viernes, 4 de julio de 2014

DIMENSIONES DE LA FE

En su libro “La fe como nueva perspectiva”, Anselm Grün nos invita a pensar la fe como una manera diferente de ver la realidad, diversa al modo en que estamos habituados a hacerlo; de esta visión diferente de las cosas, brota una nueva conducta y un sentimiento vital. Algún texto bíblico utiliza la imagen del colirio en los ojos para la experiencia de la fe, alcanzando con ello una NUEVA VISIÓN; también se dice: mirar con los ojos de Dios. Grün dice: “La fe es una reinterpretación de la realidad”

“La fe reinterpreta el conjunto de la vida humana. Se aplica a todos los ámbitos, al éxito y al fracaso, al nacimiento y a la muerte, a la salud y a la enfermedad, a la felicidad y a la desgracia, a todas las experiencias que a menudo nos parecen oscuras y no sabemos cómo clasificar: a la experiencia de crisis que sacude nuestra vida; a la experiencia de soledad y desesperación, de vacío y ausencia de sentido, de decepción e incomprensión, de desprotección y extrañamiento. Un modelo así de abarcador no puedo desarrollarlo por mí mismo; ha de serme ofrecido… no puedo darme a mí mismo la interpretación, sino que he de dejar que Dios me la comunique. A través de su palabra, que no es trasmitida en la biblia, Dios interpreta para nosotros las diferentes situaciones vitales. Esta palabra nos es comunicada en la liturgia y la portamos con nosotros en la meditación y la oración. Repitiéndonos sin cesar una palabra, frase o imagen bíblica, nos ejercitamos en la reinterpretación de la fe e intentamos iluminar y reinterpretar nuestra vida. Sucede igual con los sacramentos de la Iglesia, las fiestas del año litúrgico, los dogmas de fe…”.

“Cuando veo la realidad desde otro ángulo, soy capaz de abordarla de manera distinta y albergar sentimientos diferentes”.

“El vínculo existente entre creer, amar y alabar refleja, en mi opinión, la estructura fundamental del mensaje cristiano. Jesús no nos ha impuesto un conjunto de nuevos preceptos, sino que, antes de nada, nos ha enseñado a ver de manera distinta nuestra vida, el mundo e incluso a Dios. Y de esta nueva forma de ver la realidad, que él mismo nos ha mostrado con su ejemplo, brota también por sí sola una nueva conducta y un sentimiento existencial”.

“A través de su forma de tratar a las personas, a través de sus palabras, a través de su vida y de su muerte, Jesús nos ha abierto los ojos y ha hecho posibles para nosotros la fe como una nueva forma de ver la realidad, el amor como una nueva conducta y la alabanza como expresión de un nuevo sentimiento existencial”.

Tres momentos tiene el desarrollo del libro:

1- Creer-Ver con empatía- Reinterpretar.

2- Amar-Aceptar con gusto-Transformar.

3- Alabar-Elogiar-Renombrar.

Para Grün la esencia de la fe consiste en una buena visión de la realidad: veo bien el mundo y lo reinterpreto enfocándolo hacia el ser bueno (Texto de Génesis). Si considero que una cosa es buena y amable, entonces la acojo con gusto y la hago parte de mí, es decir “le doy un nuevo nombre”.

1- El creer supone reinterpretar la realidad, y hacerlo desde la bondad de Dios, creador y redentor. La Sagrada Escritura es en concreto un modelo de reinterpretación de la realidad. Este modelo de comprensión es un modelo de luz. Dios vio que era bueno, y envió a su Hijo para darnos vida. Creer significa asumir la mirada de Jesús sobe el mundo y sobre el prójimo. Como decía arriba: mirar con empatía, con bondad, con perdón. La fe reinterpreta todo, ve lo bueno que hay en el otro, y por supuesto, parte de la reinterpretación de mi propia vida, de mi historia personal en cuanto historia de salvación.

2- Cuando vemos algo con ojos nuevos, también lo abordamos de modo diferente. El modelo de interpretación de la fe lleva al modelo de comportamiento del amor. Si veo algo como bueno, lo acepto con gusto, lo cuido. La fe ve; el amor actúa. El amor no sólo trata bien, sino que hace bueno. Despierta a la vida lo bueno que la fe ha descubierto al reinterpretar la realidad. El amor transforma la realidad, así como la fe la reinterpreta. “El amor se expone a la realidad, le ofrece resistencia, la soporta y la transforma, porque cree en el bien que Dios ha puesto en ella. Y porque espera que Dios, con su amor, podrá transformarlo todo”.

3- La alabanza es la forma más auténtica de la existencia humana. Donde hay vida, hay alabanza.; la alabanza es esencial al ser humano. Ella cambia el nombre de las cosas. En la Escritura nombrar las cosas es de algún modo participar de su creación, recrear; cuando el amor nos hace alabar, estamos recreando la realidad, y al mismo tiempo haciendo crecer la fe y el amor Es una dinámica de crecimiento, de potenciación de lo mejor de nuestro ser, y el del prójimo. En toda persona hay, además de sus errores y debilidades, algo por lo que puede ser alabado. En la medida en que paso por alto lo negativo y doy expresión a lo positivo, reinterpreto al otro.


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