jueves, 14 de diciembre de 2017

CAMINANDO CON JESUS


Jesús exclamó: Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraran descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”  (Mt 11, 28-30).
Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan conmigo y yo les haré descansar. Sigan mi camino y aprendan de mí la paciencia y la mansedumbre. Conmigo podrán descansar, porque lo que yo les propongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les invito a llevar” (Versión libre del texto anterior).

Leo el texto varias veces, el primero, y me pregunto: ¿Cuál es el yugo que Jesús propone llevar? ¿Está hablando de su camino, de su proyecto, del amor y el servicio, de la incondicionalidad al Padre? Por eso la segunda versión, que es mi lectura de otra traducción más libre (La Biblia ISHA, de Sociedades Bíblicas Unidas), me resulta más comprensible y cercana. Recuerdo ahora un texto que copié en las primeras páginas de las OBRAS COMPLETAS de San Juan de la Cruz: “Quienes leen libros pero no ven la sabiduría de los sabios son esclavos de la letra” (Huanchu Daoren).


Y muy a propósito de todo lo anterior, explicando San Juan de la Cruz como “yendo el alma a oscuras va segura”, dice: “Tomando Dios la mano tuya, te guía a oscuras como a ciego, a donde y por donde tú no sabes, ni jamás con tus ojos y pies, por bien que anduvieran, atinaras a caminar” (Noche Oscura, Libro Segundo, Cap. 16, 7). 

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