martes, 31 de diciembre de 2019

¡GRACIAS!!!... AL FINAL DE UN AÑO

Hay una antigua tradición cristiana según la cual Dios envía a cada persona a este mundo:
Con un mensaje especial que trasmitir,
Con un canto especial que cantar a los demás,
Con un acto especial de amor que ofrecer.

Nadie más puede trasmitir mi mensaje,
O cantar mi canto,
U ofrecer mi acto de amor.

Se me han confiado únicamente a mí.

De acuerdo con esta tradición, el mensaje puede trasmitirse,
El canto cantarse y el acto de amor entregarse
Únicamente a unos pocos,
O a todos los vecinos de una pequeña localidad,
O a todos los habitantes de una gran ciudad,
O incluso al mundo entero.

Todo depende del plan concreto de Dios
Para cada persona.

En este tiempo santo, cuando conmemoramos
El hecho de que Dios amó tanto al mundo que envió su hijo a él
Para nosotros, quiero decirte lo siguiente:

Tu mensaje ha sido escuchado en mi corazón,
Tu canto ha caldeado mi mundo,
Y tu amor ha iluminado mi oscuridad.

Gracias, gracias por tu mensaje, tu canto y tu amor.
Siempre estarás en mi agradecido corazón y en mis oraciones.

(John Powell)

sábado, 28 de diciembre de 2019

¿POR QUÉ HABLA TANTO MATEO, EN SU EVANGELIO, DEL CUMPLIMIENTO DE LAS ESCRITURAS?

El Evangelio de Mateo, redactado en torno a los años 80 y 90, tiene la preocupación de mostrar que en Jesús se cumplen las profecías hechas por Dios al pueblo judío.  Por eso dice muchas veces: Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura... Lo hace porque los destinatarios de este Evangelio son las comunidades de judíos convertidos que vivían en ese momento una crisis profunda de fe y de identidad. Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, los fariseos quedaron como grupo superviviente del judaísmo y asumieron el liderazgo del pueblo. En los años 80, cuando empezaron a reorganizarse, creció la oposición entre judíos y cristianos, y estos últimos terminaron siendo excomulgados de la sinagoga y separados del pueblo de las promesas. Entonces aparecieron las dudas: ¿Será que nos equivocamos? ¿Es Jesús realmente el mesías esperado? ¿Quién es el verdadero pueblo de Dios?

 Es para ese grupo que Mateo escribe su evangelio, como "Evangelio de la consolación" para ayudarles a superar el trauma de la ruptura; como "Evangelio de la revelación" para mostrar que Jesús es el verdadero mesías, el nuevo Moisés, en quien se realizan las promesas; como "Evangelio de la nueva práctica" para enseñar el camino de cómo alcanzar la nueva justicia, mayor que la justicia de los fariseos. 

Mateo es el evangelista que más veces cita el Antiguo Testamento para demostrar que hay continuidad entre el camino del pueblo elegido y la persona de Jesús; en Jesús se cumplen la ley y los profetas, y él es la realización y la perfección de las Escrituras judías. Él ha venido al mundo para establecer el reinado de Dios, ya anunciado en la alianza de Dios con su pueblo.

Pero, con la venida de Cristo, esta alianza ya no se limita al pueblo hebreo, sino que se extiende a todos los pueblos de la tierra.  Mateo se dirige a una comunidad de hebreos cristianos,  perseguida por la sinagoga, y la invita a una apertura hacia los gentiles. Es como aquel escriba sabio del que habla Jesús: sabe sacar de su tesoro lo que es antiguo y lo que es nuevo

 Durante este nuevo ciclo litúrgico leeremos preferentemente el Evangelio de Mateo, de modo que tengamos presente todo esto a la hora de interpretar sus pasajes. 

(Ideas tomadas de: PAN DE LA PALABRA)

LA GRAN FAMILIA DE DIOS

La familia es una realidad cardinal en nuestra vida, y a la vez una paradoja, como tantas otras realidades que pertenecen al ámbito de lo humano. Junto a la familia nos encontramos hoy su impugnación y contestación; la sociedad se abre a nuevas formas familiares, desafiando así lo que la Iglesia propone como voluntad de Dios, y lo que entendemos como tradición. Cristo asume y acepta la realidad familiar de su tiempo, la que le tocó vivir, y experimento la cercanía de sus padres y parientes, pero al mismo tiempo la pone en cuestión muy radicalmente, como constatamos en los Evangelios, en los que el valor supremo es siempre el Reino de Dios, incluso por encima de los lazos familiares. 

 En los medios católicos tradicionales, y en otros medios, ha habido como una absolutización de la familia, una especie de idolización. La familia lo era todo, y en aras de la familia había que sacrificarlo todo: Jesús da un rotundo NO a esta concepción.  La desmitificación que hace Jesús de un exagerado aprecio de la familia se extiende a todos los aspectos de la cuestión, a la vocación social, la vocación política, la vocación personal..., que nunca pueden ser absorbidas por el grupo familiar cerrado. 

 La evolución actual nos hace comprender mejor esta puesta en cuestión del absolutismo familiar. Los jóvenes reciben fuera de la familia tanto como dentro de ella. Reciben de fuera cada vez más las ideas, la cultura, la enseñanza, la amistad, incluso el dinero, el alimento, el techo, pues muchos trabajan, ganan y viven fuera del ámbito familiar gran parte de su tiempo. El grupo familiar queda en cierto modo homologado con los otros grupos humanos. 

