martes, 9 de diciembre de 2014

LUZ, VIENTO, TIERRA, TIERRA...


El viento, una codorniz
y el sol poniente.

Por suspender el interrogatorio con el sol
me he convertido en luz,
pájaro y viento.
Mis hojas cantan.

Soy tierra, tierra:

Todas estas cosas iluminadas
mi corazón cultiva
Un majestuoso, espigado pino
se alza como la inicial de mi primer nombre
cuando yo tenía uno.

Cuando tenía alma,
cuando estaba ardiendo
cuando este valle estaba
repleto de aire fresco
pronunciabas mi nombre
en nombrando tu silencio:
¡Oh, dulce canto inefable!

Soy tierra, tierra

El hálito de mi corazón
estalla de heno y flores.
Soy un lago de aire azul
sobre el que mi propio lugar
-ya campo o valle-
Se refleja.

Soy tierra, tierra

Desde lo más hondo de mi corazón de hierba
alza el vuelo la codorniz.
Desde mis matojos sin nombre
emprende su extravagante veneración.


THOMAS MERTON. Oh dulce canto inefable. 

  Emblemas de una estación de furia

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