domingo, 5 de febrero de 2023

SAL Y LUZ PARA EL MUNDO (Domingo 5-A)

Hoy, quinto domingo del tiempo ordinario en la liturgia, seguimos leyendo el Evangelio de Mateo, y pasajes del llamado Sermón de la montaña. En el texto para hoy, Jesús nos invita a ser "sal de la Tierra y luz del mundo", dos hermosas imágenes de lo que ha de ser el cristiano y la iglesia toda en el mundo actual. Estamos llamados a dar sabor e iluminar, reconociendo lo hermoso de la vida en la que Dios se nos manifiesta, y trabajando por la justicia y la paz. 
(La sal se diluye y la vela se gasta; así también dar sabor e iluminar no puede hacerse sin entregarse todo, sin dar la vida al servicio del Evangelio)

En el domingo anterior yo hablaba de cómo el tomar conciencia de la gratuidad del amor de Dios nos conduce luego a la aceptación de nuestros límites y a la compasión por los demás. En este domingo la lectura del  profeta (Isaías 58, 7-10) va por esa misma línea, asegurando la cercanía y escucha de Dios cuando oramos y vivimos solidariamente. 
 
"Así dice el Señor: comparte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo y no te cierres a tu propia carne. Entonces brillará tu luz como la aurora. tus heridas sanarán rapidamente; tu justicia te abriorá caminos; detrás irá la gloria del Señor. Entonces llamarás al Señor y te responderá; pedirás auxilio, y te dirá: Aquí estoy"


Pablo (1 Cor 2, 1-5) por su parte habla también de su fragilidad como apóstol, que no limita su misión, todo lo contrario; en nuestros límites se manifiesta la fuerza de Cristo crucificado ("Decidí no saber otra cosa que de Jesucristo, y este criucificado... para que la fe de ustedes no se fundase en la sabiduría humana, sino en el poder divino"). 

En resumen: ser sal y ser luz habla de nuestra misión como cristianos, llamados a vivir en alegría y esperanza, confiando en que incluso nuestra pobreza material, moral o espiritual pueden convertirse en testimonio evangélico, si nos entregamos a la fuerza sanadora del amor de Dios. 

Fray Manuel de Jesús, ocd

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