 Ahora bien, la familia, aunque relativizada, mantiene todo su valor singular, insustituible. Diversos hechos contemporáneos lo confirman. La experiencia de los países donde se ha llevado al máximo la socialización, y los estudios acerca del desarrollo psicoemocional del individuo, confirman la decisiva trascendencia que para toda la vida tiene el ámbito familiar y las relaciones paterno filiales. 

En el caso concreto de los creyentes, la celebración de la Eucaristía tiene como finalidad ir creando la comunidad cristiana como una familia, en cuyo seno se ofrezca ya lo que debería ser toda la humanidad, o sea, una gran familia, una sociedad fraterna donde el auténtico amor allane cualquier obstáculo que aparezca en el camino, y supere cualquier intento de crear grupos cerrados, que se sientan por encima o al margen de la comunidad humana.

El cristiano no se gloría, sino de una sola aristocracia: la de ser hijo de Dios; y esta condición es sumamente democrática, ya que la condición de hijo de Dios es gratuitamente ofrecida a todo ser humano. Juntos debemos trabajar para que se derriben los muros que dividen a la humanidad: para que todos reconozcamos a Dios como Padre y nos reconozcamos hermanos unos de otros, ayudando a construir la gran familia que Dios quiere. 

(Ideas tomadas del Misal de la Comunidad)



miércoles, 25 de diciembre de 2019

PADRE NUESTRO EN NAVIDAD

Padre nuestro que estás en el cielo, esparce en esta Navidad tu luz bendita sobre esta isla de mambises, patriotas y poetas
Bendice a mi Cuba, con el gran poder de tu Santificado nombre, y de cada lágrima de mi gente, haz un destello de esperanza que les ayude a comenzar un nuevo día

Venga a nosotros tu reino lleno de gracia, para que en cada Cubano sea fecunda la fe en un mundo mejor, donde el amor al prójimo, se haga vital como el oxigeno

Hágase tu voluntad en cada mandatario de este planeta, y confiérele la gracia a los que la necesiten, para que dejen de ser esclavos de la codicia y la sed de poder que les ciega, dales sabiduría y humildad, y otórgales el don de saber escuchar a los pueblos

Danos hoy nuestro pan de cada día, pero sobre todo, no permitas que olvidemos compartirlo con los más necesitados, danos también la voluntad de amar al prójimo como a nosotros mismos, y no de amarnos solo a nosotros mismos, y otórganos la prudencia, para no olvidar que vale la pena

Perdona nuestras ofensas, si dejamos aflorar el egoísmo remontado en un lamento, por querer pretender que se quede junto a nosotros, quien partió para estar a tu lado, pero padre por favor, no perdones la palabra enmudecida por el miedo o el acomodo, no nos perdones la risa y la quietud, ante la tristeza y la improcedencia, no nos perdones usar en vano la palabra amigo, ni la traición en la espalda de otros.

No nos dejes caer en la tentación de abandonar la verdad, de transitar por el camino más fácil, de volver el rostro ante la injusticia, de creer en la falsa sabiduría de no ver, no hablar, y no escuchar, y líbranos de no hacer el bien, aunque nos valla mal.

Amén

Yobel Vega
(amigo de Matanzas, Cuba)

sábado, 21 de diciembre de 2019

LA AVENTURA DE JOSÉ Y MARÍA (Cuarto domingo de ADVIENTO)


Va terminando el Adviento: hemos hecho un camino, y ahora, en este cuarto domingo, casi a las puertas de la Navidad, la Palabra nos presenta a José, el hombre justo. En los Evangelios aparecen dos relatos para describir un mismo acontecimiento, pero cambia el protagonista: en Lucas, aparece el ángel hablando con María, para anunciarle que será la madre del Mesías; en Mateo, sin embargo, es a José a quien el ángel se le aparece en sueños para decirle que reciba a María como esposa y que dé nombre al niño que va a nacer. Dos miradas, desde perspectivas diferentes, porque hablan a comunidades diferentes, provienen de realidades diferentes e interpretan el mensaje de Jesús según su circunstancia particular (la de su comunidad).

 Pero quiero llamar la atención sobre José, a quien siempre se le achacan dudas a la hora de recibir a María, como si no estuviera seguro de su honestidad;el relato dice que José era un hombre justo, y ahí está la clave que permite interpretar la situación de otra manera. 

Seguramente María le contó a José lo que había sentido y este, siendo justo, y con temor de Dios, creyó que lo conveniente era apartarse del camino de María para que esta pudiera seguir el plan de Dios con ella y el hijo por nacer. Pero entonces el ángel le habló a él, pidiéndole recibir a María como esposa, porque su colaboración era necesaria. Según las Escrituras judías, el Mesías sería "hijo de David", es decir, de su familia o descendencia, y por ello José, descendiente de David, adoptaba formalmente a Jesús como hijo y lo hacía partícipe de esa descendencia. Una vez escuchado el mensaje del ángel, el temor de Dios dejó paso a la obediencia (que siempre nace de la escucha). Como hombre justo, vemos en José esas dos cualidades fundamentales: temor de Dios y obediencia.

