martes, 29 de abril de 2014

PARA VIVIR LA RESURRECCIÓN... El ÁNGEL JUNTO AL SEPULCRO

 Leyendo a Anselm Grün en este tiempo Pascual ("La resurrección de cada día", LUMEN) y aprovechándome de sus propuestas para ahondar en la vivencia cotidiana del Misterio de Cristo en nuestra propia vida. De esas lecturas voy recreando algunas ideas, que comparto en el blog; pueden servir de ayuda para vivir más profundamente este tiempo litúrgico.

Una de las figuras bíblicas de este tiempo pascual es el ÁNGEL DEL SEÑOR, que aparece junto al sepulcro, señalando o anunciando la novedad que ha tenido lugar, reorientando la búsqueda de los discípulos en una nueva dirección. 

"No podemos hablar de la resurrección de Jesús, sin referirnos al ángel del Señor. Donde hay resurrección, también habrá un ángel. Éste nos señala acontecimientos sorprendentes e inexplicables de nuestra vida como parte del misterio de la resurrección".

 "Cuando un ángel ingresa en nuestra vida, acontece para nosotros una resurrección, nuestra tumba se abrirá y la piedra que nos obstaculiza será removida. A través del ángel, Dios obra en nuestro mundo concreto. En el ángel, la Luz divina se hace ostensible en medio de nuestra oscuridad".

La figura bíblica del ángel implica siempre una presencia de Dios, infinito e inconcebible.  El ángel hace presente a Dios en nuestra vida de una manera cercana, nos comunica algo de parte de Dios. Puede ser la luz que experimentamos en medio de la oscuridad, y que brilla ante nosotros como un relámpago.
Modos de manifestarse el ángel del Señor: siempre que vemos un brillo en los ojos de un semejante; siempre que las palabras de un semejante realmente nos movilizan; cuando la palabra de la Biblia entra en mi corazón de tal manera que me moviliza y me transforma; en cada uno de esos momentos sucede en nosotros la resurrección
La resurrección es un acontecimiento poderoso; los ángeles no son inofensivos y tiernos, también pueden ser terribles, porque irrumpe en nuestra vida Dios a través de ellos, y eso siempre desinstala, remueve. 
Lo que parece imposible se hace posible. Íbamos a ungir un cadáver, y  cambia la dirección del viento: nos topamos cara a cara con el Viviente.

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