"Esa tendencia que tienen muchas personas supuestamente religiosas a lo insólito y llamativo es muy poco evangélica. Reacio al relumbrón de lo milagroso, y ante un auditorio que le pedía signos a toda hora, Jesús recurría más bien a lo que tenía más a mano. Ésta es una de sus principales características como orador: inspirarse en lo que constituía la vida cotidiana de quienes le rodeaban, como por ejemplo las aves del cielo y los lirios del campo. Jesús es maestro porque enseña a ver lo extraordinario de lo ordinario, no porque haga cosas raras o difíciles. Sus palabras llamaban la atención de muchos porque nunca hablaba para impresionar – como la mayor parte de los llamados maestros de este mundo – , sino para despertar. Para alimentar por dentro a quienes le escuchaban. Para compartir la dicha de estar vivos. Y a lo que hay que despertar es, precisamente, al lirio, al pájaro, a la nube, es decir, a lo que ha".
Pablo de Ors
Biografía de la luz
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