viernes, 30 de agosto de 2013

UNA MUJER DESNUDA

Audrey Munson

Una modelo y actriz que siempre atrajo por igual al arte y la censura
Alejandro Armengol, Miami | 30/08/2013
Pocos conocen su nombre pero es difícil que quien visite Nueva York no encuentre su rostro y, lo que es mejor, su cuerpo: una figura de cobre de veinte pies que representa la Fama Cívica, con la mirada vigilante sobre el edificio de la municipalidad; desnuda a la entrada de la Galería Frick y en el Monumento al Maine, de Columbus Circle, donde guía con firmeza una carroza tirada por tres furiosos corceles. No alcanzan estos sitios para contener a una mujer que no tiene reparos en exhibirse. Se repite en todas las figuras femeninas, como si las esculturas fueran incapaces de encerrar tanto ímpetu. Representa a la paz en la corte de apelaciones neoyorquina y reaparece en un ventanal de colores de la Iglesia de la Ascensión. Vuelve a estar desnuda en la fuente Pulitzer, frente al hotel Plaza. Se muestra lánguida en el Memorial a Isa e Isidor Straus, en el Straus Park. Sirve de inspiración para treinta obras de arte en el Museo de Arte Metropolitano. Su cara se reproduce en las estatuas Miss Manhattan y Miss Brooklyn a la entrada del Museo de Arte de Brooklyn. Idealiza la hermosura en el frente de la Biblioteca Pública de Nueva York.
Nunca le bastó la ciudad: adorna las mansiones de John D. Rockefeller y George Vanderbilt, el yate de J. P. Morgan y las monedas de diez y cincuenta centavos. Se convierte en la principal modelo para la Exposición Internacional Panamá Pacífico en San Francisco. Aparece una y otra vez, en los 24.000 pies de murales decorativos y vuelve a figurar en varios grupos estatuarios. Es el símbolo de esa exposición, y no permite a otras mujeres que usurpen su encanto. Luego inicia una carrera de actriz de cine y aparece desnuda en películas ahora perdidas.
Es famosa. Repetida hasta el cansancio durante su momento de mayor esplendor. Una cara familiar en un país enorme, cuyas fronteras parecen incapaces de apresarla, Una figura reconocida por todos los hombres. Luego la reclusión y un largo silencio.
Audrey Munson vivió en Providence, Rhode Island, hasta cumplir los 15 años. Soñaba con estudiar música y danza. Entonces se muda con su madre a Nueva York, al divorciarse sus padres.
Una tarde de 1906 madre e hija recorren las tiendas del centro de la ciudad, cuando un hombre comienza a seguirlas. El hombre no habla, no se dirige a ellas, pero tampoco deja de mirar a la adolescente —la madre le pregunta qué desea; le pide que se vaya, que deje de perseguirlas— y finalmente se decide. Responde que es fotógrafo, que quiere retratar a Audrey y le da a la madre la dirección del estudio.
Van al otro día. Bajo la mirada vigilante de la madre, Audrey es fotografiada una y otra vez. Cara y cuerpo. Poses ingenuas que no despiertan la menor sospecha. Nada más ocurre.
Ambas mujeres lo han olvidado por completo, cuando un día el fotógrafo regresa. Ahora pide algo distinto. Desea mostrar las fotos a un amigo, un escultor de origen húngaro. El artista quiere que la joven pose desnuda.
