lunes, 3 de marzo de 2014

CUARESMA 2014: PROPUESTA ESPIRITUAL.

Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Comienza con el texto de Marcos 1, 15: “Se ha cumplido el plazo y está llegando el Reino de Dios. Conviértanse y crean en el Evangelio”. La Cuaresma se concentra en estos dos temas: nos representamos nuestro propio desierto y las tentaciones que allí nos asaltan, y procuramos convertirnos para dar paso a Dios en nuestra vida. 

Es tiempo para revisar en que etapa del camino cristiano y espiritual estamos, tiempo de arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas, para construir la comunidad de Jesús. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a descubrir a Cristo en nosotros: “Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mí”. La Cuaresma es el tiempo de perdón y de reconciliación fraterna. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para participar de la resurrección. No hay resurrección sin cruz, no hay Pascua sin cuaresma.

El miércoles de ceniza es la puerta de entrada a la Cuaresma, tiempo de gracia y renovación; como todos los años, escucharemos las fuertes y desafiantes palabras del profeta Joel: Rasguen el corazón, no los vestidos: conviértanse al Señor su Dios. Son una invitación a todos, nadie está excluido: 

1. Rasguen el corazón y no los vestidos de una penitencia artificial, puramente exterior. 

2. Rasguen el corazón y no los vestidos de un ayuno formal y de cumplimiento que nos sigue manteniendo satisfechos, y que no está centrado en el compartir, en la solidaridad. 

3. Rasguen el corazón y no los vestidos de una oración superficial y egoísta que no llega a las entrañas de la propia vida para dejarla tocar por Dios, que más que rezos no se convierta en relación de amistad, en algo tan vital como el respirar. 

4. Rasguen los corazones, abran sus corazones, porque sólo en un corazón rasgado, abierto, puede entrar el amor misericordioso del Padre que nos ama y nos sana. Rasguen los corazones dice el profeta, y Pablo nos pide casi de rodillas “déjense reconciliar con Dios”. 

Cambiar el modo de vivir es el signo y fruto de este corazón, abierto y reconciliado, por un amor que nos sobrepasa. Ésta es la invitación de este tiempo, frente a tantas heridas que nos dañan y que nos pueden llevar a la tentación de endurecernos, frente a la rutina o el pesimismo espiritual, frente a una culpabilidad no liberadora.

Rasguen los corazones para experimentar en la oración silenciosa y serena la suavidad de la ternura de Dios. Rasguen los corazones para poder amar con el amor con que somos amados, consolar con el consuelo que somos consolados y compartir lo que hemos recibido.


Propuesta de proyecto cuaresmal 2014

«Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande». (San Juan Crisóstomo)

Propósito general

Vivir la cuaresma a la luz del Evangelio de cada domingo (No hay mejor retiro que seguir la propuesta litúrgica de la Iglesia), y con el auxilio de un maestro, San Juan de la Cruz.

Propósitos específicos

Profundizar mi relación con el Dios de Jesucristo y dejarnos transformar por él.

Revisar cuales son los principales obstáculos con los que nos encontramos en nuestra vida cotidiana como creyentes.

Motivar el encuentro con Jesús por medio de los hermanos, y sus necesidades concretas, en especial en los más pobres o marginados.

Estrategias

1. Meditando el Evangelio de cada domingo durante la semana, partir de la lectura comunitaria para hacer una lectura personal.

2. Promoviendo la experiencia de Dios por medio de la oración y la vivencia de los sacramentos, en especial del la Eucaristía y la penitencia.

3. Elegir un libro como lectura espiritual para este tiempo

4. Comprometernos en alguna labor caritativa o solidaria.

5. Siendo testimonio para la gente que nos rodea, con nuestras actitudes y modo de vivir. 

6. Organizar un retiro como comunidad.



Temas para la reflexión según el evangelio de cada semana y una frase de San Juan de la Cruz que acompaña dicho tema.

1. Las tentaciones (Desierto)

2. Transfiguración (Montaña)

3. La mujer samaritana (Agua)

4. El ciego de nacimiento (Luz)

5. Resurrección de Lázaro (Vida)

6. Retiro (Hacer resumen de todo el camino, mirando a las celebraciones que siguen)

Frases de San Juan de la Cruz para cada semana

1. Las tentaciones (“La virtud y fuerza del alma en los trabajos de paciencia crece y se confirma”) 

2. Transfiguración (“El que de los apetitos no se deja llevar, volará ligero según el espíritu, como el ave a que no falta pluma”) 

3. La mujer samaritana (“El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente”) 

4. El ciego de nacimiento (“En la tribulación acude luego a Dios confiadamente y serás esforzado y alumbrado y enseñado”). 

5. Resurrección de Lázaro (“A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición”).


Fr. Jesús Romero, ocd.
  Fr. Manuel Valls, ocd.

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