miércoles, 14 de febrero de 2024

VOLVER AL CAMINO

Hoy comenzamos nuevamente el
Ciclo Pascual; me gusta mucho este tiempo litúrgico, y me propongo seguir dos textos: Una vida con propósito, de Rick Warren (ya hace años lo seguí en otra Cuaresma), y Vuelve a descubrir a Jesús, de Matthew Kelly; ambos tienen 40 capítulos, uno para cada día. No significa aceptar pasivamente sus ideas, sino confrontarme con ellas, y tratar de alimentar la oración personal, y enriquecer mi reflexión diaria de la Palabra de Dios. Compartiré acá a lo largo de estos 40 días algunas de mis reflexiones:

VOLVER AL CAMINO

A lo largo del año tenemos momentos en los que hacemos alto y renovamos propósitos; es fácil perderse en atajos y recovecos, y tenemos que volver al Camino. Dos ideas fundamentales: 

1. No se trata de mí, se trata de Dios. Dios es el Todo, yo una parte. Dios es más grande

2. Cuando necesito revisar mi vida, reconducirla, volver a empezar, recordar que conversión es siempre volver a Jesús. Jesús es el nuevo comienzo supremo. El Dios de Jesús, el Dios de nuestra fe, es el Dios de las segundas oportunidades y de los nuevos comienzos.

Al comenzar la Cuaresma nos encontramos dos imágenes bíblicas: Jesús que invita a la conversión, porque el Tiempo de Dios está aquí, “ahora” dice Pablo, tiempo de gracia y oportunidad, y luego Jesús que va al desierto, empujado por el Espíritu, y allí es tentado para asumir un camino religioso (de éxito, poder, influencia, reconocimiento) que no es el suyo, ni el del Padre.

ASUMIR QUE: El Espíritu nos conduce al lugar donde podemos crecer; debemos revisar nuestras imágenes de Dios y nuestra religiosidad para purificarlas; la vida puede verse como camino y como desierto, como el lugar donde se prueba nuestra fe, donde maduramos como discípulos, donde sentimos la cercanía de Dios.

Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo, aunque ya lo hayas intentado muchas veces antes; a Dios le encantan los nuevos comienzos, y dice, por boca de Jesús: “Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá” (Mateo7,7). Siempre estamos comenzando. 

¿En qué aspectos de mi vida está Dios invitándome a experimentar un nuevo comienzo?

¿Cómo puedo renovar mi propósito de vivir para Dios (“En obsequio de Jesucristo”), reconociéndole como el Todo, el fundamento, la fuente que no deja nunca de manar, “aunque es de noche”?

Fray Manuel de Jesús, ocd

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