sábado, 14 de junio de 2014

Y DIOS SE HIZO CAMINO...

"Te alabamos, Padre santo, 
porque eres grande 
y porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor. 

A imagen tuya creaste al hombre 
y le encomendaste el universo entero, 
para que, sirviéndote sólo a ti su Creador, 
dominara todo lo creado. 

Y cuando por desobediencia perdió tu amistad, 
no lo abandonaste al poder de la muerte, 
sino que, compadecido, tendiste la mano a todos, 
para que te encuentre el que te busca. 

Reiteraste, además, tu alianza a los hombres; 
por los profetas 
los fuiste llevando con la esperanza de salvación. 

Y tanto amaste al mundo, Padre santo, 
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos, 
nos enviaste como salvador a tu único Hijo. 
El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo, 
nació de María, la Virgen, 
y así compartió en todo nuestra condición humana 
menos en el pecado; 
anunció la salvación a los pobres, 
la liberación a los oprimidos 
y a los afligidos el consuelo. 

Para cumplir tus designios, 
él mismo se entregó a la muerte, 
y, resucitando, destruyó la muerte 
y nos dio nueva vida. 

Y porque no vivamos ya para nosotros mismos, 
sino para él, que por nosotros murió y resucitó, 
envió, Padre, al Espíritu Santo 
como primicia para los creyentes, 
a fin de santificar todas las cosas, 
llevando a plenitud su obra en el mundo".

(Plegaria Eucarística IV, Misal Romano)


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