 Y luego, pensando a María, descubro en su juventud y virginidad la condición de quien está totalmente disponible para Dios, la que hace espacio en su ser y su vida para ser colmada de la "gracia". No es meramente una condición biológica lo que hace que María sea escogida por Dios, sino su total disponibilidad, que el texto bíblico hace patente en su expresión: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra".  Las otras madres bíblicas significativas: Sara, la madre de Sansón, la misma Isabel, eran mayores y estériles; María es joven y capaz de vida, y eso lo pone al servicio de la novedad total de Dios que espera el mundo. 

Nosotros hoy, los cristianos, necesitamos cultivar esas tres virtudes: temor de Dios (reconocimiento de su infinitud y de la propia condición finita), obediencia (fidelidad a Dios en la vida) y disponibilidad para servir desde el desprendimiento total al proyecto de Vida de Dios para el mundo. Cristo quiere nacer, y nos necesita para hacerlo, pero su venida tiene lugar por caminos siempre nuevos e inesperados

No nos encerremos en lo de siempre, en lo inamovible, en lo seguro; no nos dejemos ganar por la costumbre, la rutina, la comodidad. Estemos abiertos a las sorpresas de Dios, aprendamos a buscar allí donde nadie espera que nazca Jesús: en lo sencillo, en lo humilde, en lo pobre, en lo cotidiano, en lo que pasa desapercibido, en lo que está olvidado, en lo que no cuenta para nadie (Es decir: en una cueva, en un pesebre).

Alguno dirá: ¿Y vamos a ponerlo todo en las manos de un niño pequeño, frágil, desnudo, que llora por hambre? Sólo aquellos que miran con el corazón y la fe son capaces de descubrir en ese niño la Palabra de Vida que vino y viene siempre, de parte de Dios. Es una aventura con riesgos, pero segura fuente de alegría y de paz; las mismas que José y María experimentaron cuando el ángel de Dios les anunció la Buena Nueva. 

 Fray Manuel de Jesús, ocd

domingo, 15 de diciembre de 2019

PROFETAS: PRECURSORES DE LO NUEVO

 En el ADVIENTO cristiano tienen un papel fundamental los PRECURSORES, profetas de lo porvenir, de lo nuevo que desafía nuestra comodidad; son ellos los que saben, como diría un famoso personaje de ficción, que cada desierto esconde un pozo, y que para descubrirlo tenemos que ser capaces de soñar.

La irrupción de Juan Bautista, en la historia del pueblo de Dios, supone la llegada de un profeta, de un precursor que prepara los caminos y pone en cuestión las vidas de las gentes. Denuncia el pecado y anuncia un porvenir de esperanza: dice lo que la gente no quiere oír, y levanta el ánimo a los cansados y a los tristes. En cada época, también hoy, hay precursores, hay profetas y pioneros que abren nuevos caminos a la humanidad y así preparan el adviento de Dios. ¿Sabemos reconocerlos, descubrirlos? La Escritura habla de "la suerte de los profetas", porque estos van a contracorriente; el mismo Jesús la conoció, y aunque "pasó haciendo el bien", acabó en una cruz, abandonado por todos. 

El mensaje del Adviento y de la vida entendida como adviento es este: Envío mi mensajero delante de mí; detrás de mí viene uno que es más fuerte que yo. La vida, y también la vida de fe, es una cadena de acontecimientos; hay unos antes y otros después. No todo acaece a la vez, ni al principio, ni al medio, ni al fin; sino a través de ese tejido espeso de antes y después, de etapas, fases, episodios fluyentes a lo largo de muchos años. Cuando estos se han vivido en la paciencia y en la esperanza se convierten en caminos y avenidas reales de la llegada de Dios

Cada generación, cada etapa histórica, igual que cada etapa biográfica individual es un umbral precursor del Mesías, que llega para inaugurar el Reino. Cada generación abre un espacio nuevo y desbroza un nuevo cauce para ensanchar la visión del horizonte distante, y así facilitar el acceso a ese lugar último donde se realiza la promesa de lo definitivo. Esta generación, como las otras, tiene profetas que luchan por abrir nuevos accesos al futuro; ellos son los precursores, los Bautistas de nuestro tiempo. 

 Tendrán, como siempre, que pelear, confiar, aguantar, y hasta morir, para entregar su mensaje; pero luego, gracias a ellos, el mundo acabará siendo un poquito mejor, y el Reino de Dios estará más cerca. Los profetas no son perfectos, hacen las cosas a su modo, incluso tienen dudas, pero de algún modo encienden una luz que nos permite llegar más lejos

 En este domingo de Adviento, en la figura de Juan Bautista, quiero decir GRACIAS a todos los profetas, hombres y mujeres, que han sembrado en mi vida semillas de algo nuevo, para que en rincones desconocidos de mi historia siga creciendo la esperanza de un mundo mejor: menos violento, más justo, más inclusivo, más fraterno. Ellos, y todos, con las pequeñas e imperfectas obras realizadas, apresuran la llegada de Dios.

jueves, 12 de diciembre de 2019

¿ERES TÚ EL QUE TENÍA QUE VENIR?

"Una vez más recordamos que los evangelios no son crónicas de sucesos. Aunque algunas veces puedan hacer referencia a hechos que sucedieron, la intención al contarlos o escribirlos es aclarar problemas teológicos. El tema que se propone hoy (la relación entre Jesús y Juan Bautista), fue muy difícil de resolver para los primeros cristianos, que eran judíos, y que convivían en el tiempo con los discípulos del Bautista. El mensaje y la manera de comportarse de Jesús, nada tenía que ver con lo que los judíos de su tiempo esperaban del Mesías. No se trata de hablar de Juan, cuanto de intentar que todos se den cuenta del significado de Jesús.

