miércoles, 18 de octubre de 2017

LIBROS DIGITALES O EN PAPEL?

Leo un artículo en Juventud Rebelde (diario cubano) sobre los libros digitales, que peca, a mi juicio, de pobre y poco objetivo, porque no valora el hecho de que el libro en papel no se deja tan fácilmente sustituir; claro que en Cuba supone la gran ventaja de poder leer muchas cosas que el gobierno no publica ni vende, pero los más jóvenes leen poco, y a mi juicio, el libro digital seduce menos. Lo utilizan  aquellos que ya tienen el hábito de leer, de lo contrario resulta frío y distante.  Habla el artículo de “cierto conservadurismo que tiende a proteger el libro impreso”; tengo la impresión de que el que escribe no es un fanático de la lectura, pues dice además que con el libro digital podríamos desterrar los libreros de nuestras casas. No imagino mi casa, mi habitación, lo que sea donde yo esté, sin un espacio para los libros, por muchos que tenga (y tengo) en formato digital. 
Y además, como reconoce el mismo autor del artículo, en Cuba pocos disponen de un  reader donde poder leer libros en formato digital, y además no se venden en nuestras tiendas. En resumen, que no creo que el libro de papel esté ahora mismo en sus últimos días, a pesar de las ventajas que puede tener el nuevo formato, pero lo que sí veo en peligro es la cultura de las nuevas generaciones, demasiado centradas, al menos en mi entorno, en las imágenes, los videos y los juegos frente a la pantalla pequeña de un celular.

 Claro, el libro de papel en otros lugares del mundo, porque por acá hace rato que está en crisis, sin que tengamos libros digitales muy a mano. Nuestras librerías languidecen, con pocas visitas y libros que subieron de precio en los últimos años, en los que además se perdió el hábito de leer. En Cuba se publican muchos libros políticos, en grandes tiradas, que se llenan de polvo en las librerías, pero pocas novelas, poca ficción, que motive y seduzca a los lectores. En la Feria del Libro anual, el mejor momento para el libro en Cuba, por varias razones, las novelas que suscitan mayor interés aparecen en tiradas pequeñas, por ejemplo, las de Padura, y muy pocas novedades internacionales editadas en la isla. 
Creo que ese es nuestro gran problema ahora mismo con el libro en Cuba, que para los buenos lectores, puede superarse con un reader y una buena biblioteca digital, pero sin dejar de añorar los paseos regulares por una buena librería, regularmente surtida con novedades.

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