sábado, 17 de septiembre de 2022

¿PONE JESÚS COMO MODELO A UN ADMINISTRADOR INJUSTO?

Para este domingo XXV (C) la liturgia propone un pasaje del Evangelio según Lucas que resulta problemático para muchos predicadores; también para muchas personas que no entienden cómo puede ser modelo alguien que se comporta éticamente mal. He tomado algunas ideas de los comentarios que habitualmente reviso para ayudar a clarificar el sentido de ese texto, aunque las otras dos lecturas que corresponden a este domingo también aportan y ayudan en la comprensión de la parábola de Jesús.

JESÚS: "Haceos amigos con el injusto dinero, para que, cuando se acabe, os reciban en las moradas definitivas. Quien es de fiar en lo de nada, también es de fiar en lo importante; quien no es honrado en lo de nada, tampoco es honrado en lo importante. Por eso, si no habéis sido de fiar con el injusto dinero, ¿Quién os va a confiar lo que vale de veras? Si no habéis sido de fiar en lo ajeno, lo vuestro, ¿Quién os lo va a entregar? Ningún criado puede estar al servicio de dos amos: porque o aborrecerá a uno y querrá al otro, o bien se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero" (Lucas 16, 9-13). 

ENRIQUE MARTINEZ LOZANO: "El dinero, denominado “injusto”, es personificado como el dios Mammón. Con ese nombre puede encontrarse en algunos comentarios judíos a la Torá. Pero, curiosamente, así aparece también en la Bhagavad Gita, el libro más importante del hinduismo: “Ignorantes de quien es su verdadero dueño, los siervos necios gastan su valioso tiempo sirviendo a mammón”. La última sentencia, que habla de la inevitabilidad de tomar partido cuando se tienen dos amos, coincide con un pensamiento frecuente entre varios filósofos griegos: “Es imposible para la misma persona amar a Dios y al dinero” (Demófilo).  El carácter “escandaloso” de esta parábola nos prueba que se remonta al propio Jesús; no es probable que un discípulo se hubiera atrevido a atribuírsela. Pero el sentido común nos señala que tiene que ser leída como lo que es: una parábola, un cuento impactante y provocativo, que ayude a “despertar” al oyente o lector: necesitamos actuar de un modo inteligente, utilizando todos los recursos en función de la Vida. ¿Qué lugar ocupa el dinero en mi corazón?".


FRAY MARCOS
: "El mensaje está en la sagacidad del administrador, no en la injusticia que cometió. Nos invita a ser astutos en el orden espiritual. Nos invita a calcular lo que es mejor, pero no en el orden material sino para nuestro verdadero ser. Mientras no superemos el ego, no dejaremos de ser egoístas. No se contrapone a Dios con algo material sino a dos dioses que exigen servidumbre absoluta. Jesús no nos pide simplemente que renunciemos a algo, sino que elijamos lo mejor para nosotros. Hay gente tan pobre que solo tiene dinero. Si quieres ser rico de verdad, disminuye tu codicia. Si no descubres la riqueza dentro de ti, serás pobre siempre. El dinero es como el agua salada: mientras más bebes, más sed".

MISAL DE LA COMUNIDAD: "El Evangelio no es ningún tratado de economía; solamente ofrece unas pistas generales, pero bastante indicativas. Y así frente al dinero presenta una actitud relativizadora: ni divinizarlo ni satanizarlo. Con tal de que de él no se haga un dios, se puede incluso instrumentalizar en función de otros fines positivos. 

JOSÉ LUIS SICRE: "Estas palabras de Jesús se insertan en la línea de la lucha contra la idolatría y defensa del primer mandamiento ("no tendrás otros dioses frente a mí"). Para Jesús, la riqueza puede convertirse en un dios al que damos culto y nos hace caer en la idolatría. Naturalmente, ninguno de nosotros acude a un banco o una caja de ahorros a rezarle al dios del dinero, ni hace novenas a los banqueros. Pero, en el fondo, podemos estar cayendo en la idola­tría del dinero".

Termino con unos textos de las otras lecturas de la Misa dominical:

Cuando en tiempos prósperos, los ricos solo piensan en su propio beneficio y engañan, roban o se olvidan del pobre, el profeta recuerda: "Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás vuestras acciones". El Dios de Israel es el que "levanta del polvo al desvalido y alza de la basura al pobre". Porque el plan de Dios, recuerda Pablo, es que "todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad", y que "recen" juntos "en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones". 

Entre el dinero y Dios hay antagonismo cuando absolutizamos el poder de la moneda. Y no es honrado, ni justo, celebrar la Eucaristía al mismo tiempo que los que participan en ella engañan, roban o explotan a sus semejantes

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