Los evangelios nacen en una cultura oriental, completamente distinta de la cultura grecorromana donde se desplegó más tarde el cristianismo. En aquella cultura, la manera de comunicar verdades era el relato. Contando una historia, se le dice al interlocutor lo que se le quiere comunicar. Nada que ver con la cultura grecorromana, que había desarrollado un lenguaje lógico, discursivo, racional, que por medio de silogismos accedía y comunicaba la verdad. Sigue siendo una catástrofe para la interpretación del evangelio que nos empeñemos en mirarlo como lenguaje lógico.

Da verdadera pena oír hablar de los relatos de la infancia de Lucas y Mateo como si fueran historia, cuyo objetivo es comunicarnos lo que pasó. Y todo, sin hacer puñetero caso a los exégetas que llevan más de dos siglos diciendo que esa no es la manera adecuada de entenderlos. No sólo distorsionamos los textos, haciéndoles decir lo que no dicen; sino que nos quedamos sin el verdadero y profundo mensaje, y esto es mucho más grave. Podéis imaginar lo que yo siento cuando veo a una persona salirse de la iglesia por oírme decir que esos relatos no son historia. No hay manera de superar los prejuicios".

Fray Marcos
(Fragmento de su comentario al tercer domingo de Adviento)

lunes, 9 de diciembre de 2019

EL DÍA DEL ADVENIMIENTO

Moría la noche; palidecían las estrellas. 
De repente, la piedra filosofal de la luz matutina 
lo tiñó todo de oro. 
Un clamoreo corrió de boca en boca: 
¡El heraldo, el heraldo!
Bajé la cabeza y pregunté: ¿Viene ya?
De todas partes parecía que estallaba el ¡Sí! de la respuesta.
El pensamiento, atormentado, decía: 
¡No está todavía la cúpula dorada de mi palacio! 
¡Nada está en regla!
Vino una voz del cielo: ¡Derriba tu palacio!
¿Por qué?, preguntó el Pensamiento.
Porque hoy es día del Advenimiento, y tu palacio estorba el paso.

Rabindranath Tagore

sábado, 7 de diciembre de 2019

ADVIENTO: TIEMPO DE CONVERSIÒN

El ADVIENTO es tiempo de ESPERANZA, tiempo de escuchar el anuncio de nuestra liberaciòn; pero es tambièn, no debemos olvidarlo, TIEMPO DE CONVERSIÒN: tiempo de preparar caminos y enderezar las sendas para que se acerque el advenimiento del Reino. Por ello es importante estar muy atentos a la PALABRA, a la voz de Dios que habla en los profetas, apòstoles y el mismo Jesùs, porque ella puede desenmascarar nuestro autoengaño y despertarnos de nuestros acomodamientos, rutinas y mentiras.

  Esa obra que realiza Dios en nosotros, "cauterio suave" le llama Juan de la Cruz, es el juicio de su luz sobre nuestras tinieblas, el paso necesario de conversiòn que necesitamos para entrar en la senda del Reino. Dios toma siempre la iniciativa, da el primer paso, y luego està nuestra respuesta; imperfecta, pero sostenida por su paciencia y su misericordia.

 Asì, con su juicio, recibimos el Espìritu; el juicio nos lleva a la conversiòn, que es el inicio de nuestra justificaciòn. Pero ello no implica sòlamente actos externos, rituales, cumplimientos, sino FRUTOS: multiplicar nuestros talentos, darnos a los demàs en caridad y servicio, buscar y vivir en justicia. Convertirse es cambiar de mentalidad, y asumir actitudes profundas, que hablen del comienzo de una VIDA NUEVA


El Reino de Dios està cada vez màs cerca, y nadie puede detenerlo. El juicio pende de nuestras cabezas, como el hacha sobre la raìz del àrbol que va a ser cortado. De cada uno depende entonces, y de todos, el que ese juicio dè paso a una conversiòn real y no a un mayor endurecimiento del corazòn, un cerrarse cada vez màs a la propia carne. 

 Nosotros, que salimos al encuentro del Hijo que renace constantemente en nuestras vidas, confiamos estar en manos del Dios grande en misericordia, de modo que su amor infinito, gratuito e incondicional impida que los afanes de este mundo nos aparten de la Verdad y de la Vida plenas que solo estàn en Èl. 

martes, 3 de diciembre de 2019

ADVIENTO: EN VERDAD ES JUSTO Y NECESARIO...


CAMINO DE ADVIENTOsegún los Prefacios de la Misa en el Canon romano.

En verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.
Él vino por primera vez en la humildad de nuestra carne,
para realizar el plan de redención trazado desde antiguo,
y nos abrió el camino de la salvación;
para que, cuando venga por segunda vez
en el esplendor de su grandeza,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora aguardamos en vigilante espera.
 (confiamos alcanzar)


¿Y CUANDO SERÁ ESTO?
Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo,

Señor y Juez de la Historia,
aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria.
En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo,
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria (lleno de alegría).
el mismo que viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y para que demos testimonio por el amor,
de la espera dichosa de su reino.


PROTAGONISTAS DEL ADVIENTO:
A Él que había sido anunciado por los profetas (Isaías)

la Virgen Madre lo llevó en su seno con amor inefable (María);
Juan Bautista proclamó la inminencia de su venida (El precursor)
y reveló su presencia entre los hombres.




