encargan de su crucifixión y lo ridiculizan.

-Las mujeres: Como las que lloran por Jesús en el camino al Calvario y María, su madre.

-El buen ladrón: Crucificado junto a Jesús, quien reconoce su divinidad.


San Lucas ofrece una versión particularmente compasiva y centrada en el perdón, mostrando la humanidad y el sacrificio de Jesús.

La teología de Lucas tiene características muy particulares que destacan por su enfoque en la misericordia, la inclusión y el cuidado por los marginados. Algunos personajes de la narración de la Pasión que reflejan estos temas propios de la teología lucana son:

- **Las mujeres**: Lucas presta especial atención al papel de las mujeres en la Pasión y en la vida de Jesús. En el camino al Calvario, Jesús se dirige a las mujeres que lloran por Él, mostrando su compasión incluso en medio del sufrimiento. Este énfasis en las mujeres refleja el interés de Lucas por incluir a los marginados y destacar su importancia en el Reino de Dios.

- **El buen ladrón**: En la crucifixión, Lucas presenta al "buen ladrón" como alguien que reconoce la divinidad de Jesús y recibe su promesa de estar con Él en el paraíso. Este acto de perdón y aceptación enfatiza la misericordia y la salvación, que son temas clave en la teología de Lucas.

- **Jesús mismo**: En la versión de Lucas, Jesús es presentado como un modelo de perdón y compasión. Desde su oración en el huerto de Getsemaní hasta las palabras que dirige al buen ladrón y a sus verdugos ("Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"), la humanidad y el amor de Jesús destacan de manera especial en este Evangelio.

En general, Lucas muestra un Jesús profundamente humano y accesible, centrado en el perdón, la salvación y el cuidado por los excluidos y necesitados.

miércoles, 2 de abril de 2025

EN CUARESMA, VOLVER A CRISTO

Todo este proceso de renovación espiritual comienza y tiene como propósito el VOLVER A CRISTO, que a menudo se pierde un poco entre los ritos, las devociones y prácticas piadosas de nuestra vida religiosa. Cristo ha de estar siempre en el centro.

Entre el dolor y la alegría/con Cristo avanza en su andadura/un hombre, un pobre que confía/ y busca la ciudad futura”.

En el Carmelo tenemos de manera privilegiada todo el magisterio cristológico de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, todavía escasamente aprovechado para enderezar y purificar nuestras búsquedas espirituales. Acudamos a dos textos del santo:

Traiga un ordinario apetito de imitar a Cristo en todas sus cosas, conformándose con su vida, la cual debe considerar para saberla imitar y haberse en todas las cosas como se hubiera él”. (Subida, Libro I, capítulo 13, 2).

También en Subida (Libro 2, capítulo22) encontramos un texto eminentemente cristológico, en el que llama a Cristo “Hermano, Compañero y Maestro, Precio y Premio” (5).

Porque en darnos a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar”.

Para seguir e imitar a Cristo tenemos que estar siempre a la ESCUCHA de su Palabra (de ahí nace la obediencia, obedecer es escuchar), por eso es fundamental para nuestro camino espiritual escuchar diariamente al Maestro en los Evangelios, dialogar con él en la oración personal y comunitaria, rumiar su Palabra, y también estudiarla, conocerla cada día mejor. Solo así uno puede ENAMORARSE DE CRISTO como se enamoró Teresa, y seguirle:

Yo tan devota toda mi vida de Cristo…Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen” (4).

Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán, que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir; es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero… por esta puerta hemos de entrar… Bienaventurado quien de verdad le amase y siempre le traiga con él” (6 y 7).

No deja Teresa de hablar de la Sacratísima Humanidad de Cristo, aconsejando: “Es gran cosa, mientras vivimos y somos humanos, traerle humano” (9).

Todo lo anterior en el capítulo 22 de VIDA.

Es CRISTO, definitivamente, quien nos introduce en el verdadero camino de CONVERSIÓN; es tenerle como MAESTRO y SEÑOR, aprendiendo de él. El encuentro con el Dios Padre, que nos revela Jesús, nos permite conocer a un Dios paternal y amoroso; es un encuentro con el AMOR, que echa fuera el miedo, disipa las tinieblas, y DESPIERTA, para vivir una VIDA NUEVA. Nos ayuda a conformar una nueva IDENTIDAD, la de ser hijas e hijos de ese Padre divino. Eso que llaman los Evangelios, “metanoia” o CONVERSIÓN, es decir, cambio de dirección o de rumbo, nueva visión, cambio en el modo de pensar y sentir, no se refiere solo al ámbito moral, al HACER (hacer lo bueno), sino al SER, a lo esencial (ser verdadero).

Fray Manuel de Jesús, ocd

ESPIRITUALIDAD (Según Masiá Clavel)

1. La espiritualidad no es cuestión del espíritu solamente; la espiritualidad es, en las tradiciones orientales, inseparable
de la corporalidad.
2. Aunque haga falta hablar de espiritualidad, también es
muy necesario aprender a callar sobre espiritualidad,
como aprender a callar sobre Dios. Y cuando llegue el
momento de hablar, habrá que acentuar más lo
descriptivo y vivencial que lo explicativo y prescriptivo.
3. Queda mucho por hacer en el tema de liberarse de
antropomorfismos al hablar de Dios, de religión y de
espiritualidad.
4. Aunque cada vez seamos más conscientes de la
necesidad de superar exclusivismos intolerantes y
sectarios, reaparecen disimuladamente de muchas
maneras. Es el obstáculo mayor para la inculturación de
la fe cristiana en Oriente.
5. En la búsqueda de otra espiritualidad posible pesa
demasiado, a veces, la obsesión por la identidad.
Necesitamos cobrar mayor conciencia de que las
identidades no están nunca acabadas, sino en
movimiento y son multidimensionales.

6. No basta pasar de la mentalidad de culturas llamadas
agrarias a las industriales o incluso a las postmodernas.
También hay que redescubrir valores ancestrales
perdidos u olvidados, ya a partir de las primeras
urbanizaciones en la antigüedad. Por ejemplo, aunque
haya que superar lo mágico, es discutible si se puede
desechar lo ritual. También hay que redescubrir
vínculos comunitarios, a la vez que se evita el tribalismo.
7. Frente a la exaltación tecnocientífica y a su rechazo
ingenuo, hay que descubrir nuevos modos de integración
de naturaleza y tecnología que repercuten en el estilo de
vida y en las formas de espiritualidad.
8. Solamente estando insertados corporalmente en el
mundo empobrecido, injustamente oprimido e ignorado,
se podrá elaborar una espiritualidad que integre el
compromiso por la justicia con la compasión universal.
9. Frente a la destrucción de la naturaleza y los intentos
románticos de retorno forzado a ella, necesitamos una
nueva integración de comunión con la naturaleza,
comunión con las personas y transformación mutua de
ambas.
10. El excesivo miedo y sospecha frente al llamado
panteísmo nos impide vivir a fondo la interconexión,
interrelación y vinculación muta de todo con todo en el
misterio de la vida. Una forma de espiritualidad
importante es la que busca en todo el retorno a esa
unidad primordial.

“Hacia una espiritualidad alternativa”, Juan Masiá Clavel