miércoles, 24 de diciembre de 2014

HAY QUE NACER DE NUEVO

Sube a nacer conmigo
dice el poeta Neruda,
Baja a nacer conmigo
dice el Dios de Jesús.
Hay que nacer de nuevo,
hermanos Nicodemos,
y hay que nacer subiendo desde abajo.

De esperanza en esperanza,
de pesebre en pesebre
todavía hay Navidad.
Desconcertados por el viento del desierto
que no sabemos de donde viene ni a donde va,
encharcados en sangre y en codicia,
prohibidos de vivir con dignidad,
sólo este Niño puede salvarnos.

De esperanza en esperanza,
de pesebre en pesebre,
de Navidad en Navidad,
siempre de noche naciendo de nuevo,
Nicodemos.

"Desde las periferias existenciales",
con la fe de María
y los silencios de José
y todo el Misterio del Niño
hay Navidad.

Con los pobres de la tierra
confesamos
que Él nos ha amado hasta el extremo
de entregarnos su propio Hijo
hecho Dios venido a menos
en una kenosis total
Y es Navidad
Y es tiempo nuevo.

Y la consigna es
que todo es Gracia,
todo es Pascua,
todo es Reino.

PEDRO CASALDÁLIGA


A todos los lectores y lectoras del blog les deseo
!FELIZ NAVIDAD!




AMOR SIEMPRE JOVEN



ORACIÓN DE NOCHEBUENA.   “¡Oh Dios! eterno misterio de nuestra vida. Por el nacimiento de tu propia Palabra de amor en nuestra carne has plantado la majestad eternamente joven de tu propia existencia en nuestra propia existencia y has hecho que se manifieste victoriosamente. Concédenos, en la experiencia de la decepción de nuestra vida,  la fe de que tu amor, que eres Tú mismo y que Tú nos has dado, sea la eterna juventud de nuestra verdadera vida.”

KARL RAHNER. Oraciones de vida.

sábado, 20 de diciembre de 2014

CANTAR CON DIOS

"Cantar una oración es abandonarse al Dios del viento y de la lluvia, donde la gracia mana bravía y libremente. La música es un recordatorio del misterio de Dios. Un esperanzado recordatorio de que el misterio es gracia.

Hemos tenido tanto miedo a los sentimientos a lo largo de la historia humana, que incluso la música empezó a verse arrinconada por normas, restricciones y controles. Pero siempre y en todas partes, un villancico o un himno litúrgico de viernes santo, irrumpe, gracias a Dios, para hacernos de nuevo humanos.    

Las palabras se hacen viejas y predecibles, incluso en la oración..La música es el único lenguaje que trasciende los límites entre la ultimidad de Dios y la incapacidad de los humanos. 'Nunca en mi vida he comprendido un compás de música, decía Igor Stravinsky, pero sí lo he sentido.'

La música apaga la sed de belleza. Viene a nosotros de no se sabe dónde y toca en nosotros algo que ignorábamos que poseíamos.  La música es la poesía del pobre, del viajero, del que tiene las manos vacías.

Las piezas musicales que amamos son los recuerdos que atesoramos. Son la familia, la vida espiritual, los sueños de nuestra vida. Si sabes qué música no puedes soportar. sabrás con qué recuerdos no has podido reconciliarte.

Cuando Dios puso la música en el corazón humano, puso también la oración. La oración verdadera, no la recitación de fórmulas.

Una Iglesia que no canta es una iglesia en que la oración y la liturgia han quedado 
reducidas a una parte de representación y tres partes de magia, donde una sola persona actúa por todos en la esperanza de que el efecto repercuta en lo más profundo de nuestra alma y realice en ella los cambios que tanto necesitamos."

JOAN CHITTISTER. Escuchar con el corazón. Momentos sagrados en la vida diaria. 

jueves, 18 de diciembre de 2014

MARÍA DE LA ESPERANZA



"Santa María de la Esperanza
mantén el ritmo de nuestra espera.

Nos diste al esperado de los tiempos
mil veces prometido en los profetas
y nosotros, de nuevo, deseamos
que vuelva a repetirnos sus promesas.

Brillaste como aurora del gran día: 
plantaba Dios su tienda en nuestro suelo
y nosotros soñamos con su vuelta,
queremos la llegada de su Reino.

Viviste en la cruz de la esperanza
pensando en el amor la larga espera
y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra.

