viernes, 17 de mayo de 2019

LA RELIGIÓN COMO EVANGELIO



"La religión se ve muchas veces cargada con un peso ajeno: experimentada como imposición más o menos represiva. Aparece como religión del deber, de la limitación de la existencia, de la exigencia que no permite descansar… Falso. El peso de la vida no es el peso de la religión, sino el de la existencia como tal. Es el ser del hombre, el realizarse como persona, lo que resulta difícil (también tiene sus gozos). Ser persona: he ahí la exigencia, la llamada hacia adelante, la tarea y la dureza de la libertad. 

La religión viene, justamente, a hacer más llevadera esa tarea. Ofrece la compañía del Señor, su amor, su apoyo, su promesa, su luz, su proyecto seguro… La persona religiosa tiene que hacer lo mismo que los demás (ser persona), pero cuenta para ello con la alegría de una ayuda magnífica. La religión como Evangelio, Buena Noticia. 

Ya se ve que todo lo que impida ver la religión como gracia, liberación, alegría… constituye deformación e incluso “blasfemia”. Dios tiene que aparecer siempre como “cómplice”, como apoyo, como ayuda… en la dura tarea de la vida. Ver su mano tendida como una carga para el hombre es realmente la gran perversión, el gran malentendido”.

(Andrés Torres Queiruga, Repensar la salvación).


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