La madre se resiste al principio, pero cede poco después. ¿Por dinero?, ¿por complacer a su hija?, ¿convencida por el escultor? Audrey no ha cumplido aún los 16 años. La escultura tiene un nombre emblemático: Las Tres Gracias. El hotel Astor adquiere la pieza y la coloca en su vestíbulo.
Es el comienzo. Años más tarde se referirá a la obra como “un souvenir del consentimiento materno”. Pronto se convierte en “la reina de los estudios”. Siente una inclinación peculiar por despojarse de la ropa. No tiene reparos en permanecer desnuda durante largas horas. Atrae por igual al arte y la censura.
Se inicia en el país la era de la Prohibición y las cruzadas morales. “Esta joven debería avergonzarse”, exclama Elizabeth Gannis, la presidente de la Liga Nacional Cristiana para la Promoción de la Pureza. “Es posible que tenga unas facciones y una figura perfectas, como dicen los escultores, pero ello no le da permiso para exhibir sus encantos delante del público”, agrega con resentimiento.
Audrey no la oye. O finge no oírla. Al ser entrevistada por un periódico expresa que asume su desnudez como “un sacrificio en favor del arte”. Invierte los valores de tantas cruzadas morales y de todas las ligas cristianas que la atacan. No responde con desenfado. Asume una actitud ética: “Comenzamos a usar ropa solo cuando los pensamientos malignos y de culpabilidad se alojan en nuestra mente. Los vestidos son dañinos para nuestros cuerpos y aún peores para nuestras almas”. ¿Convencimiento, inocencia o astucia?
Nadie sin embargo se preocupa por destacar su entereza moral. Nadie la escucha. Prefieren mirarla.
La vida de modelo es deslumbrante, pero no basta para engañarla. Intuye que va a ser breve. Cuando los artistas empiezan a cansarse, cuando se da cuenta que ya no sirve de musa, descubre que hay muchos que aún desean seguir viendo su cuerpo. Entonces empieza su carrera cinematográfica.
En su primera película, Inspiration, repite muchas de las poses que han inmortalizado su cuerpo desnudo en las estatuas. Por primera vez —y bajo el socorrido pretexto del arte— aparece una mujer desnuda en una cinta norteamericana. Ya para entonces sabe que otros han agotado su figura en esculturas; también conoce que hay un nuevo camino por descubrir. El cine le brinda la oportunidad de exhibirse en un ámbito más reducido: las salas oscuras. Pero no desperdicia el hecho de que esa aparición momentánea se repite incansable de ciudad en ciudad, noche tras noche. El momento cumbre de la película es una escena donde aparece sólo cubierta de pies a cabeza por un barro húmedo.
La inspiración continúa en otras tres cintas: Heedless Moth, Girl O’Dreams y Purity. En todas se repite esa mezcla de ingenuidad y modestia que despierta lujuria.
Apenas unos pocos las conocen hoy. Nadie se atreve a otorgarle valor cinematográfico a sus películas, ni a catalogar sus actuaciones.
El fracaso de Audrey no es a causa de los críticos. Tampoco gracias a los defensores de una moral de parroquia. Un asesinato ocurrido en 1919, muy comentado en la prensa y en el que se ve envuelta de forma involuntaria, destruye su carrera.
Es el fin. La decadencia la lleva poco a poco a la locura. Ingresada en 1931, a la edad de 39, pasa el resto de su vida en una institución de psiquiatría. El olvido no tiene piedad y la persigue hasta la muerte, en 1996.
Había cumplido 105 años y ya no se acordaba de su belleza.

