“ Dios no es algo con lo que
tratar al final de la vida, sino cada poro de la misma. Dios es la gracia, la
energía, el momento creativo. Dios es la materia misma de la vida, no un
objetivo que alcanzar ni un premio que merecer. Dios es una presencia ahora, un
modo de pensar ahora, una visión del universo ahora. Dios está en mí, por eso
soy una valiosísima parte del universo, pero yo (mi raza, mi país, mi familia,
mi voluntad...) no soy el centro del mismo.”
“La humildad comienza con el simple reconocimiento de la
presencia y el poder
de Dios en mi simple pero
diferenciada vida. La humildad implica
que la presencia de Dios exige una respuesta total. Si creo verdaderamente que
Dios está presente en mi vida aquí y ahora, entonces no tengo más opción que
abordar esa realidad. La vida no se dilucidará para mí hasta que no lo haga.”
JOAN CHITTISTER. Doce pasos hacia la libertad
interior.
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