miércoles, 3 de noviembre de 2010

DEL EPISTOLARIO DE JOSÉ MARTÍ

“Amar en mí es cosa tan vigorosa y tan absoluta, y tan extraterrena, y tan hermosa, y tan alta, que en cuanto en la tierra estrechísima, se mueve no ha hallado en donde ponerse entero todavía”.

“Porque vivir es carga, por eso vivo; porque vivir es sufrimiento, por eso vivo: vivo, porque yo he de ser más fuerte que todo obstáculo y todo valor”.

“Yo necesito encontrar ante mi alma una explicación, un deseo; un motivo justo, una disculpa noble de mi vida”.

“La vida debe ser diaria, movible, útil; y el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo. No aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias”.

“El hombre se hace inmenso contemplando la inmensidad”.

“El bien que en una parte se siembra, es semilla que en todas partes fructifica”.

“A los grandes poetas no es necesario sentir desastrosas pasiones: les basta imaginarlas”.

“La verdad es que yo he cometido un gran delito: no nacer con alma de tendero… lo que tengo de mejor es lo que es juzgado por más malo. Me aflige, pero no tuerce mi camino”.

“Paso este año negro y espero otros años azules. ¡Quién sabe si el permanente azul no es de la tierra!”.

“Con un poco de luz en la frente no se puede vivir donde mandan tiranos”.

“Las penas tienen eso de bueno: fortifican”.

“Hay que meterse la mano por las entrañas, y mirar la sangre al sol: si no, no se adelanta”.

“Sólo es grande el hombre que no pierde su corazón de niño”.