"Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos.
La noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
Cazadnos las raposas
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña
y no parezca nadie en la montaña.
Detente, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá mi Amado entre las flores."
...
SAN JUAN DE LA CRUZ. Cántico Espiritual (fragmento).
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