jueves, 22 de agosto de 2024

SOBRE EL TÍTULO DE REINA A MARÍA

El título de reina es atribuido a María por la tradición cristiana al menos desde comienzos del siglo IV. Junto a otros apelativos reales aplicados a la Virgen, va ganando terreno progresivamente en el uso del pueblo de Dios hasta llegar a ser de dominio común y pacífico en la Iglesia, de modo que, en 1954, Pio XII, declarando expresamente que “no se trata de una nueva verdad propuesta al pueblo cristiano”, instituye la fiesta litúrgica de María Reina y publica en aquella ocasión el principal documento del magisterio sobre la realeza mariana: la encíclica Ad coeli Reginam (11 de octubre de 1954).

Luego del período de la llamada crisis de la piedad mariana, posterior al Vaticano II, se mira con cierta desconfianza la realeza de María y su fiesta respectiva. Observan algunos que el término reina pertenece a una época histórica ya superada y refleja concepciones políticas y culturales ya pasadas, extrañas a la sensibilidad del hombre contemporáneo, incluso capaces de suscitar una reacción negativa. Otros añaden que el fondo teológico de tal título parece favorecer un discurso mariológico y un tipo de piedad mariana que, poniendo el acento en la grandeza de la Virgen, puede terminar por borrar su perfil evangélico

En resumen, se tiene miedo que con la doctrina de la realeza de María se permanezca anclados en la mariología de los privilegios, sin pasar decididamente a la mariología singular dignidad de madre de Dios, contemplándola en la gloria celeste como mujer servicio, radicalizando así la oposición entre la tendencia a exaltar en María su singular dignidad de madre de Dios, contemplándola en la gloria celeste como mujer revestida de luz y cercana al trono del altísimo, y la tendencia a comprender a la Virgen en su vida evangélica, considerando su camino de fe y el esfuerzo de su adhesión al querer de Dios como madre de Jesús y hermana nuestra.


Para HOY, líneas teológicas para explicar la realeza de María:

1. María, Reina en cuando participa de la realeza del pueblo de Dios. María es parte de la iglesia, por lo que reúne en sí de modo eminente los distintos aspectos de la condición regia del pueblo de Dios. María acoge el reino de Dios, domina las fuerzas del mal, María reina coronada de gloria

2. María, Reina en sentido evangélico. Lejos de los modelos históricos, en el reino que anuncia Cristo se trata de servir y amar.

3. María, líder hacia la plenitud salvífica, conductora de esperanza para los hombres necesitados.

(Notas tomadas del Diccionario de Mariología)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.