viernes, 4 de enero de 2019

EPIFANÍA: CAMINAR EN POS DE UNA ESTRELLA

Los Magos llevan a la presencia del Dios invisible el oro de su amor, el incienso de de su anhelo y la mirra de sus dolores; y así como llegaron, desaparecen en el horizonte de la historia sagrada. Pero el que una vez ha derrochado en aras de la estrella hasta la última gota de su corazón, ése ya ha superado la aventura de su vida, ése ha llegado a su fin, aunque el camino continúe”. 

“El camino va a través de desiertos y tinieblas. Pero no te desanimes: la estrella está ahí y sigue brillando. ¿Dices que es muy pequeña y que está demasiado lejos en el firmamento de tu corazón? ¡Pero ahí está! Sólo que es pequeña porque tú tienes aun mucho que caminar. Únicamente es lejana porque tu generosidad, la grandeza de tu alma, es capaz de un viaje interminable”. 

(Karl Rahner)


HOY el mago encuentra al niño llorando en la cuna, cuyo brillo había buscado en el cielo estrellado. Hoy el mago contempla claramente entre pañales al que, encubierto, buscaba pacientemente en los astros. Hoy descubre con profundo asombro eso que ve ahí: el cielo en la tierra, la tierra en el cielo; el hombre en Dios y Dios en el hombre; oculto en el cuerpo de un lactante, aquel a quien el mundo entero no podría abarcar” 
(Pedro Crisólogo). 

El HOY bíblico ha de leerse como un SIEMPRE, AHORA MISMO.

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