martes, 17 de junio de 2014

EL DON DE LA EUCARISTÍA

Luego de terminar la Pascua, la Iglesia tiene tres celebraciones importantes, festivas, para seguir celebrando la vida: Santísima Trinidad, Cuerpo y Sangre de Cristo, y Sagrado Corazón de Jesús. Las tres buscan ahondar en el Misterio que Jesús nos reveló con su vida, pasión, muerte y resurrección.  Quiero invitarles a seguir participando de estas y otras festividades, aprovechando la fuerza espiritual que brota de cada una de ellas.

¿Qué celebramos en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo?

Dice Henri Nouwen: "El gran misterio de la fe cristiana es que Dios vino a nosotros en un cuerpo, sufrió con nosotros en un cuerpo, y nos dio su cuerpo como alimento... A través del nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesús, el cuerpo humano se ha hecho parte de la vida de Dios.... En unión con el cuerpo de Cristo, llego a conocer el significado total de mi propio cuerpo".

La celebración de esta fiesta cristiana, centrada en el Sacramento de la Eucaristía, en Jesús Pan y Vino, tiene su origen en la Última Cena de Jesús con sus discípulos; la entrega de Jesús, prefigurada en la Última Cena, y celebrada liturgicamente el Jueves Santo, se convirtió luego en expresión popular de una fe convertida en religiosidad y devoción. Cuando las grandes masas se acercaron a la Iglesia, ya integrada en el Imperio, y no estaban suficientemente preparadas para la comunión, se estimuló entonces el "culto eucarístico" más allá de la celebración de la misa. Es una riqueza de la comunidad eclesial, siempre y cuando se purifique continuamente de adherencias culturales superfluas, y exprese con claridad el profundo amor del creyente por el don de la Eucaristía.

"Canta, oh lengua,
el misterio del cuerpo glorioso
 y de la Sangre preciosa
 que el Rey de las naciones
 Fruto de un vientre generoso
 derramó en rescate del mundo.
Nos fue dado,
nos nació de una Virgen sin mancha;
y después de pasar su vida en el mundo,
una vez propagada la semilla de su palabra,
Terminó el tiempo de su destierro
 Dando una admirable disposición.
En la noche de la Última Cena,
Sentado a la mesa con sus hermanos,
Después de observar plenamente
La ley sobre la comida legal,
se da con sus propias manos
Como alimento para los doce.
El Verbo encarnado, pan verdadero,
lo convierte con su palabra en su carne,
y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo.
Y aunque fallan los sentidos,
Solo la fe es suficiente 
para fortalecer el corazón en la verdad.
Veneremos, pues,
Postrados tan grande Sacramento;
y la antigua imagen ceda
 el lugar al nuevo rito;
la fe reemplace
La incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo 
sean dadas alabanza y gloria,
Fortaleza, honor,poder y bendición;
una gloria igual sea dada a 
aquel que de uno y de otro procede.
Amén".

"Cuando paseamos la sagrada hostia en la custodia por las calles, entonces sale de ella un resplandor que se extiende por toda la tierra. Podemos sospechar que Dios, por la Encarnación, ha tocado la creación entera y, por su contacto, la ha transformado".
(Anselm Grün)



1 comentario:

  1. "La Eucaristía nos remite a la memoria de Jesús de Nazaret y de su vida entregada y ofrecida en favor de los seres humanos. Una memoria que se hace profecía en la medida en que estemos dispuestos a recrear en nuestras vidas esa misma voluntad de entrega y servicio.
    Una comunidad cristiana celebra propiamente la eucaristía cuándo se pregunta por los ausentes y, sintiendo en ella la presencia viva y resucitada del Señor, se siente urgida a recomponer la historia, según la voluntad liberadora de Dios, y desde el dolor por el sufrimiento de los últimos".

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