Y navegando por los mismos
mares;
Los mismos peces nos
guiñan a veces,
Todo es igual, aunque
parezca diferente.
Yo estoy en proa y tú vas
debajo,
Mirando cómo alcanzar mi
sitio,
No sé si es valor lo que
te falta,
O decisión para lanzar el
grito.
A veces cuando paso me
saludas,
Mas solo es un momento la
explosión;
Todo vuelve a quedar como
una duda,
Colgada en la mitad del
corazón.
Decídete,
que sin mover un dedo
No llegarás
muy lejos, jamás me alcanzarás.
Decídete,
qué dirá tu conciencia
Si falta la
experiencia, de ser capitán.
Vas navegando sobre aguas
profundas
Sobre las cuales debes
siempre andar,
Y si no quieres que ellas
sean tu tumba,
Debes muy pronto aprender
a nadar.
Decídete, y enfréntate a
la vida,
Di lo que sientes si esa
es tu verdad,
Y no te importe recibir
heridas,
Si ser así te trae
felicidad.
Y la próxima vez que nos
veamos
Acaba de anunciar tu
decisión:
Sube conmigo aquí, al
puente de mando,
Alza las velas de tu
corazón.
Decídete,
navegarás con suerte,
Que no podrá
la muerte con todo ese caudal
De mil
deseos guardados
Que al fin
se han desbordado y ocupan su lugar.
Decídete, y
marcarás el rumbo,
para andar
por el mundo cual todo un capitán.
Manuel Enrique Valls
(1982)
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