jueves, 29 de agosto de 2013

NO HAY NADA QUE ENTENDER

No entiendo nada de cuanto sucede
tampoco sé si hace falta entenderlo
la vieja mueve la rueca incansablemente como en aquellos cuentos.

¿Lo recuerdas? ¿Dónde estarán aquellas ruecas?
Ya están aquí los nuevos sueños
pero mis ojos son dos bolas de cristal y tu sonrisa es falsa
y el discurso mental tan recortado  tan ceñido  como las fuentes.
Ahora no sé si voy a entender alguna vez.
No sé si hace falta entender o si la clave es sobrevivir
andar en sueños y en la suerte de no regresar nunca
de aprender de memoria los libros que circulan
entre miembros selectos
capaces de guardarse el corazón con cuatro llaves.

Yo me pregunto y quiero saber la razón de preguntarme
porque los niños interrogan y no hay ecos
pero yo
ah pero yo sí tengo cerradas mis ventanas
mis puñales salen disparados a la próxima carta
y cuento una y otra vez todo el dinero que hace falta
para comprar la suerte equivocada
que un siglo atrás alguien me ofreció
totalmente gratis
y no quise aceptar.

Por eso no quiero entender
porque supone abrirse las heridas
volverse y revolver los agujeros
supone irse desnudando  recuperando los trozos de esa piel
que llevo a todas partes.
Mejor no entender
confiar ciegamente en la palabra
en la señal intermitente que emite mi interior
en la señal de luz que parece extinguirse alguna noche
pero siempre termina acariciando
mi cuerpo desnudo en las mañanas.

Buenos días Dios
Buenos días Vida
estoy aquí
no hay nada que entender.

Manuel Enrique Valls
(1993-1995)

martes, 27 de agosto de 2013

EL CUENTO DEL SOLDADO Y LA PRINCESA

 (En: "Cinema Paradiso", la película)
Alfredo: -Te contaré una historia. Sólo para ti, Toto. Sentémonos.
Hubo una vez un rey que dio una fiesta. Las más hermosas princesas asistieron. Un soldado de la guardia real vio pasar a la hija de rey. Era la más adorable, e inmediatamente el soldado se enamoró. Pero, ¿qué era un simple soldado al lado de la hija de un rey? Un día el soldado se las arregló para verla y le dijo que ya no podía vivir sin ella. La princesa quedó tan impactada por la profundidad de sus sentimientos que le dijo: "Si puedes esperar por 100 días con sus noches bajo mi balcón yo seré tuya". Dicho esto, el soldado salió y esperó un día, dos... luego diez, veinte. Cada noche la princesa lo buscaba y allí estaba él, sin moverse. Siempre allí, lloviera o relampagueara. Las aves se posaban en su cabeza, las abejas lo aguijoneaban, pero él no se movía. Después de 90 noches, se veía seco y pálido. Brotaron lágrimas de sus ojos. No pudo detenerlas. No tuvo ni siquiera fuerzas para dormir. Y todo ese tiempo, la princesa lo observaba. Cuando la nonagésima novena noche llegó... el soldado se levantó, tomó su silla, y se marchó...
 
Toto: -¿Qué? ¿Justo al final?

Alfredo: -¡Justo al final, Toto! No me preguntes qué significa, no lo sé. Si logras descifrarlo, me lo dices.

domingo, 25 de agosto de 2013

HISTORIAS DE NAUFRAGIOS

Él viene armado con pedazos ajenos
escapando no sé de qué galeras
de cuanta inenarrable travesía.
Por eso ella es para él
porque no tiene espejos
porque no pide más que compañía
porque comparten la tabla frágil
con que se arriesgan a cruzar la vida.

Ella me recuerda lo triste
su figura es ajena a la luz
 sonríe y cierro los ojos para no llorar.
Es un papel manchado
con el que juega el tiempo
no hay lugar para su estrella en este cielo.
Ella y él y toda la soledad
que no descubren
ahogados en una felicidad que yo no entiendo.

Subsisten aun entre nosotros
historias de naufragios.
Mi poema no será la orilla
ni sé más que prestar mis pobres ojos
para que acerques tu mirada.

Ella y él necesitan saber
que este mundo es mucho más que el mar.

Manuel Enrique Valls (1991)

NUESTRA ESPERANZA ESTALLA

Me pregunto por qué tanto optimismo
llevamos la paciencia y nos colgamos
es difícil amar
si todos los cuerpos sudan rabia.
Ahí están nuestros mercados de muchachas
nuestras vidrieras áridas
nuestros carteles apedreados.
Me pregunto por qué la nave está sola
por qué aplauden si odian
por qué no hacemos nada.

La esquizofrenia tiene adeptos
como estrellas el cielo.
La prensa está de fiesta
y el país en ruinas
la incertidumbre gana.
Cada hombre tiene un tiempo justo
y esta generación ha estado trunca
los gritos vienen del norte  del mar
de otros continentes
los niños crecen y aprenden a matar.

