"... El evangelio de Juan (2,1-12).. es el único que relata la Boda de Caná. Entendido literalmente, no tiene ni pies ni cabeza. Es absurdo que Jesús saque de la chistera un regalo para los novios. No, como todos los “milagros” narrados por este evangelista, se trata de signos que nos llevan a realidades profundas y decisivas para nuestra verdadera trasformación interior.
Visto como una crónica, está lleno de incoherencias. La
primera, que el mayordomo no hubiera previsto el vino suficiente, cuando era su
principal cometido. Es difícil de entender que fuera una invitada la que se
diera cuenta y se preocupara por solucionar el problema. Está dentro de toda
lógica la respuesta de Jesús: “¿Qué nos importa a ti y a mí?”. A pesar de la
respuesta negativa, ella manda a los servidores que hagan lo que él les diga.
Tampoco es lógico que sea Jesús el que soluciones el problema. No es normal que
en una casa particular hubiera seis tinajas de unos cien litros, dedicadas a
las purificaciones. Por último, no tiene sentido que el maestresalas increpe al
novio por haber dado el vino malo al principio, porque era él, el que tenía que
ordenar que vino se servía en cada momento.
El relato no es una crónica de lo sucedido en una boda. Es
fruto de una minuciosa y larga elaboración. No nos dice ni quienes eran los
novios ni que relación tienen con Jesús. Lo que normalmente llamamos “el
milagro” pasa casi desapercibido. Ni siquiera nos dice cuándo se convierte el agua
en vino. Sería imposible separar lo que pudo suceder realmente, de los símbolos
que envuelven el relato. Jesús asistiría a muchas bodas, y en cualquiera de
ellas pudieron pasar cosas parecidas. Pero lo que hoy nos cuenta Jn, es
teología. La clave para entenderlo es el trasfondo del AT, y la “hora” de la
glorificación de Jesús en la cruz.
La boda era desde Oseas, el signo más empleado para designar
la alianza de Dios con su pueblo. La idea de Dios novio y el pueblo novia se
repite una y otra vez en el AT. La boda lleva inseparablemente unida la idea de
banquete; símbolo de tiempos mesiánicos. El vino era un elemento inseparable
del banquete. En el AT, era signo del amor de Dios a su pueblo. La abundancia
de vino era la mejor señal del favor de Dios.
La Madre es símbolo de la Alianza que está ya caducada.
Jesús y los discípulos son el nuevo pueblo, que están allí de paso. Es
completamente inverosímil que María pidiera a Jesús un milagro. Menos sentido
tiene, que la petición de María adelantara la hora de hacer milagros. La hora a
la que se refiere Jn es siempre la hora de la muerte de Jesús.
El vino es símbolo del amor entre el esposo y la esposa. En
la boda, (Antigua Alianza) no existe relación de amor entre Dios y el pueblo.
La Madre, por pertenecer a la boda se da cuenta de la falta. No le llama hijo,
ni Jesús le llama Madre. No se trata aquí de una relación familiar. María
representa al Israel fiel que espera en el Mesías. Jesús nace del verdadero
Israel y va a dar cumplimiento a las promesas. El primer paso es mostrarle la
carencia: "No tienen vino". No se dirige al presidente, ni al novio.
Se dirige a Jesús, que para Jn es el único que puede aportar la salvación que
Israel necesita.
Jesús invita a su madre a desentenderse del problema. No les
toca a ellos intervenir en la alianza caducada. Está indicando la necesidad de
romper con el pasado. Ella espera que el Mesías arregle lo ya existente, pero
Jesús le hacer ver que aquella realidad no se puede rehabilitar. Jesús aporta
una novedad radical. Jn está constantemente haciendo referencia a la
"hora" (la cruz). Jesús invita a la esperanza, pero la realización no
va a ser inmediata. El vino nuevo depende de aquella hora. Pero al anunciar la
hora, ha hecho ver a la madre-Israel que la salvación no está lejos.