PERO MARÍA TIENE UN LUGAR ESPECIAL…
Del antiguo adversario nos vino la ruina,

pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida
aquél que nos nutre con el pan de los ángeles,
y surgieron para todo el género humano
la salvación y la paz.
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María;
su maternidad redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia
por Cristo, nuestro Salvador.


¿QUÉ DEBEMOS HACER, CÓMO ESPERAR A CRISTO?

El mismo Señor nos concede ahora

preparar con alegría el misterio de su nacimiento,
para que su llegada nos encuentre
perseverantes en la oración
y proclamando gozosamente su alabanza.

Al acercarse el tiempo en que ha de llegar tu Enviado

y amanecer el día de nuestra salvación,
llenos de confianza en tus promesas,
cantamos, Padre, con filial alegría,
el himno de tu gloria…

CONSECUENCIAS DE LA ENCARNACIÓN
Porque Él es el Salvador

que en tu misericordia y fidelidad
prometiste al hombre extraviado,
para que su verdad instruyera a los ignorantes,
su santidad justificara a los pecadores
y su fuerza sostuviera a los débiles.

 


sábado, 30 de noviembre de 2019

PROFETAS DE SU TIEMPO

Los profetas son los que toman la vida como es y la expanden. Simplemente, se niegan a encoger una visión del mañana para que  encajara en los límites del ayer.

Los profetas –todos ellos–, cuando llegaron al cruce de caminos, cuando llegaron a una oportunidad de asentarse allí, de dejarlo, de aceptar lo que había, eligieron, en cambio, seguir adelante.

A pesar de todo, si no con una sensación de éxito total e inmediato, sí como sirenas en la noche, como sembradores de semillas arrojadas lejos, como agitadores eternos en el alma de la nación, como antorchas en la turbiedad de la confusión, eligieron seguir adelante, iluminando para los demás la eterna Palabra de Dios siglo tras siglo.

Eligieron seguir gritando el mensaje en el que se basaba el futuro y del que dependía la gente para encontrar el camino de salida de la oscuridad a la que la había condenado un liderazgo fracasado.

Esas personas proféticas –personas exactamente como nosotros: sencillas y sinceras, animosas e inspiradas–, esos cultivadores de fruta como Amós y pequeños negociantes como Oseas, esos sacerdotes y pastores, esos teólogos y escritores y soñadores como Isaías y Ezequiel, esos amantes atormentados y testigos sufrientes no hicieron, ciertamente, elecciones pequeñas.

Eligieron el coraje; eligieron la expansión del alma; eligieron jugarse la vida por lo que debía haber, en vez de apostar su comodidad a lo que había.

¿Y qué les pasó por el hecho de importarles más estas cosas que la preservación del pasado?

Fueron exiliados, condenados públicamente, perseguidos, ridiculizados e ignorados. Eso es lo que pasó.

¿Y qué hicieron al respeto? Continuaron.

¿Y cómo pudo ser así? Fácil: estaban más comprometidos con la Palabra de Dios que con la aprobación de aquellos que se decían guardianes de la Palabra de Dios pero traicionaban su sentido.

Estaban más comprometidos con el compromiso que con la aprobación social. Estaban más entregados a la fe en Dios que a la fidelidad al sistema. Estaban más llenos de esperanza en el futuro que de miedo al dolor del presente. Estaban más comprometidos con la Palabra de Dios que con el temor de los que hablaban por la institución pero decían hablar por Dios.

Estaban más comprometidos con las cuestiones nuevas que con las cuestiones viejas. Eran gente de su tiempo. Y preferían quedarse solos con Dios solo.

Su fe iba más allá de la teología institucional, hasta el Dios cuya voluntad para con la institución era que no solo preservara la palabra sino que la viviera.

Vivían muy en el presente por un futuro que sabían que no sería el suyo. Y nos llaman a hacer lo mismo.



JOAN CHITTISTER
–Call to Action, discurso de apertura, 7 de noviembre de 2010

lunes, 25 de noviembre de 2019

PARA VIVIR EL ADVIENTO...

"ADVIENTO es  el tiempo oportuno y privilegiado para escuchar el anuncio de la liberación de los pueblos y de las personas. En él se percibe una invitación a dirigir el ánimo hacia un porvenir que se aproxima y se hace cercano, pero que todavía está por llegar. Tiempo para descubrir que nuestra vida pende de unas promesas de libertad, de justicia, de fraternidad todavía sin cumplir; tiempo de vivir la fe como esperanza y como expectación, tiempo de sentir a Dios como futuro absoluto del hombre".

Este tiempo litúrgico tiene cuatro domingos, y en cada uno de ellos encendemos un cirio en nuestra celebración (y también si queremos en nuestras casas, con la familia), y comenzamos la Eucaristía con una oración, que llamamos "colecta", porque recoge el sentir de la asamblea y de toda la Iglesia. Las comparto a continuación:

Primer domingo: "Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno" (Siempre Cristo viene a nosotros; actualizar nuestro salir, que se hace concreto en compromisos de vida y justicia). 

Segundo domingo: "Señor todopoderoso, rico en misericordia,  cuando salimos animosos al encuentro de tu hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida" (Que nuestra búsqueda de lo trascendente no se vea entorpecida por lo  transitorio y temporal, sino que estas cosas nos ayuden a alcanzar la vida plena).

Tercer domingo: "Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante" (Actitudes fundamentales: esperanza y alegría). 