Nuestra esperanza estalla
mientras otros hombres cantan y defienden
nuestro derecho a seguir muertos.

Manuel Enrique Valls (1991).

miércoles, 21 de agosto de 2013

NUESTRO MARTÍ

En los últimos meses de los preparativos de Martí para la nueva guerra de independencia, en diciembre de 1894, el Delegado había citado a Mayía Rodríguez, Enríque Collazo, Loynaz del Castillo y a su discípulo Gonzalo de Quesada, para una entrevista. El Maestro, agobiado de trabajo, llegó tarde. Después de saludar afectuosamente a sus compatriotas y de sacudirse la nieve de la ropa, al sentarse lanzó un suspiro, lo que al parecer disgustó a Mayía:
-Usted no debe suspirar, Martí. Yo no suspiré, ni lancé ninguna queja, cuando en la guerra pasada me dieron un balazo en esta rodilla que me destrozó la pierna.

A lo que respondió Martí:
- Mi suspiro no es una queja, ni una debilidad. Mi suspiro es una esperanza. En la península yucateca, en esa tierra dura y brava, hay unos huecos, profundísimos como abismos, llamados cenotes, donde se sacrificaban seres humanos durante siglos para aplacar la furia de los dioses, y donde se arrojaban innumerables ofrendas de oro y pedrería. Los indios de aquellos lugares sostienen que de lo más hondo, bajo las raíces de los árboles, de la entraña misma de la tierra, suele escapar un angustioso suspiro.....Mi suspiro es el suspiro del cenote.
 
En una ocasión, un joven le preguntó a Martí:
_ Dígame, Maestro; ¿Qué entiende usted por libertad?
_ La esclavitud del deber- Le contestó Martí en el acto.

PARA TIEMPOS OSCUROS...


"Dios es poderoso.
¿Hay alguien entre nosotros que va caminando al atardecer
de su vida y teme la muerte?
¿Por qué este temor?

Dios es poderoso.
¿Hay alguien entre nosotros que está desesperado
por la muerte de un ser querido?
¿Por qué desesperar?

Dios pude concederte la fuerza,
Para soportar el sufrimiento.
¿Alguien se preocupa por su mala salud?
¿Por qué preocuparse?

Que venga lo que quiera. Dios es poderoso.
Aunque nuestros días sean oscuros
Y nuestras noches sean tenebrosas
Que mil medias noches,
Queremos pensar siempre en que
En el mundo hay una gran fuerza
Que bendice, y que se llama Dios.

Dios puede abrir caminos de un callejón sin salida.
Quiero transformar el ayer oscuro
En un claro mañana
Últimamente en la mañana luminosa de la eternidad".

Martín Luther King.

LA HUELLA DE LA VIDA

"Cuando uno sigue la huella de la vida, puede ser totalmente correcto que proteja también esta huella, por ejemplo meditando a diario, consagrándose a un buen orden, descubriendo rituales curativos y ejercitándolos en la fidelidad y, a la vez, en libertad. Pero entonces, no se trata de un trabajo ni de una actividad piadosa, sino que se trata de la vida a la que todas las formas religiosas quieren ayudar a dar el salto. La huella de la vida es, al mismo tiempo, el sendero en el cual descubro mi esencia más primitiva, la imagen única que Dios ha hecho de mí. Allí donde algo vive en mí, allí donde me conecto con mi verdadero ser, allí donde soy íntegramente yo mismo, recién allí podré ser la criatura única que Dios ha creado. Pero allí donde soy íntegramente yo mismo, no me siento aislado de los demás, sino que me siento parte de toda la Creación. Allí entablo una profunda relación interior con las personas, con todas las criaturas.
No experimento a Dios fuera del mundo, sino justamente en relación con ese mundo, en relación con los árboles y las piedras, con las montañas y con los lagos, con las flores y los animales. No es fanatismo por la naturaleza, es la expresión de una profunda experiencia espiritual: el espíritu de Dios penetra toda la Creación y, de esta forma, nos habla a través de cada criatura de este mundo. Cuando, por las mañanas, camino meditando cerca de un arroyo, después de laudes, y me percato de lo que es, me siento uno con la Creación, siento la vida que florece y se abre por doquier también en mí. Entonces experimento a Dios en la amplitud de la respiración y en la luz de la aurora". 

