"Bienaventurados los que saben ver el fruto en la semilla, la
barca en el horizonte vacío, el ave en la noche ciega, el verso en la página en
blanco, el camino desde el primer paso.
Bienaventurados los que presienten el fuego en la ceniza, la
fe en la sonrisa, la caricia en un gesto, la joya en una lágrima, el azul en un
ciervo dormido.
Bienaventurados los insomnes, los que se quedan al borde de
la noche, acechantes, invisibles, náufragos de un mar inalcanzable, porque sólo
ellos podrán mirar sus sueños con los ojos abiertos.
Bienaventurados los que saben esperar, porque solo ellos
saben desde siempre el sabor eterno de la dicha, y solo ellos no tendrán miedo a
perder lo ganado, y un día abrazarán su sueño con la natural confianza de las
cosas ya vividas."
JOSÉ MARÍA VITIER
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