Cuarto domingo: "Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección" (La Encarnación y la Resurrección están conectadas; renacer para vivir, triunfando sobre la muerte y el pecado).


Como pueden notar en esas oraciones hay unas frases o palabras resaltadas en color rojo que recogen lo esencial de ellas, y a partir de las cuales podemos reflexionar de modo personal. Hablan de salir, de esperar con fe, de superar obstáculos, de alegría; hablan de encarnación y resurrección como dos realidades conectadas, y hablan de gracia, de regalo, de don, de fiesta. ¿Cómo insertar todo eso en nuestra propia vida?


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo Señor nuestro.

A quien todos los profetas anunciaron, 
la Virgen esperó con inefable amor de madre;
Juan lo proclamó ya próximo
y señaló después entre los hombres.

El mismo Señor nos concede ahora
prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento,
para encontrarnos así, cuando llegue,
velando en  oración
y cantando su alabanza.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles,
y con todos los coros celestiales
cantamos sin cesar el himno de tu gloria...


En cada Eucaristía dominical leemos tres lecturas y un salmo. La primera lectura en los cuatro domingos de este ciclo está tomada de ISAÍAS; la segunda lectura, de ROMANOS, salvo el tercer domingo que leemos a SANTIAGO; el Evangelio es el de MATEO los cuatro domingos. Los protagonistas de este tiempo: Isaías, Juan Bautista (que aparece en el Evangelio del segundo y tercer domingos), y María

Veamos las antífonas de los Salmos:
1. Que alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor (121).
2. En sus días florecerá la justicia y brillará la paz (71).
3. Ven, Señor, a salvarnos (145).
4. Que entre el Señor, el rey de la gloria (23).

 También podemos apreciar en ellas una gradualidad, es decir, un camino que comienza con el anhelo y termina con la llegada de Jesús. Pueden servirnos como jaculatorias durante la semana.

Cada domingo y cada semana trae su propio mensaje, que se integra al mensaje general de este tiempo, y a través de la rica imaginación de Isaías, de las fuertes palabras del Bautista, o las exhortaciones de Pablo y Santiago, llegamos a disponernos, como MARÍA, para que también en nosotros se encarne la Palabra.  Ella es la que hace que nuestra espera sea fecunda.

 La duda  que corroía al Bautista nos inquieta también a nosotros a menudo, pero son las obras de Dios, las que realizamos día a día, las que responden: ayudemos con una vida justa a que Dios no deje de nacer entre nosotros.

jueves, 21 de noviembre de 2019

DOMINGO DE CRISTO REY

El último domingo del tiempo ordinario la Iglesia celebra la solemnidad de Jesucristo, rey del universo. Esta fiesta, más conocida como Cristo Rey, fue instaurada por Pío XI el 11 de marzo de 1925. Apareció en el contexto histórico y social de una Iglesia sola e inerme frente al auge republicano y anticlerical de los países europeos. No olvidemos que las monarquías eran tradicionalmente cristianas y que los eclesiásticos se declaraban monárquicos. 

 Es fiesta de un título de Cristo correspondiente a una ideología, hostil a la secularización del mundo moderno y nostálgica de la cristiandad medieval.  Se revaloriza el título de Jesús como Rey de reyes, con la pretensión de que los Estados reconozcan pública y oficialmente a Jesucristo Rey, mediante consagraciones hechas por el primer mandatario de la nación. Ante los nuevos parlamentos, la Iglesia pretende defender sus derechos a través de partidos políticos cristianos y de centrales sindicales católicas. No se admitía la autonomía del mundo, se defendía el poder temporal de los papas y se exaltaba la autoridad de la Iglesia institucional hasta límites increíbles. 

 Como Jesús es Rey, se concluía que la Iglesia ha de ejercer la realeza con todas sus consecuencias relativas a derechos, privilegios e influencias.  Otros pretendían espiritualizar la realeza de Jesús considerado Rey de las almas, sin conexión alguna con lo social y lo político. Jesús era mero guía espiritual. 


Después del Concilio Ecuménico Vaticano II debemos situar la fiesta de Cristo Rey en un nuevo contexto social, dentro de las perspectivas litúrgicas del Viernes santo. El mundo posee su autonomía propia, no pertenece a la Iglesia.  Sólo desde la fe podemos afirmar que Jesucristo es Señor del mundo y de los hombres. 

 También debemos revisar nuestra concepción cristiana de la Iglesia y, en concreto, las relaciones de esta con el Estado. La Iglesia ha de ser libre e independiente de todo poder civil. Su misión incide en las realidades temporales, aunque desde el ángulo de lo específicamente evangélico, ya que el ejercicio del profetismo es tarea esencial cristiana. 

 La realeza de Cristo no se visibiliza en la Iglesia por sus poderes o su resplandor, sino por la justicia, el servicio y la caridad.

Oración

 Dios, Padre todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu hijo muy amado, Rey del Universo, haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu infinita misericordia y te glorifique sin fin.

Lecturas: Segundo Libro de Samuel 5, 1-3; Salmo 121; Colosenses 1, 12-20; San Lucas 23, 35-43.