(Anselm Grün)

lunes, 19 de agosto de 2013

SIEMPRE SE HA SOBREVIVIDO...

Aunque se sufra un poco me gustan los finales
ellos desnudan las penúltimas razones
ellos quitan la venda de los ojos
y aparece el mundo de nuevo ante nosotros
tal como es en realidad.
Hay que inventar nuevas costumbres
hay que imponer al gesto otro sentido
tener paciencia con toda la nostalgia que circula
saber que hubo finales antes  que los habrá después
que siempre se ha sobrevivido.
Me gustan los finales
después de ellos todo es nuevo
todo comienza otra vez y vuelve el susto
la calma interior
vuelven los poemas a nacer de noches grises
de siestas prolongadas
de la memoria insomne.
Y habrá un principio  una primera vez
otra vez en que creeremos que no habrá final
y volveremos a jugar a no saber
aunque sabemos.

Manuel Enrique Valls
(1993-1995)

sábado, 17 de agosto de 2013

EL TIEMPO ME HA CAMBIADO

 ("Yo sólo sé que el tiempo me ha cambiado", 
Pedro Shimose)

Lo cierto es que he cambiado
y me pregunto si para bien o para mal
si para ser más yo  más profundo  más hombre
o para ir convirtiendo mi semilla original
en la mediocre silueta del hombre acostumbrado.

Ya me dí cuenta una vez ante el espejo
pero creí que era cuestión de piel
no pude ver entonces qué complejo es todo
qué lleno de tropiezos el camino
qué tanto cambiar de dirección
qué incertidumbre esta de llamarme por un nombre
y no saber si soy o si no soy
si he madurado -como dicen mis amigos-
o si en verdad perdí la luz
que puso Dios una tarde en mi mirada.

Sé que quien escribe hoy
ya no será mañana
y el de mañana querrá saber entonces
si alguna vez podrá decir  sin titubear
éste es mi nombre.

Manuel Valls
(1993-1995)

martes, 13 de agosto de 2013

BONDAD QUE DESCONCIERTA

"La bondad es siempre una forma de relacionarse alguien con los demás. Hay una prueba muy sencilla para ver hasta dónde llega la bondad de una persona. Lo dije ya, hace tiempo: “el espejo del comportamiento ético no es la propia conciencia, sino el rostro de quienes viven conmigo. Cuando este rostro expresa paz, esperanza, alegría y felicidad, porque mi comportamiento genera todo eso, entonces es evidente que mi conducta es éticamente correcta”.
La bondad no se predica, ni se enseña, ni se impone. La bondad se contagia. El que es bondadoso, crean un clima de bondad. Y eso cambia la vida. La de uno. Y la de los demás. Ser siempre bondadoso, reconocer los propios límites y la las propias contradicciones. Sólo así podremos hacer que, pase o no pase la crisis, viviremos mejor. Y nos sentiremos mejor.
Ya sé que esto no es la panacea universal. Sería ingenuo pensar que sólo con el “buenismo” se arregla el mundo. No. Entre otras razones porque la bondad lleva consigo no quedarse callados y pasivos cuando uno ve sufrir, y sufrir tanto, a los más débiles. El que se calla, en tales condiciones, no se distingue por su bondad, sino por su cobardía, por su miedo, por intereses inconfesables. Eso no es bondad. Eso da vergüenza verlo, sufrirlo y hasta pensarlo.
En todo caso y pase lo que pase, no nos cansemos jamás de ser buenos, siempre orientados y guiados por la más desconcertante bondad. Porque, es un hecho, la bondad es lo que más nos asusta y hasta nos desconcierta".
 
José María CASTILLO.

domingo, 11 de agosto de 2013

AMA AL CISNE SALVAJE.....

