sábado, 17 de diciembre de 2011

ME GUSTARÍA...


Cuando apenas era un adolescente, e incluso hasta cumplir los 30 años, y ya viviendo en un convento de frailes carmelitas descalzos, creí que mi destino era ser escritor. En aquellos años escribía constantemente, poesía, prosa, letras de canciones que yo tarareaba mientras vivía, y que llegaban a mí en cualquier circunstancia: una guagua, una clase, un paseo. Entonces era yo una persona tímida, callada, introvertida, incluso triste; pero todo ello ayudó a que creciera dentro de mí, lejos de miradas ajenas, un enorme mundo interior, un paisaje alternativo que ninguna realidad externa podía emular. Ya he dicho alguna vez que mi despertar espiritual lo transformó todo, y para bien; la interioridad consiguió equilibrarse con lo exterior, y me fui volviendo un ser humano más alegre y optimista, aunque ello supuso, creo, perder la capacidad de escribir, sobre todo de hacer poesía.
 De todo aquel mundo interior fueron responsables en buena medida mi condición de lector empedernido; leía de todo, tenía una sed de conocimiento insaciable; y también descubrí la música, sobre todo algunos cantautores que me han acompañado hasta hoy: Silvio, Amaury, Serrat…
 Me gustaría poder hablar aquí de todo eso: de libros, de música, de cine, y de cómo todo eso ha sido parte de mi vida a lo largo de estos 50 años. Me gustaría, por ejemplo, escribir algo sobre la obra de Amaury Pérez Vidal, al que he seguido desde que le oí cantar en la biblioteca municipal de mi pueblo, o en el teatro Carlos Marx, los Lunes de la Juventud cuando los que estábamos apenas ocupábamos 20 butacas. He seguido su obra musical desde entonces, y la considero, en lo autoral, una de las más ricas y sólidas de la isla.
 También de gustaría compartir cerca de mi creciente interés por el séptimo arte, y mi actual entusiasmo por estudiar la cinematografía española, y la documentalística cubana.
 Me gustaría hablar y escribir sobre estos temas, pero no sé si podré hacerlo, una vez que soy consciente de haber perdido aquella certeza de mi adolescencia y juventud, la de haber nacido destinado a escribir. Al mismo tiempo, a punto de cumplir 50 años, hay en mí un sentimiento de urgencia, quiero decir algo de lo que viví, que no se pierda.

martes, 13 de diciembre de 2011

EN EL UMBRAL...

-->
Hace unos tres años comencé este blog, confieso que sin tener del todo claro el propósito concreto que lo animaría; tenía entonces otros dos espacios en la red en los que hablaba y compartía en torno a la espiritualidad (Thomas Merton y otros maestros contemporáneos, espiritualidad carmelitana, Henri Nouwen, etc). Creo que ya entonces sentía la necesidad de compartir algo más, y como estaba en Madrid, y mi conexión a internet era excelente e ilimitada, colgué música y videos, además de algunos poemas viejos de mi propia autoría. Al regresar a la Habana la cosa cambió, y lo he sostenido con textos, poesía y prosa, pero sin que me sintiera del todo satisfecho, pensando a veces en cerrar el blog, o de modo progresivo pensando en cambiarlo, y convertirlo en algo más personal.
 Ahora que llevo casi 6 meses alejado de mi trabajo habitual, que he tenido tiempo de sobra para leer, ver cine, escuchar música, pensar, he pensado a menudo en compartir algo más propio, vinculado al placer personal que siento cuando me adentro en otros espacios del saber cultural. Creo que ahora, a punto de cumplir 50 años, puedo decir que mi camino, aquel para el que yo estaba destinado, no era la medicina o la teología, sino el arte, la literatura, la historia, el cine, la música. Esto no significa que lo estudiado en todos estos años haya resultado inútil; pero tanto en mis años como médico, como en mi trabajo como sacerdote católico, busqué siempre más allá y conseguí sentirme realizado en la misma medida en que lo que hacía me acercaba al mundo del arte, sobre todo al mundo de los libros y la música.
 Es bueno poder reconocer esto y decirlo; es bueno poder mirar atrás y reconocerme en mi propia verdad. Me gustaría poder compartir algo de lo que disfruto cotidianamente, aunque todavía no estoy seguro de saber hacerlo bien. En la medida en que pueda lo intentaré aquí, en este blog; todavía no puedo ver qué tengo por delante en los próximos meses o años, ni siquiera si dispondré de ese tiempo, pero quisiera intentarlo.

