sábado, 6 de marzo de 2021

JESÚS, EL TEMPLO, LO SAGRADO

"Destruyan este templo y en tres días lo levantaré"

Escribe Fray Marcos: “En las tres primeras lecturas de los domingos que llevamos de cuaresma, se nos ha hablado de pacto. Después de la alianza con Noé y con Abraham, se nos narra hoy la tercera alianza, la del Sinaí. La alianza con Noé fue la alianza cósmica del miedo. La de Abrahán fue la familiar de la promesa. La de Moisés fue la nacional de la Ley.

 ¿Cómo debemos entender hoy estos relatos? 
Noé, Abrahán y Moisés, son personajes legendarios. La historia “sagrada” que narra la vida y milagros de estos personajes se escribió hacia el s. VII antes de Cristo. Son leyendas míticas que no debemos entender al pie de la letra. Se trata de experiencias vitales que responden a las categorías religiosas de cada épocaUna cosa es la experiencia de Dios que los hombres tienen según su nivel y otra muy distinta lo que Dios es. Jesús habló del Dios de la “alianza eterna”. Dios actúa de una manera unilateral y desde el ágape, no desde un "toma y daca" con los hombres. Dios se da totalmente sin condiciones ni requisitos, porque el darse (el amor) es su esencia. En el Dios de Jesús no tienen cabida pactos ni alianzas. Lo único que espera de nosotros es que descubramos el don total de sí mismo”.

También: “Siempre interpretamos la Escritura de manera que nos permita tranquilizar nuestra conciencia echando la culpa a los demás. Como buen judío, Jesús desarro­lló su vida espiritual en torno al templo, pero su fidelidad a Dios le hizo comprender que lo que allí se cocía no era lo que Dios esperaba. Recordemos que cuando se escribió este evangelio, ni existía ya el templo ni la casta sacerdotal tenía ninguna influencia en el judaísmo. Pero el cristianismo se había convertido ya en una religión que imitó la manera de dar culto a Dios. Es el culto de ayer y de hoy el que debe ser purificado”.

José Antonio Pagola: "Lo primero que necesitamos escuchar hoy en la Iglesia es el anuncio de la gratuidad de Dios. En un mundo convertido en mercado, donde todo es exigido, comprado o ganado, solo lo gratuito puede seguir fascinando y sorprendiendo, pues es el signo más auténtico del amor. Los creyentes hemos de estar más atentos a no desfigurar a un Dios que es amor gratuito, haciéndolo a nuestra medida: tan triste, egoísta y pequeño como nuestras vidas mercantilizadas".

“La muerte de Jesús hará de él el santuario definitivo. La razón para matarlo será que se ha convertido en un peligro para el templo. Nos seguimos refugiando en lo sagrado, porque seguimos pensando que hay realidades que no son sagradas” (Fray Marcos)

(Tomado de FE ADULTA)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.