"Para quien ama puede bastar una sola palabra, balbuceada, entrecortada.
Esa palabra, interpretada por el corazón, dice todo, contiene la verdad, todo lo que es necesario saber, lo que basta para vivir.
Para quien ama, también el silencio es lenguaje, una sonrisa es comunicación, un rayo en los ojos mensaje completo.
Lo malo es que con frecuencia somos descontentadizos. Pretendemos la totalidad. Tenemos necesidad de un horizonte abierto de par en par. Nos desinteresamos de la rendija.
No sabemos apreciar el fragmento.
La pizca de verdad que puede iluminar la noche.
La minúscula alegría que puede llenar una jornada.
La modesta florecilla al borde del camino que contiene la belleza del universo entero...
Si sabemos esperar, el fragmento siempre llega, y con esos fragmentos, recatados como si fueran un tesoro, debemos construir la vida y la alegría de vivir".
A. PRONZATO.
Pronzato nos propone entonces construír la vida como un rompecabezas, apreciando cada pieza que lo compone, esperar a ver el rompecabezas casi terminado. Casi. El rompecabezas de nuestra vida, no termina nunca. Esperar la próxima pieza que encaja, ir apreciando el conjunto y cada detalle. Buena y bella propuesta esta.
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