martes, 6 de diciembre de 2011

ME GUSTA... (Fito)


Me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa
me gusta abrir los ojos y estar vivo
tener que vérmelas con la resaca
entonces navegar se hace preciso
en barcos que se estrellen en la nada
vivir atormentado de sentido
creo que esta, sí, es la parte más pesada

En tiempos donde nadie escucha a nadie
en tiempos donde todos contra todos
en tiempos egoístas y mezquinos
en tiempos donde siempre estamos solos
habrá que declararse incompetente
en todas las materias de mercado
habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado
Yo ya no pertenezco a ningún istmo
me considero vivo y enterrado
yo puse las canciones en tu walkman
el tiempo a mi me puso en otro lado
tendré que hacer lo que es y no debido
tendré que hacer el bien y hacer el daño
no olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano.
No es bueno nunca hacerse de enemigos
que no estén a la altura del conflicto
que piensan que hacen una guerra
y se hacen pis encima como chicos
que rondan por siniestros ministerios
haciendo la parodia del artista
que todo lo que brilla en este mundo
tan solo les da caspa y les da envidia.
Yo era un pibe triste y encantado
de Beatles, caña legui y maravillas
los libros, las canciones y los pianos
el cine, las traiciones, los enigmas
mi padre, la cerveza, las pastillas, los misterios, el whisky malo
los óleos, el amor, los escenarios
el hambre, el frio, el crimen, el dinero y mis 10 tías
me hicieron este hombre enreverado.
Si alguna vez me cruzas por la calle
regálame tu beso y no te aflijas
si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo, es que pasó una brisa
la brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino
mas no te asustes, siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino.
Me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa
me gusta regresarme en el olvido
para acordarme en sueños de mi casa
del chico que jugaba a la pelota
del 49585
nadie nos prometió un jardin de rosas
hablamos del peligro de estar vivo.
No vine a divertir a tu familia
mientras el mundo se cae a pedazos
me gusta estar al lado del camino
me gusta sentirte a mi lado
me gusta estar al lado del camino
dormirte cada noche entre mis brazos
al lado del camino (x 3)
es más entretenido y más barato
al lado del camino (x 2).

AMOR


El amor nunca es excesivo, siempre salva, resucita, bendice, da y hace vida.
EL amor es algo que se aprende con el largo y ancho trabajo de la vida. A veces se termina antes de que ni siquiera sepamos que lo teníamos. A veces lo destruimos antes de valorarlo. A menudo lo damos por sobreentendido. Todo amor, suceda lo que suceda con él a largo plazo, nos enseña más acerca de nosotros mismos, nuestras necesidades, nuestras limitaciones y nuestro egocentrismo que cualquier otra cosa que podamos experimentar. Como decía Aldous Huxley: “No hay ninguna fórmula o método. Aprendes amando”. Pero a veces, si somos afortunados, vivimos lo bastante como para crecer en el amor de tal manera que, gracias a él, logramos reconocer el valor de la vida. Según van pasando los años, llegamos a amar las flores y a los gatos, a los niños pequeños y a las ancianas... y a la única persona en la vida que sabe lo caliente que nos gusta el café. Aprendemos lo bastante acerca del amor como para sentirnos disueltos en el Dios cuyo amor ha hecho posible todo eso. A veces incluso encontramos un amor lo bastante profundo, amable y tierno como para apartarnos de todo lo que nos mantiene cautivos, de cosas que no pueden satisfacernos. A veces vivimos lo bastante como para ver el rostro de Dios en otra persona. Entonces, en ese caso, hemos amado”.
(E.L., noviembre 2011)