Revisando el Evangelio hace varios días, y las lecturas más recientes del Oficio: Filipenses,
Policarpo, y luego tomo algunas notas, pensando en frases o ideas bíblicas que
estimulen el vivir cotidiano. Aquí las comparto:
1.
Hay
muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo (No temerle al sufrimiento, a la prueba, al
dolor, porque también por ahí camina Cristo con nosotros y se encuentra
sabiduría, libertad y bendición).
2.
Nosotros
somos ciudadanos del Cielo, de donde aguardamos un salvador (Pensarnos positivamente, como hijos de Dios,
con una dignidad a la que no debemos nunca renunciar ni podemos dejarnos
arrebatar por nada ni por nadie; Cristo es la fuente viva, la conexión vital).
3.
Cristo
transformará nuestro cuerpo humilde en cuerpo glorioso (Es la comunión con Cristo la que nos impulsa
y nos transforma).
4.
Con
esa energía que posee para sometérselo todo (Es la fuerza del amor).
5.
Sus
nombres están escritos en el Libro de la Vida (Esperanza, confianza, certeza de “salvación”, de sentido para nuestra
vida, a pesar de todo).
6.
Estén alegres,
el Señor está cerca, nada les preocupe (La
alegría es fortaleza, (es puerta para la gracia, es muro contra el desánimo, y
debemos trabajarla constantemente).
7.
Yo he
aprendido a arreglármela en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y
abundancia. Todo lo puedo en Aquel que me conforta (Una idea que vale como mantra para los peores momentos).
8.
Manténganse
así, en el Señor, queridos (Interpreto
esta frase como una invitación a no dejarnos arrebatar nuestra condición de
hijos de Dios, nuestra dignidad: somos “queridos” siempre).
Dos
textos fundamentales, cargados de luz y energía positiva, que he leído muchas
veces y que siempre me hacen detenerme ante ellos, degustarlos, aprovecharlos
espiritualmente:
“Todo lo que para mí era ganancia lo consideré
perdida comparado con Cristo… y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo
y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene
de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe”
(Filipenses 3). Vale para entender mi pasado y quiero que sea también válido
para mi presente y mi futuro.
“No es que ya haya conseguido el premio, o que ya
esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo
obtuvo para mí… Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y
lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el
premio, al que Dios desde arriba, me llama en Cristo Jesús”
(Filipenses 3). Este es el camino, la razón de cada jornada, que se anda aun a
ciegas: alcanzar el Amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.