Dice Svetlana
Alexievich:
“Cuando escribo mis libros, las personas no me interesan solo como sujetos que habitan en un tiempo específico. Siempre me ha llamado la atención eso que llamo la persona eterna, es decir, lo eterno que uno lleva adentro”; “Debemos entender que las personas ni siquiera perciben muchas cosas de las que llevan dentro. A veces, cuando logras llegar al fondo de un recuerdo, la gente te dice: Ni siquiera sabía que lo sabía. Lo había olvidado por completo. Apenas me lo preguntaste empecé a pensar en ello… Para poder oír algo nuevo tenemos que reinventar nuestra manera de hacer preguntas”;
“Los hechos no son lo mismo que la realidad. La realidad se tiene que interpretar, se tiene que poder entender, y por eso la relación con la realidad es muy complicada. Está la realidad que vemos, está la realidad que oímos, y está la realidad que no vemos ni tampoco oímos, más bien sólo la presentimos. Cada persona tiene su propia versión de los hechos. Son muchos los hilos que hay que tejer para crear una unidad. No se trata de poner un aparato, encenderlo y listo, tenemos la realidad… Cada uno toma de la realidad lo que puede tomar, y eso depende de su personalidad, que es la única antena que tienes, la que dejaste crecer, y cuanto más larga la antena, más vasta y llena de contenidos es tu realidad”.
“Cuando escribo mis libros, las personas no me interesan solo como sujetos que habitan en un tiempo específico. Siempre me ha llamado la atención eso que llamo la persona eterna, es decir, lo eterno que uno lleva adentro”; “Debemos entender que las personas ni siquiera perciben muchas cosas de las que llevan dentro. A veces, cuando logras llegar al fondo de un recuerdo, la gente te dice: Ni siquiera sabía que lo sabía. Lo había olvidado por completo. Apenas me lo preguntaste empecé a pensar en ello… Para poder oír algo nuevo tenemos que reinventar nuestra manera de hacer preguntas”;
“Los hechos no son lo mismo que la realidad. La realidad se tiene que interpretar, se tiene que poder entender, y por eso la relación con la realidad es muy complicada. Está la realidad que vemos, está la realidad que oímos, y está la realidad que no vemos ni tampoco oímos, más bien sólo la presentimos. Cada persona tiene su propia versión de los hechos. Son muchos los hilos que hay que tejer para crear una unidad. No se trata de poner un aparato, encenderlo y listo, tenemos la realidad… Cada uno toma de la realidad lo que puede tomar, y eso depende de su personalidad, que es la única antena que tienes, la que dejaste crecer, y cuanto más larga la antena, más vasta y llena de contenidos es tu realidad”.
( Lo anterior en LETRAS LIBRES, revista mexicana, dirigida por Enrique Krauze, marzo 2018).
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