viernes, 18 de julio de 2014

PEQUEÑOS PASOS PARA IR A JESÚS

La exhortación apostólica "Evangelii Gaudium", del papa Francisco, dijo alguien, nos lanza hacia lo nuevo, hacia un cambio de paradigma cuyo alcance apenas vislumbramos. Sin pretender un juicio de tan largo alcance, prefiero simplemente compartir algunos textos y tal vez alguna que otra pequeña reflexión que estos me susciten, a partir de algunas palabras claves que encuentro en mi lectura personal

¿Qué necesitamos para propiciar, estar abiertos, al encuentro, y caminar con Jesús? Francisco responde: Arriesgarse, dar pequeños pasos, pedir perdón, reconocer nuestra dignidad de hijos... 
El camino de Jesús es aventura, riesgo y desafío.
Es reconciliación, sanación, liberación.
Es vivir como hijos, con la dignidad de los hijos.

Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos”.
 “Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia”. 
Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!” (3). 

Preguntarnos: ¿A qué riesgo o aventura nos está convocando Jesús, como discípulos? ¿Nos abandonamos confiadamente a  Dios, dejándonos reconciliar cada día, para que el pasado y el peso de la culpa no nos aplaste y nos vuelva amargados y oscuros? ¿Reconocemos y damos gracias cada mañana por la vida y por la imagen de Dios que encontramos en nosotros mismos, que nos dignifica, que nos llama a la vida? ¿Qué sería, para nosotros, huir de la resurrección, declararnos muertos?

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