“Haced lo que él os diga”. Solo en el contexto de la
Alianza, la frase puede cargarse de sentido. El pueblo en el Sinaí había
pronunciado la misma frase: "Haremos todo lo que dice el Señor".
También el Faraón dice a los servidores: haced lo que él (José) os diga. Se ve
con claridad que el trasfondo del relato y lo que quiere significar. Como en el
AT, el secreto de las relaciones con Dios está en descubrir su voluntad y
cumplirla.
Las tinajas estaban allí “colocadas” sin movilidad alguna.
Se ve el carácter simbólico que van a tener en el relato. El número 6 (7 - 1)
es signo de lo incompleto. Es el número de las fiestas de los judíos que se
relatan en este evangelio. La séptima será la Pascua. Eran de piedra, como las
tablas de la ley, y significan la Antigua Alianza. La ley es inmisericorde, sin
amor (vacías, sin agua ni vino). La ley es la causante de la falta de amor
(vino). Esa conciencia de pecado era consecuencia de una Ley imposibles de
cumplir. Jesús les hace tomar conciencia de que están vacías; es decir que el
sistema de purificación era ineficaz.
Jesús ofrece la verdadera salvación, pero ésta no va a
depender de ninguna ley, (tinajas). El agua se convertirá en vino fuera de
ellas. "Habían sacado el agua". La nueva purificación no se hará con
agua que limpia el exterior, sino con vino que penetra dentro y transforma el
interior del hombre. Solo después de beberlo se da cuenta el mayordomo de lo
bueno que es. Esta interioridad es la oferta original de Jesús.
Lo que sacan los criados de las tinajas, es agua. El
mayordomo (clase dirigente) no se enteró de la falta de vino. Significa que los
jefes se despreocupan de la situación del pueblo. Le parece normal que no se
experimente el amor de Dios, porque esa es la base de su poder. No conoce el
don mesiánico, los sirvientes sí. El vino-amor como don del Espíritu, es el que
purifica, lo único que puede salvar definitivamente.
El vino es de calidad. “Kalos” indica siempre excelencia. El
maestresala reconoce que el vino nuevo es superior al que tenían antes. Pero le
parece irracional que lo nuevo sea mejor que lo antiguo. Por ello protesta. Lo
antiguo debe ser siempre lo mejor. Esta actitud es la que impidió a los jefes
religiosos aceptar el mensaje de Jesús. Para ellos la situación pasada era ya
definitiva. Toda novedad debe ser integrada en la continuidad con el pasado o
aniquilada. Hoy, seguimos haciendo lo mismo.
Curiosamente el último versículo es la clave para la
interpretación de todo el relato. Nos habla del “primer” signo de una serie que
se va a desarrollar durante todo el evangelio. Además, como signo, va a servir
de prototipo y pauta de interpretación para los que seguirán. El objetivo de
todos los signos es siempre el mismo: manifestar “su gloria”. Ya sabemos que la
única gloria que Jesús admite es el amor de Dios manifestado en él. La gloria
de Dios y de Jesús consiste en la nueva relación que establece Dios con el
hombre, haciéndole hijo, capaz de amar como él ama.
Lo más sorprendente es que se emplee la imagen de una boda
para hablarnos de las relaciones de Dios con el hombre. Dios se manifiesta en
todos los acontecimientos que nos invitan a vivir. Dios no quiere que
renunciemos a nada de lo que es verdaderamente humano. Dios quiere que vivamos
lo divino en lo que es cotidiano y normal. La idea del sufrimiento y la
renuncia como exigencia divina es antievangélica.
El mensaje para nosotros hoy es muy simple, pero demoledor.
Ni ritos ni abluciones pueden purificar al ser humano. Solo cuando saboree el
vino-amor, quedará todo él limpio y purificado. Cuando descubramos a Dios
dentro de nosotros e identificado con todo nuestro ser, seremos capaces de
vivir la inmensa alegría que nace de la unidad. Que nadie te engañe. El mejor
vino está sin escanciar, está escondido en el centro de ti."
FRAY MARCOS. (Tomado de Fe Adulta)
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