viernes, 17 de mayo de 2013

EL BALSERO

"Sabiendo que escucho mi respiración
y ningún otro sonido,
reconozco en el sueño un dramático mar
donde gira tu cuerpo, sin hacer resistencia,
sin dirección previsible,
como tronco echado entre las aguas.
Entre las aguas y tu cuerpo hay una continuidad
sobre la cual se tiende un cielo simétrico
que desafía todo orden universal.
Como si te dirigieras a un confesor
estás mirando al cielo, sus deidades,
instante en que te percatas
por primera vez de su existencia,
sin necesidad de comprender.
Dejas que las aguas penetren por tus ojos,
como si fuese una sombra ligera quien los nubla
para no ser testigo de nada.
No importa hacia donde te lleva la corriente,
nunca lo supiste, nunca dependiste de un destino.
Tengo la certeza de escuchar
el sonido mecánico de mi respiración
y que tu cuerpo flota
entre un cielo sublimado por el sueño
y un mar que perfora todas las tormentas,
un mar presto a la crueldad
de no dejar tierra alguna
sobre la cual se pueda escribir tu nombre".

(Publicado en la Revista Digital Conexos: http://conexos.org/2013/05/11/tres-poemas-de-aristides-vega-chapu/)

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