jueves, 27 de agosto de 2015

"OLVIDA" LA CABEZA

"Dependemos demasiado de la cabeza. Pensamos sobre las cosas
cuando corresponde sentirlas. Cuando pienso, creo distancia no sólo respecto a las cosas, sino también respecto a las personas. Me hago una idea de la persona, en vez de relacionarme con ella. La cabeza siempre está inquieta. Contínuamente pienso en una cosa tras otra,  Está claro que la inteligencia es valiosa y que sin ella no hubiéramos llegado tan lejos, que sin ella no hubiera dominado mi vida, sin embargo, a menudo me impide disfrutar del momento, pues la inteligencia no es capaz de detenerse en el presente. Por el contrario, mis sentidos me introducen en el arte de vivir el momento. En los sentidos siempre estoy totalmente en el presente, Siento, observo, escucho, huelo, saboreo, toco: aquí y ahora.

El poeta Otto Julius Bierbaum (1865-1910) nos invita a abandonar el dominio exclusivo de la cabeza para entregarnos a los sentidos y a través de ellos, a la vida. Este es su camino para experimentar el placer de vivir: 

Olvídate un poco de la cabeza y
abrázate sin pensar a la amada vida
con la intensidad de las flores.
Olvídate de tus aspiraciones y de tus ambiciones
y con una sencillez sagrada, sé libre
de la coacción que te impone el cerebro.
Desde luego que te ha llevado muy lejos
y te ha dado mucha sabiduría.
pero la vida más profunda 
no se conoce, sólo se siente.
Dentro de la tierra fecunda, fresca de primavera,
las raíces tiernas de las flores sienten
más por ella que tú.
Sé también un hijo de la tierra.
¡Para que no se haga extraña en tu sentir
dirígele hoy los sentidos! "

ANSELM GRÜN. El pequeño libro de la alegría.


sábado, 22 de agosto de 2015

PARA LLEGAR A ......







(TOMADO DE INTERNET)

miércoles, 19 de agosto de 2015

ANCLA EL PRETÉRITO

"Frecuentar las sillas que dejamos,
los pájaros encuentran allí la tarde.
Saber si en el patio nos espera
el juguete,
los árboles que trepamos
y esos frutos
que no quisieron
madurar.

Buscar el columpio
en la distancia de otros soles,
hallar sus asientos vacíos
de risas de vuelos,
palos vencidos
ante el peso
de las estaciones.

Tantear el agua turbia
guardada en el aljibe,
atisbar en el fondo
las ruinas de la casona
y descubrir que ya nada,
nada conserva tus ojos de niño."

 ANA CECILIA BLUM. Ancla el Pretérito. Áncoras. 2015

jueves, 13 de agosto de 2015

FIESTA Y DESCANSO

“Hoy hablaremos de la fiesta. Y decimos inmediatamente que la fiesta es un invento de Dios. Recordamos la conclusión de la
narración de la creación, en el Libro del Génesis que hemos
escuchado: «El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado» (2,2-3). Dios mismo nos enseña la importancia de dedicar un tiempo a contemplar y a gozar de lo que en el trabajo ha sido bien hecho. Hablo de trabajo, naturalmente, no sólo en el sentido del arte manual y de la profesión, sino en el sentido más amplio: cada acción con la cual nosotros los hombres y mujeres podemos colaborar a la obra creadora de Dios.

Por lo tanto, la fiesta no es la pereza de quedarse en el sofá o la
emoción de una tonta evasión... No, la fiesta es en primer lugar una mirada amorosa y grata sobre el trabajo bien hecho; festejamos un trabajo….

 También en el ambiente de trabajo, a veces - ¡sin fallar a los deberes! - nosotros sabemos "filtrar" alguna chispa de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo nacimiento, como también una despedida o una nueva llegada..., es importante. Es importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la máquina productiva: ¡nos hace bien!

Pero el verdadero tiempo de la fiesta, suspende el trabajo
profesional, y es sagrado, porque recuerda que el hombre y la mujer que han sido hechos a imagen de Dios, el cual no es esclavo del trabajo, sino Señor, por lo tanto también nosotros no debemos ser nunca esclavos del trabajo, sino "señores". 

Hay un mandamiento para esto, un mandamiento que se aplica a todos, ¡ninguno es excluido! Y en cambio sabemos que hay millones de hombres y mujeres, e incluso ¡niños esclavos del trabajo! En este tiempo existen esclavos ¡Son explotados, esclavos del trabajo y esto es en contra de Dios y en contra de la dignidad de la persona humana! La obsesión por el beneficio económico y el eficientismo de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida, porque la vida tiene sus ritmos humanos.

El tiempo del reposo, sobre todo el dominical, está destinado a nosotros para que podamos gozar de aquello que no se produce y no se consume, no se compra y no se vende. Y por el contrario
vemos que la ideología de la ganancia y del consumo quiere devorar también la fiesta: y también ésta a veces se reduce a un "negocio", un modo para ganar dinero y gastarlo. Pero ¿es para eso que trabajamos? La codicia del consumir, que comporta el desperdicio, es un virus feo que, entre otros, nos hace estar más cansados que antes. Perjudica el verdadero trabajo, consume la vida. Los ritmos desregulados de la fiesta causan víctimas, a menudo jóvenes.

Finalmente, el tiempo de la fiesta es sagrado porque Dios habita en modo especial. La Eucaristía dominical lleva a la fiesta toda la gracia de Jesucristo: su presencia, su amor, su sacrificio, su hacerse comunidad, su estar con nosotros... Y es así, como cada realidad recibe su sentido pleno: el trabajo, la familia, las alegrías y los cansancios de cada día, también el sufrimiento y la muerte; todo se trasfigura por la gracia de Cristo.”

FRANCISCO. 12 de agosto de 2015


jueves, 6 de agosto de 2015

DIOS COMO AMANTE

"Suponiendo millones de planetas con conciencia
en millones de galaxias, como es lo correcto,
me sorprende que teniendo en todos tantos amores
tengas esta relación tan especial conmigo, como
por ejemplo en el aeropuerto de Denver al cambiar
de avión
yo aparentemente solo en el barullo de pasajeros:
estábamos sentados juntos como dos novios."
                                       

"No tengo otro le he dicho
 y repetido muchas veces.
Y oí que decía dentro de mí 
no con palabras propiamente
o sí con palabras confusamente
pero precisas, decía dentro de mí
o desde el fondo del universo: 
Y yo no tengo otro más que tú."

ERNESTO CARDENAL. Telescopio en la noche oscura.