jueves, 6 de junio de 2024

CORAZÓN DE PASTOR

"El capítulo 15 del evangelio de Lucas recoge tres parábolas preciosas, llamadas habitualmente “de la misericordia”, aunque quizás sea más exacto decir que su objetivo es mostrar a Dios como gratuidad ilimitada y, por esto también, misericordiosa o compasiva. 

La imagen del pastor que lleva a la oveja sobre sus hombros fue muy utilizada en el mundo antiguo para hablar de dioses, como Hermes y Apolo. En la tradición bíblica remite a los profetas, que usaron esta metáfora para hablar del amor de Yhwh, tal como hiciera Ezequiel: “Como un pastor pastorea a su rebaño, recoge en brazos a los corderos, en el seno los lleva y trata con cuidado a las recién paridas” (Ez 40,11). 

Al leer estas tres parábolas a las que hacía referencia, me parece importante tener en cuenta que todas ellas surgen en un contexto de polémica y enfrentamiento de los fariseos y doctores de la ley (los “teólogos oficiales”) con Jesús, a quien acusan de “andar con pecadores y comer con ellos” (Lc 15,2). Eso hace que las parábolas tengan un tono provocativo y de denuncia de comportamientos religiosos basados en la ley – como queda reflejado en la imagen del hijo mayor de la tercera de ellas–. 

Del mismo modo, me parece necesario tener en cuenta que el objetivo primero de las tres es revelar el rostro de Dios, representado en el pastor, el ama de casa y el padre de los dos hijos. Dios –parece insistir Jesús– es siempre Amor gratuito. 

Cuando eso se olvida, se tiende a leer nuestra parábola desde el punto de vista de la “oveja perdida”, y se convierte en un alegato moralizador sobre la necesidad de “no perderse”. El texto, sin embargo, no dice nada de ello: no dice que el pastor se enoje, ni que castigue a la oveja “perdida”, ni siquiera que refuerce después las medidas de seguridad para que no vuelva a escapar. 

En resumen, Dios –el Fondo de la Vida–, precisamente por ser Amor gratuito, es Libertad y fuente de liberación. No busca ni pretende –como hace con frecuencia la autoridad de todo tipo– personas sumisas y atemorizadas, sino hombres y mujeres libres que se atreven a tomar decisiones, incluso alejándose del redil, para descubrir la verdad de quienes son".

Enrique Martínez Lozano

Otra forma de leer el Evangelio

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