"El triunfalismo eclesial es una renuncia al misterio de la cruz"

(Tomado del MISAL DE LA COMUNIDAD)

martes, 19 de noviembre de 2019

ACERCA DEL CULTO EUCARÍSTICO

Estas notas son un resumen del Diccionario de Liturgia. La Iglesia desde hace unos años ya ha tratado de renovar el culto eucarístico, pero creo esto es válido sólo si tenemos en cuenta ciertos aspectos, de lo contrario, simplemente repetiremos viejos esquemas,superados luego del Concilio Vaticano II, y sería un retroceso (13 de junio de 2007).


Presentación:
La expresión culto eucarístico puede entenderse en dos sentidos: culto al Padre por medio de la celebración eucarística, supremo acto del culto cristiano; y culto al santísimo sacramento del cuerpo y de la sangre de Cristo, es decir, reconocimiento y adoración de la presencia eucarística del Señor, presencia definida como verdadera, real y substancial por el concilio de Trento. Ahora bien, este segundo sentido de la expresión culto eucarístico se desglosa también en dos momentos: durante la celebración de la misa y fuera de ella. Esta distinción no supone ruptura ni distanciamiento entre uno y otro momento, pues es en la celebración de la misa donde tiene su origen toda expresión de culto eucarístico.

Misterio eucarístico quiere decir la eucaristía en toda su integridad y amplitud “tanto en la celebración de la misa como en el culto de las sagradas especies”. Pero no siempre se ha tenido en cuenta la unidad y continuidad entre la misa y el culto eucarístico fuera de ella.

Aspectos históricos:
Las manifestaciones del culto eucarístico fuera de la misa, como la exposición del santísimo, las procesiones, la bendición eucarística, los congresos eucarísticos y otras formas de piedad pública y privada, constituyen una práctica propia de la iglesia de occidente, más exactamente de la iglesia católica; y nacieron entre los siglos IX y XII, cuando se produce un tránsito del simbolismo que caracterizaba a la doctrina eucarística de los santos padres, a una nueva corriente más realista y cosificante. 

Qué significó esto? Pues que se pasó de la consideración de la celebración de la misa en relación directa con el acontecimiento de la muerte del Señor a una atención casi exclusiva de la presencia de Cristo, es decir se perdió de vista la conexión entre la acción litúrgica y el hecho histórico salvífico que la sustenta.

Lo importante pasa a ser la presencia, y el recuerdo de la pasión y muerte se queda en alegoría. La misa se convierte en un acto cada vez más privativo del sacerdote, al que el pueblo asiste para conseguir dones y gracias para vivos y difuntos. La comunión es cada vez más rara e infrecuente. El desconocimiento del latín aísla la liturgia del pueblo, y esta carencia se suple con el DESEO DE VER LA HOSTIA, reforzado por una creciente tendencia afectiva hacia la humanidad de Cristo, propia de este momento histórico. 

Aquí está el origen de las primeras formas de culto eucarístico: ostensión y elevación de las especies, exposición prolongada del santísimo. La mirada se convierte en un acto de fe y adoración e incluso en un acto de comunión espiritual, pues algunos místicos consideraban que se obtenía idéntico beneficio espiritual que con la comunión sacramental.

A partir de este momento comienza a desarrollarse la piedad eucarística en todas las manifestaciones que hemos conocido y que recuerdan los de más edad. El deseo de CONTEMPLAR LA SAGRADA HOSTIA alcanzó rápida difusión a nivel popular, y cuando un moribundo no podía comulgar le llevaban el sacramento para que pudiera contemplarlo. Empieza a cobrar relieve el rito de la elevación y lo acompañan de campanas, luces y cantos, y se pierde poco a poco el sentido originario de realizar el propio ofrecimiento y la comunión con Cristo en ese momento de la misa.

A partir del siglo XI empieza a hacerse sobre el altar principal la reserva eucarística: sagrarios en forma de paloma, suspendidos o en pequeñas torres, que reciben el nombre de TABERNÁCULO., y poco tiempo después el uso de la lámpara, cuyo cuidado y mantenimiento estaba a cargo de las cofradías.

En 1264 el papa Urbano IV instituye para toda la iglesia la fiesta del Corpus Christi, convirtiéndola en una de las principales solemnidades del año, sobre todo después del concilio de Trento, cuando pasó a ser un signo del catolicismo, frente a la doctrina protestante. Otras devociones posteriores fueron las CUARENTA HORAS, la Exposición durante la misa, la adoración nocturna o perpetua, que tuvieron una orientación manifiesta de reparación hacia el Señor presente en el sacramento, hecho prisionero por nosotros, humillado y escarnecido por los pecados.

Desde comienzos del siglo XX se apreciaron síntomas de una crisis en el culto eucarístico fuera de la misa (disposiciones y reformas de Pio X y Pio XII), que se consumará después del vaticano II, pero que llevó a la par una mayor comprensión y estimación de la liturgia eucarística.

Elementos negativos:
Sin afectar la legitimidad de este culto, padecía no obstante de insuficiencias y acentuaciones propias del tiempo en que nació:
1- Posibilidad de convertirse en una realidad desgajada de la celebración eucarística.
2- Justificación autónoma a causa de una teología esencialista y apologética
3- Escasa participación del pueblo en la misa y la comunión sacramental.
4- Devocionismo e individualismo en lugar de nutrirse de las fuentes objetivas de la Palabra de Dios y la Tradición de los Padres de la Iglesia.