Esperaste cuando todos vacilaban
el triunfo de Jesús sobre la muerte
y nosotros esperamos que su vida
alumbre nuestro tiempo para siempre.

Santa María de la Esperanza,
mantén el ritmo de nuestra espera. "

CANTO

sábado, 13 de diciembre de 2014

LA VIDA, SEGÚN EINSTEIN


“La vida es un gran tapiz. El individuo sólo es una hebra in­significante en un diseño inmenso y milagroso.”

“La vida no le pone las cosas fáciles a nadie. Pero es una suerte cuando somos capaces de salir en alguna medida de nuestros incómodos límites y concentrarnos en temas obje­tivos que están más allá de las miserias de la vida.”

“La vida al servicio de una idea puede ser buena si esa idea revitaliza y libera al individuo de las cadenas del yo, sin lan­zarlo hacia otra servidumbre parecida. La ciencia y el arte pueden actuar de esta manera, pero también pueden condu­cir a la esclavización o a un empacho y sobrerrefinamiento enfermizos. Pero no discutiré la idea de que estos esfuerzos conducen a una incapacidad para enfrentarse con la vida. Al fin y al cabo, incluso el agua puede ser un veneno si te aho­gas en ella.”

.” Si A es el éxito en la vida, entonces A = x + y + z. El trabajo es la x, el juego la y, y z es mantener la boca cerrada

“Nuestra situación aquí en la Tierra es extraña. Cada uno de nosotros llega para una corta visita, sin saber por qué, aun­que de vez en cuando parece adivinar un propósito. […] Sa­bemos una cosa: el hombre está aquí en beneficio de los de­más hombres.”

“Sólo una vida vivida para los demás es una vida que ha va­lido la pena.”

“Una vida orientada principalmente hacia el logro de los de­seos personales, tarde o temprano, siempre conducirá a una amarga decepción.”

“La existencia personal tiene sentido mediante la convicción del valor objetivo de la lucha y la acción personales. Pero si esta convicción no se atenúa mediante el humor, uno se vuelve insufrible.”


EL LIBRO DEFINITIVO DE CITAS. Plataforma Editorial. (Tomado de El País)

martes, 9 de diciembre de 2014

LUZ, VIENTO, TIERRA, TIERRA...


El viento, una codorniz
y el sol poniente.

Por suspender el interrogatorio con el sol
me he convertido en luz,
pájaro y viento.
Mis hojas cantan.

Soy tierra, tierra:

Todas estas cosas iluminadas
mi corazón cultiva
Un majestuoso, espigado pino
se alza como la inicial de mi primer nombre
cuando yo tenía uno.

Cuando tenía alma,
cuando estaba ardiendo
cuando este valle estaba
repleto de aire fresco
pronunciabas mi nombre
en nombrando tu silencio:
¡Oh, dulce canto inefable!

Soy tierra, tierra

El hálito de mi corazón
estalla de heno y flores.
Soy un lago de aire azul
sobre el que mi propio lugar
-ya campo o valle-
Se refleja.

Soy tierra, tierra

Desde lo más hondo de mi corazón de hierba
alza el vuelo la codorniz.
Desde mis matojos sin nombre
emprende su extravagante veneración.


THOMAS MERTON. Oh dulce canto inefable. 

  Emblemas de una estación de furia

sábado, 6 de diciembre de 2014

PREPARANDO EL CAMINO

“Preparadle un camino al Señor, allanad en la estepa una senda para nuestro Dios.
 Que los valles se levanten, que 
montes y colinas se rebajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale" ISAIAS 40

“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Juan bautizaba en el desierto y predicaba que se convirtieran” MARCOS 1
-
                                                   

Los caminos, los caminos
No se hicieron solos
Cuando el hombre, cuando el hombre,
Dejó de arrastrarse.


Los caminos, los caminos
Fueron a encontrarse
Cuando el hombre, cuando el hombre,
Ya no estuvo solo.


Los caminos, los caminos
Que encontramos hechos
Son desechos, son desechos
De viejos vecinos.


No crucemos, no crucemos
Por esos caminos
Porque sólo, porque sólo
Son caminos muertos.


Hay caminos que conducen
A una sola dirección
Ese camino lo escojo
Como única solución.


