miércoles, 23 de julio de 2014

APERTURA, DIGNIDAD Y VIDA

La exhortación apostólica "Evangelii Gaudium", del papa Francisco, dijo alguien, nos lanza hacia lo nuevo, hacia un cambio de paradigma cuyo alcance apenas vislumbramos. Sin pretender un juicio de tan largo alcance, prefiero simplemente compartir algunos textos y tal vez alguna que otra pequeña reflexión que estos me susciten, a partir de algunas palabras claves que encuentro en mi lectura persona

APERTURA, DIGNIDAD Y VIDA
(Números 3, 8 y 9 de la Exhortación). 
 Retomamos lo dicho en el punto anterior, recordando esta frase: 

Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable”. 

Dignidad de hijas e hijos de Dios. Esto es MUY IMPORTANTE: la imagen que tenemos de nosotros mismos, que ha de ser la imagen que tiene Dios de mí: soy su hijo (Bautismo de Jesús). 
Dice Nouwen: "No se puede edificar una vida espiritual a partir del autodesprecio". 
Teresa, en el primer capítulo de MORADAS también nos regala una hermosa visión de la persona humana y de su dignidad. El papa evoca un texto de Sofonías para quien Dios es “un centro luminoso de fiesta y de alegría” (4), deseoso de comunicar ese gozo, esa luz, a su pueblo. Esto no sucede en medio de acontecimientos milagrosos o extraordinarios, sino que es “la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana”. Esa dignidad y esa vida van siempre de la mano de la alegría, y en los números 4 y 5, Francisco cita otros textos del AT y del NT que hablan de ese gozo que está asociado siempre a la fe. 
No es un gozo superficial, irresponsable, que ignora el dolor y la injusticia; es un gozo que nace, otra vez la palabra, de la CONFIANZA. Y además, es un gozo que me abre y me lleva al otro, al prójimo, a la comunidad. Dice: “Si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros”? (8), y luego: “El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás” (9). 
Aquí estamos leyendo estas ideas en clave de cómo nos abrimos al otro, “dinamismo de realización personal” (10).
De ahí, las tres PALABRAS CLAVES del título: apertura, dignidad y vida; estas siguen a las que descubrimos en las entradas anteriores: alegría y encuentro, pequeños pasos. Palabras para meditar y conjugar, para ir colocando como señales en el camino que vamos haciendo, hacia Dios y hacia nuestra propia plenitud.

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