sábado, 19 de enero de 2019

JESÚS ERA UNA FIESTA

Un elemento central en la propuesta espiritual de Jesús es la ALEGRÍA, el vivir la vida con gozo, celebrando cada momento de ella; no es casual que el Evangelio de Juan presente a Jesús manifestándose públicamente en una boda, en la que sobran tinajas de agua para las purificaciones rituales, pero falta el vino. Se ha dicho siempre que el cristianismo, en cualquiera de sus manifestaciones, ha estado siempre más cerca del dolor, de la tristeza, que de la alegría y el gozo de vivir, porque acabamos imponiéndonos una religión demasiado seria, que convirtió la cena con el maestro en un acto ritual en el que adoramos mucho y compartimos poco. En esta epifanía que constituye el relato de las bodas en Caná de Galilea, están presentes Jesús y sus discípulos, y también María, y constituye el preámbulo de un camino que está marcado por la alegría del fraterno compartir, de la mesa abierta a los pecadores, del comer y el beber juntos, del llamar amigos a los suyos, e hijos y hermanos a todos. 

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