Rompiendo montes, ciudades
Cambiando el curso a los ríos
Bajando hasta mi montaña
Subiendo el mar a los ríos.


Haciendo un camino largo,
Largo hasta ver el mañana,
Toda esta tierra temprana
Que se quiere levantar
Mañana va a despertar
Sin ver sus días amargos.

PABLO MILANÉS

lunes, 1 de diciembre de 2014

APRENDER A MIRAR DE OTRA MANERA



El Evangelio de hoy habla del centurión romano que pidió a Jesús sanar a uno de sus servidores que está enfermo (es el texto que se usa en la Unción de enfermos); me veo a mí mismo como ese paralítico que está en cama y no puede andar, pues así me siento ahora, paralizado, sin tener claro el rumbo que he de dar a mi vida. En el comentario del Diario Bíblico se describe al centurión como “por supuesto, pagano, poco amigo de los judíos, por ser el representante del imperio que solo traía violencia y sufrimiento”. Luego, más adelante, apunta que Jesús aprovechó la ocasión “para anunciar la universalidad y apertura de la salvación como proyecto de Dios para toda la humanidad”. La primera afirmación mira al centurión desde puros estereotipos, pues por ser romano y soldado no necesariamente tendría que ser enemigo de los judíos, violento o abusador; de hecho creo que si se acerca a Jesús es porque está abierto a esa realidad en la que participa. Luego, la segunda afirmación pone a Jesús como alguien que planifica cada acción o gesto con una segunda intencionalidad, sobrenatural; es muy fácil, al comentar la Escritura, dejarse llevar por esquemas teológicos previos. Tampoco es fácil, pensaba yo esta mañana, mirar a las personas con la bondad con que las mira Jesús, sin acusarlas, sin juzgarlas; he tenido pequeñas discusiones con mi casera a causa de sus comentarios negativos sobre algunas personas del entorno; le digo que toda persona es buena y mala, que no debemos juzgar al prójimo con tanta facilidad, que las personas valen por lo que son y no por lo que hacen, etc, pero ella dice que no, que ella sí juzga, que no tiene pecado y tira la primera piedra si hace falta. El ser humano es muy complejo, lo veo en mi propia persona, pero trato de que la experiencia del mal en mí y en los demás sea cauce para crecer en compasión, no en condenas y juicios.

ADVIENTO....



Domingo, el primero de Adviento; comienzo del nuevo año litúrgico, ciclo B. Anselm Grün, al comentar este tiempo, habla de tres posibles actitudes: celebrar nuestros anhelos de forma consciente de modo que adquieran una función positiva en nuestra vida; contemplar nuestras decepciones como incentivos para buscar siempre algo más,  y escuchar las promesas de Dios, cargadas de luz y de vida. Me gustaría, a lo largo de estos días, poder detenerme a reflexionar en esto, aplicándolo a mi propia vida y al momento concreto que ahora vivo.
Cada tiempo fuerte de nuestro año litúrgico es siempre una nueva oportunidad para penetrar cada vez con mayor profundidad en el misterio de Cristo, para asumir como propio su proyecto de amor, de libertad y de justicia y para reforzar nuestro compromiso cristiano” (Diario Bíblico, introducción al Adviento).
Isaías: “Tu nombre de siempre es nuestro redentor… Jamás oído oyó ni ojo vio un Dios fuera de Ti que hiciera tanto por el que espera en él… Señor, Tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y Tú el alfarero; somos todos obra de tu mano” (63/64).
Pablo a los Corintios: La gracia que Dios nos ha dado en Cristo Jesús… riquezas de palabra y conocimiento… aguardamos la manifestación de Cristo, quien nos mantendrá firmes hasta el final… Dios es fiel (1, 3/9).
Marcos: Invitación a estar despiertos, vigilantes, que la llegada de Dios no nos sorprenda dormidos. Revisar la marcha de la vida, detenernos y mirar atrás… Dios es el único capaz de transformar las cosas y hacerlo todo nuevo. “Cuando se ha perdido el horizonte y todo parece oscuro y absurdo, Dios hace brillar la Luz de su rostro y se vuelve a encontrar el camino perdido” (DB).
 Con estas ideas me adentro pues en el Adviento, escuchando un canto litúrgico me gusta mucho: “La Virgen sueña caminos…”, y evocando la frase de Tagore que viene a mi mente siempre en estas fechas: “El viene, viene, viene siempre…”.

