“Si fuera yo, si fuera yo, si fuera
Un pájaro de llama enamorado,
Un pájaro de luz tan incendiado
Que en el silencio de tu noche ardiera;
Si pudiera subirme, si pudiera
Muy más allá de todo lo creado
Y en la última rama de mi amado
Pusiera el corazón y el alma entera;
Si aún más alto, más alto y más volara,
Allí donde no hay aire ya, ni vuelo,
Allí donde tu mano es agua clara
Y no es preciso mendigar consuelo,
Allí – ¡qué soledad!- yo me dejara
Dulcemente morir de tanto cielo”.
José Luis Martín Descalzo
“Y aunque en vuestro invierno neguéis vuestra primavera, ésta que yace dentro de vosotros, sonríe en medio de su sueño y no se ofende”.
(K. Gibrán)