No intentes posar tus manos sobre su inocente cuello
(hasta la más suave caricia le parecería el brutal manejo del verdugo).
No intentes susurrarle tu amor o tus penas
(tu voz lo asustaría como un trueno en mitad de la noche)
No remuevas el agua de la laguna, no respires.
Para ser tuyo tendría que morir.
Confórmate con su salvaje lejanía
con su ajena belleza (si vuelve la cabeza escóndete entre la hierba).
No rompas el hechizo de esta tarde de verano.
Trágate tu amor imposible.
Ámalo libre.
Ama el modo en que ignora que tú existes.
Ama al cisne salvaje.

Luis Rogelio Nogueras

viernes, 9 de agosto de 2013

PARA ENAMORARSE DE DIOS


William Johnston, nacido en Belfast, 1925, es uno de mis autores favoritos, y cuyos libros he leido con placer y provecho. Este sacerdote jesuita, estudió en Liverpool y en la Universidad Nacional de Irlanda, luego se unió a la Orden de los jesuitas y en 1951 se trasladó a Japón, lugar donde ha residido desde entonces. Es doctor en teología mística por la universidad de Sofía, Tokio, y ha realizado además estudios específicos sobre budismo, participando activamente en el diálogo entre el budismo Zen y el cristianismo.

Entre sus libros, los que tengo a mano ahora mismo, destaca "Enamorarse de Dios".Práctica de la oración cristiana", publicado por Herder,1998. También una trilogía acerca de la mística, cuyos títulos son: "La música callada", "El ojo interior del amor", y "El ciervo vulnerado". Además, "Cartas a contemplativos", su "Teología mística. La ciencia del amor", y más recientemente "Mística para una nueva era. De la teología dogmática a la conversión del corazón", publicado por DEsclée de Brouwer, 2003.

jueves, 8 de agosto de 2013

TIEMPO

AL MORIR UN HOMBRE HIZO 3 PEDIDOS:

1) Que su ataud fuese cargado por los mejores medicos de la epoca.
2) Que los tesoros que tenia, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataud a la vista de todos.

  Alguien asombrado le pregunto que  ¿cuales eran sus razones?
El explico:
1) Quiero que los mas eminentes medicos carguen mi ataud, para demostrar que ellos NO tienen ante la muerte el poder de curar.
 2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aqui conquistados, aqui se quedan.
3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataud, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacias, y con las manos vacias partimos, al morir nada material te llevas...

"EL TIEMPO" es el tesoro mas valioso que tenemos, podemos producir mas dinero, pero no mas tiempo...!

EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es TU TIEMPO.

martes, 6 de agosto de 2013

ESPÍRITU PROFÉTICO

"Todo regimen totalitario teme al artista. La vocación del profeta es mantener vivo el ministerio de la imaginación, continuar evocando y proponiendo futuros alternativos a ese único futuro que el rey quiere imponer como el único concebible". 
(Walter Brueggermann)

" Cualquier religión que afirme preocuparse por las almas de los hombres y no se preocupe por las condiciones sociales y económicas capaces de dejar cicatrices en el alma, es una religión espiritualmente moribunda que sólo espera el día de su entierro". (Martín Luther King, Jr)

"Nosotros despertamos la imaginación religiosa de un pueblo furioso". 
(Mahatma Gandhi)

domingo, 4 de agosto de 2013

VISIÓN

"El literato pasó todo el día ocupado con su sueño, y cuanto más profundizaba en él, más bello le resultaba, más le parecía que superaba todas las composiciones de los mejores poetas. Mucho tiempo, durante días enteros, acarició deseos y planes de escribir este sueño de forma que manifestase esa infinita belleza, profundidad e intimidad, no sólo para el que lo soñara, sino también para otros. Tardó en abandonar estos deseos y esfuerzos y en comprender que debía contentarse, en su interior, con ser un verdadero poeta, un soñador, un visionario de espíritu, pero que su obra debería seguir siendo la de un simple literato".

Hermann HESS