IGLESIA EN SALIDA...



En la Exhortación apostólica “La alegría del Evangelio”, Francisco destaca lo esencial de la misión para la Iglesia. La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús (Mt 28, 19-20); somos invitados, como seguidores y discípulos, a predicar el Evangelio en todo tiempo y en todas partes. De ahí que sea perfecta la imagen de “Una Iglesia en salida”.  Figuras bíblicas que muestran ese dinamismo de salida: Abraham, Moisés, Jeremías, los mismos apóstoles… Hoy el mandato de Jesús sigue activo, en nuevos escenarios y con nuevos desafíos, y es una llamada para todos… “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (20)
La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera” (21). Es la que viven los 72 discípulos que regresan de la misión (Lc 10, 17), y la vive el propio Jesús (Lc 10, 21), así como la experimentada por los apóstoles en Pentecostés (Hch 2, 6). Esa alegría es un signo de que el Evangelio ha sido anunciado y está dando frutos, pero no para detenernos sino para salir siempre otra vez a la siembra: implica el dinamismo del éxodo y el don, del salir de sí, del caminar y sembrar siempre de nuevo, más allá, confiando en la fuerza de la semilla.
Esta Iglesia en salida de la que habla la exhortación, vive la intimidad con su Señor en clave de itinerancia, y ha de salir a anunciar el Evangelio “a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demora, sin asco y sin miedo” (23).
¿Cómo describe la exhortación a esa Iglesia en salida?
Como “comunidad de discípulos que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan”.
1.      Primerear”: La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la amó primero, y por eso sabe ella también adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva. El papa nos invita a “primerear”, a tomar iniciativas, a atrevernos…
2.      Involucrarse: Como consecuencia de lo anterior, la Iglesia ha de involucrarse. Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se involucra e involucra a los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para lavarlos, y luego dice que seremos felices si hacemos lo mismo (Jn 13, 17). La comunidad evangelizadora se mete con obras y con gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Habla de evangelizadores con olor a oveja, para que estas escuchen su voz.
3.      Acompañar: La comunidad evangelizadora por tanto está dispuesta a acompañar. Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean. Sabe de esperas largas y de aguante apostólico. La evangelización tiene mucho de paciencia y evita maltratar límites.
4.      Fructificar: Fiel al don del Señor, la Iglesia sabe también fructificar; está atenta a los frutos, porque el Señor la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña. Cuando ve que esta despunta en medio del trigo no tiene reacciones quejosas ni alarmistas. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos e inacabados. El discípulo sabe dar su vida entera, incluso hasta el martirio, como testimonio de Cristo, pero su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora.
5.      Festejar: La comunidad evangelizadora celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización, lo hace gozo, y ese gozo se vuelve belleza en la liturgia, buscando hacer el bien en medio de las exigencias diarias.
Por tanto, mirando el programa anterior, vemos que la Iglesia necesita “avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están” (25). Ha de constituirse en un “estado permanente de misión” (25); dicho con palabras de Pablo VI: “un anhelo generoso y casi impaciente de renovación” cuando pensamos en el ideal de la comunidad y su realidad concreta; o como lo expresa el Vaticano II: Apertura a una permanente reforma (Unitatis Redintegratio, 6). Por tanto no es nuevo lo que la exhortación propone. Reconoce el documento que “Hay estructuras eclesiales que pueden llegar a condicionar un dinamismo evangelizador” (26), por eso la importancia de una constante renovación. Pero nada hacemos con cambiar ciertas cosas por fuera, por otra parte, sino cambia el espíritu: “Sin vida nueva y auténtico espíritu evangélico, sin fidelidad de la Iglesia a la propia vocación, cualquier estructura nueva se corrompe en poco tiempo” (26).
Esta impostergable renovación eclesial tiene un espíritu: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (27). Es el sentido de la renovación a la que Francisco nos convoca: que todo en la Iglesia apunte a la misión. La exhortación presenta y comenta diversos ámbitos de esta renovación eclesial: la parroquia (28), otras instituciones eclesiales, comunidades de base, movimientos (29), las Iglesias particulares y sus obispos (30 y 31) y el propio papado (32). No vale aquello de “siempre se ha hecho así”, sino que, dice: “Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades” (33), y esto “sin prohibiciones ni miedos”, buscando siempre caminar juntos, como Iglesia.