"Tenía un rostro. Los que lo habían conocido podrían describirlo...¿por qué el Evangelio no ha conservado el menor rastro..?..Me cuesta imaginar que Lucas, que se interesaba apasionadamente por la figura de Jesús y era tan curioso respecto a los detalles, no se hubiera preguntado si era alto o bajo, guapo o feo, barbudo o lampiño y que no se hubiera planteado la cuestión. Lo más difícil de comprender era quizás la respuesta...
Los relatos de las apariciones de Jesús el día después del sabbat que los cristianos llamarán domingo difieren según los Evangelios....una mujer, un grupo de mujeres...Pedro y Juan...los guardias caídos como muertos...Cleofás y el otro en Emaús...,los pescadores en la playa... El rasgo más emotivo de estos relatos es que al principio no lo reconocen. En el cementerio es el jardinero. En el camino, un viajero. En la playa, un viandante que pregunta a los pescadores "¿pican?". No es él y por eso, extrañamente, lo reconocen. Es el que siempre han querido ver, oír, tocar, pero no como esperaban verlo, oírlo, tocarlo. Es todo el mundo y no es nadie. Es el primer llegado, es el último mendigo. Es aquél del que decía, y debieron de recordarlo: 'Tuve hambre y no me disteis de comer. Tuve sed y no me disteis de beber. Estuve en la cárcel y no me visitasteis.' Quizás también se acordaron de esta fórmula fulgurante que no han conservado los Evangelios, sino un apócrifo :
'Corta la madera: estoy ahí. Levanta la piedra: me hallarás debajo. Mira a tu hermano: ve a tu Dios.'
¿Y si fuera por esto por lo que nadie describió su rostro? "
EL REINO. Novela de Emmanuel Carrere. Anagrama, 2015. (Escritor. Novelista y guionista francés que se declara agnóstico, tras un período de su vida en que se consideró cristiano católico)
Los relatos de las apariciones de Jesús el día después del sabbat que los cristianos llamarán domingo difieren según los Evangelios....una mujer, un grupo de mujeres...Pedro y Juan...los guardias caídos como muertos...Cleofás y el otro en Emaús...,los pescadores en la playa... El rasgo más emotivo de estos relatos es que al principio no lo reconocen. En el cementerio es el jardinero. En el camino, un viajero. En la playa, un viandante que pregunta a los pescadores "¿pican?". No es él y por eso, extrañamente, lo reconocen. Es el que siempre han querido ver, oír, tocar, pero no como esperaban verlo, oírlo, tocarlo. Es todo el mundo y no es nadie. Es el primer llegado, es el último mendigo. Es aquél del que decía, y debieron de recordarlo: 'Tuve hambre y no me disteis de comer. Tuve sed y no me disteis de beber. Estuve en la cárcel y no me visitasteis.' Quizás también se acordaron de esta fórmula fulgurante que no han conservado los Evangelios, sino un apócrifo :
'Corta la madera: estoy ahí. Levanta la piedra: me hallarás debajo. Mira a tu hermano: ve a tu Dios.'
¿Y si fuera por esto por lo que nadie describió su rostro? "
EL REINO. Novela de Emmanuel Carrere. Anagrama, 2015. (Escritor. Novelista y guionista francés que se declara agnóstico, tras un período de su vida en que se consideró cristiano católico)
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