martes, 6 de septiembre de 2022

EN EL MES DE LA BIBLIA (2): ¿ Cuál es la mejor Biblia que se puede leer? ¿Se prohíbe a los católicos la lectura de Biblias protestantes ?


"La traducción más apropiada de la Biblia está en función de la finalidad con que uno la lee
. Su lectura en público, ya sea los domingos o en otras celebraciones comunitarias, requiere una cierta solemnidad, y por consiguiente, las traducciones muy coloquiales no son las más apropiadas en estos casos. Por otro lado, para su lectura en privado, para la reflexión y meditación espiritual, a veces resulta más apropiada una traducción atractiva y cercana. Otra lectura personal puede hacerse con la idea de un estudio minucioso, y en este caso, una traducción más literal, que mantenga las dificultades y ambigüedades del original, sería la más aconsejable. 

Quizás la mejor respuesta global que pueda dar sea subrayar que en los textos originales bíblicos en hebreo, arameo y griego se encuentran pasajes de difícil comprensión o ambiguos. A veces sus autores no escribieron con claridad. Los traductores tienen a veces que adivinar qué querían decir. Y han de elegir, por tanto, entre traducir literalmente, manteniendo la ambigüedad original, o traducir libremente resolviendo la ambigüedad del original. Una traducción literal ha de ir acompañada de notas a pie de página o de comentarios que sugieran posibles soluciones a la oscuridad que sigue estando presente en la traducción. Una traducción libre representa ya una opción realizada por los traductores sobre cuál es según ellos el significado de un pasaje oscuro. En cierto sentido, el comentario ya va incluido en la traducción realizada. Por eso una traducción libre resulta más fácil en su lectura pero más difícil si lo que pretende es llevar a cabo un estudio minucioso".

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"La Biblia fue objeto de grandes controversias entre los reformadores y los teólogos del concilio de Trento. Según el criterio católico, las traducciones vernáculas, es decir, las traducciones a las distintas lenguas nacionales realizadas por los reformadores a menudo estaban enfocadas para favorecer la postura protestante. De ahí que el concilio de Trento insistiera en que se siguiera empleando la Biblia Vulgata latina para la lectura pública, en los sermones y en las explicaciones, tal como había venido haciendo la Iglesia durante siglos. El resultado práctico de todo ello fue que las traducciones católicas de la Biblia estaban basadas en la Vulgata latina mientras que las traducciones protestantes de la Biblia se llevaban a cabo sobre las lenguas originales (hebreo, arameo y griego). Además la Iglesia católica quería notas a pie de página para salvaguardar tanto sus enseñanzas con respecto a la fe y a la moral como las interpretaciones de los Padres de la Iglesia. De ahí que se aconsejara a los católicos que no leyeran Biblias protestantes por miedo a que se les fuera adoctrinando sutilmente en contra de sus propias creencias. Además, los protestantes ciertamente no leían Biblias católicas, en parte porque suponían que estas Biblias no eran correctas y contenían disimuladamente la enseñanza de la Iglesia católica. 

Pero todo esto ha cambiado. Desde 1950, las traducciones católicas, incluso las que se emplean en la lectura pública y en las predicaciones se vienen llevando a cabo a partir de las lenguas originales. Ese es el caso, por ejemplo, de la Biblia de la Casa de la Biblia, la Biblia de Jerusalén..., prácticamente de todas las mencionadas anteriormente. Normalmente contienen notas a pie de página de carácter informativo y no partidista. Si bien puede prolongarse la polémica entre ambas partes, la Biblia ha dejado ya de ser un arma arrojadiza entre las Iglesias protestantes en general y la católica. Ahora nos ayudamos mutuamente a comprender la Biblia y colaboramos en proyectos ecuménicos comunes".

Tomado de: "101 preguntas y respuestas sobre la Biblia"
Raymond Brown
Ediciones Sígueme

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