martes, 23 de abril de 2013

HABLAR DE DIOS

Cuando vamos a hablar de Dios es importante tener presente que nuestro lenguaje es ambiguo, y puede revelar o velar  al mismo tiempo la realidad que intentamos comunicar. De ahí que debamos sopesar cada  afirmación que hacemos, midiendo los vocablos que utilizamos para referirnos a lo divino. Lo mismo sucede cuando nuestro modo de hablar es demasiado institucional, demasiado teológico, demasiado particular o sectario, y pretendemos ser comprendidos más allá de nuestro grupo de referencia concreto. Una buena parte del rechazo a Dios por parte de la humanidad es esencialmente un rechazo al Dios que presentamos en nuestros discursos, que es en esencia el Dios que la gente conoce. Una nueva evangelización supone un nuevo discurso sobre Dios, menos dogmático y más espiritual, que no significa más piadoso, sino menos atado a conceptos culturalmente desfasados. También deberíamos huir de un discurso rico en florilegios pero vacío de contenido, que definitivamente no dice nada a quienes nos escuchan y vienen buscando una respuesta a sus búsquedas mas espirituales y vitales. Comunicar a Dios es comunicar la vida que esta en El y quiere ser comunicada; nuestras palabras han de llegar a los que escuchan como palabras de vida.
(Yo:23 de mayo de 2008)

3 comentarios:

  1. Siento que el rechazo de cuando se habla de Dios , no es rechazo al auténtico Dios sino al dios que han prefabricado con moldes, juicios , imposiciones , miedos y escritos basados en normas plasmadas en papel pero no en el auténtico corazón de Jesús que es el principal libro donde Dios ha dejado sus escrituras. Hasta que no se cambie la idea preconcebida a lo largo de los siglos , será difícil entender que habemos muchos que creemos en un Dios del Amor , respeto y fraternidad no fingido sino un Amor en práctica que nos conduce a la Paz y serenidad para alcanzar una vida feliz y plena . Saludossss

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  2. El girasol que ilustra esta entrada es un buen maestro: mira hacia el sol y de su luz, vive.
    Para hablar de Dios, así debían ser nuestras palabras. Sencillos y claros frutos de la luz recibida.

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  3. Pues es muy cierto, el mensaje no cambia ni va a cambiar, pero si las formas y las palabras de decirlo. Lo importante para convencer es estar convencido uno mismo y ser uno mismo para poder explicar y sobretodo, total naturalidad. Un abrazo.

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