“He estado esperándote todo el día, con mis facultades destilando el veneno de su actividad no reprimida… y he estado esperando que Tu silencio y Tu paz, Señor mío, las restañen y las limpien.
Tú curarás mi alma cuando quieras hacerlo, porque he confiado en Ti.
No quiero volver a herirme con los pensamientos y las preguntas que me han rodeado como espinas: es una penitencia que Tú no me pides.
Tú has creado mi alma para Tu paz y Tu silencio, pero ella está herida por el ruido de mi actividad y mis deseos. Mi mente está crucificada todo el día por su avidez de experiencia, de ideas, de satisfacción. Y no poseo mi casa en silencio.
Pero yo fui creado para Tu paz, y Tú no vas a desdeñar mi anhelo de alcanzar la santidad de Tu profundo silencio. Señor mío, no me dejarás eternamente en esta congoja porque he confiado en Ti, y esperaré, en paz y sin quejarme más, Tu buena disposición. Y lo haré en honor de Tu gloria.
Estoy contento de que estas páginas me muestren tal y como soy: inquieto, lleno del murmullo de mis defectos y pasiones, y con las enormes heridas abiertas que dejaron mis pecados.
Lleno de mi propio vacío. Y, con todo, pese a que mi casa está en ruinas, ¡Tú vives en ella!”.
4 de mayo de 947. Día de retiro.
Thomas Merton.
Me gusta mucho esta refelxión porque Dios no nos quiere dentro de un baúl con cerrojo , Dios nos quiere en plena libertad , para eso nos ha dejado un modelo de vida a seguir donde el principal pilar que nos lleva a la Cima es el Amor . Un saludo.
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