lunes, 7 de abril de 2014

PARA CONOCER Y ACOGER LA BENDICIÓN DE DIOS

Yo soy una persona a la que Dios conoce perfectamente, soy una persona CONOCIDA por Dios; yo mismo no sé a veces quién soy, pero me queda el consuelo de saber que Dios sí lo sabe, lo sabe de una manera única, conoce cada rincón de mi ser, cada luz y cada oscuridad de mi vida. Y lo mejor es que, conociéndome como me conoce, soy también una persona AMADA por Dios.
Soy además una persona LLAMADA por Dios; llamada desde la eternidad y para la eternidad. Es evidente que a ese llamamiento respondo mal y que a ese amor que Él me da soy muy a menudo infiel. Por eso soy también una persona PERDONADA por Dios. NO debemos vivir con sentimientos de culpa, pues vivimos bajo el signo del perdón, bajo el signo de la Gracia.

Soy una persona ENRIQUECIDA por Dios: por todo lo que la naturaleza me ha dado, por la Gracia de Dios que me acompaña siempre, por los dones y la fuerza del Espíritu, que habita en mí. Puedo decir aquello de San Juan de la Cruz: “Todo es mío, porque Cristo es mío y todo para mí”.
Soy una persona ENVIADA por Dios a vivir en la luz de su Gracia, a anunciar su Reino, a dar el fruto de su Espíritu; enviada a la región de la paz, de la alegría y del amor.
Soy, definitivamente, una persona BENDECIDA por Dios.


Puedes leer: Romanos 8, 31-39.

P.Manuel Valls, ocd.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.