El vaticano II...  impregnó una nueva orientación al culto eucarístico, y nos ofreció unas importantes líneas teológicas a tener en cuenta:
1- El misterio eucarístico es el centro de la liturgia, y por lo mismo, de toda la vida cristiana. Por misterio eucarístico se entiende la eucaristía en la totalidad de sus aspectos, comenzando por la celebración del memorial del Señor. Esta celebración es también el centro de la vida de la iglesia local y universal.
2- La celebración eucarística es el punto de referencia y la clave de comprensión del culto a la eucaristía, es decir, el origen y el fin de todo culto eucarístico. La eucaristía está siempre destinada a la comunión, aunque mientras tanto, pueda recibir la adoración y el culto de los fieles.
3- La conservación de la eucaristía tiene como objeto primario y primordial la administración del viático, y como objeto secundario la distribución de la comunión y la adoración de Cristo, presente en el sacramento. Por tanto, el culto eucarístico debe conducir a una participación más plena y profunda en el misterio pascual, es decir: PARTICIPAR MÁS FRECUENTEMENTE EN LA EUCARISTÍA Y CON MÁS DISPOSICIÓN; y Practicar LA UNIDAD ENTRE EUCARISTÍA Y CARIDAD. El culto eucarístico no puede ser ajeno a la vida; debe haber continuidad entre eucaristía y servicio al hermano.
4- Armonizar el culto eucarístico con la estructura pascual, trinitario y celebrativo del año cristiano.
5- Importantes los signos que acompañan al culto litúrgico, para no opacar la centralidad de la misa (exposición debe ser después de la misa, no estar la reserva en el altar mayor, que no sea más solemne la exposición que la misa)

domingo, 17 de noviembre de 2019

EL DÍA DEL SEÑOR... ¿cerca o lejos? (Domingo XXXIII, C)


Cuando Lucas escribía su Evangelio las cosas iban mal para los cristianos de su tiempo: el templo de Jerusalén había sido destruido y la ciudad arrasada (sería casi como si eso sucediera hoy con Roma y la ciudad del Vaticano). El impacto fue grande, pues aquellos primeros seguidores de Jesús eran judíos, y mantenían s vínculo con el templo y la sinagoga. Para colmo, los cristianos estaban siendo expulsados de esos lugares, donde escuchaban y comentaban las Escrituras,  y perseguidos por las autoridades religiosas judías, y también por las romanas, y hasta muriendo como mártires de su fe.  Las familias se habían dividido y ocurrían los eventos naturales de siempre... en fin, que aquello parecía el fin del mundo, la gente se asustaba, y creía que era la tan anunciada segunda venida de Cristo

Entonces Lucas, recurre a un género bíblico, el apocalíptico, para darle un mensaje a la comunidad creyente por boca de Jesús, que puede resumirse en pocas palabras: 

Todavía no es el final, confíen en las promesas de Jesús, que les dará sabiduría y valor para enfrentar todo eso, y además tendrán oportunidad de dar testimonio. Y perseveren...

Hoy también nos inquietan y preocupan muchas cosas, tanto del mundo del que somos parte como de la Iglesia: guerras, conflictos, tragedias, divisiones, perdida de valores, y un largo etcétera... Y el temor y la angustia nos hacen pensar también: es el fin del mundo; y no faltan los profetas de calamidades, que avivan con leña nueva el miedo de siempre.  Jesús lo dice claro: No les hagan caso, no soy yo, no hablan en mi nombre.

El mensaje de Jesús, también con respecto al llamado "día del Señor", es BUENA NUEVA, invitación a confiar y a esperar. No tengan miedo, dice Jesús a los suyos una y otra vez. También lo difícil del camino se vuelve oportunidad, y como dice Malaquías, si vamos de la mano de Jesús nos iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas...

De cualquier modo, el mismo Señor que vendrá al final de la Historia sale a nuestro encuentro cada día. Preparémonos para celebrar el final de este ciclo litúrgico, ya el domingo próximo será la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo... y caminemos con alegría y paz, sirviendo a nuestro Dios en nuestros prójimos, sobre todo en los más pobres. No hay por qué temer que llegue "el día del Señor", al contrario; recemos para que Cristo venga: Ven, Señor Jesús...

Fray Manuel de Jesús.

EL EVANGELIO; LA RELIGIÓN Y LOS POLÍTICOS.


Si algo hay claro en las palabras de Jesús (Lucas 21, 12-19) es que sus discípulos no van a encontrar siempre buena acogida ante los gobernantes políticos. Por tanto, cuando los que anuncian el Evangelio encuentran buena acogida en quienes manejan el poder y el dinero, es probable que no están anunciando el Evangelio, sino otras cosas que, disfrazadas de Evangelio, en realidad nada tienen que ver con la propuesta de Jesús.

El mejor disfraz del Evangelio suele ser la "religión". Los hombres de la religión suelen tener la fuerte inclinación a entenderse bien con los poderes públicos que respetan, costean y promueven las instituciones religiosas y los actos de la religión. Los gobernantes que hacen eso mantienen buenas relaciones con los dirigentes religiosos y, por supuesto, jamás los persiguen. Por otra parte, como a grandes sectores de la población le interesa más la religión que en Evangelio, los gobernantes se dedican a promover la religión, por más que el Evangelio no se tenga en cuenta para nada.

 El hecho es que las cosas se han puesto de tal manera que ya resulta complicado saber si lo que buscan los los religiosos y protegen los políticos es el Evangelio, es la religión o son los intereses y conveniencias de todos. ¿No ha llegado la hora de poner las cosas en claro?

José María Castillo
La religión de Jesús