CAMINANDO CON EL MÁS FUERTE

Ayer vivimos en la liturgia la fiesta del BAUTISMO DE JESÚS, y quiero compartir brevemente algunas ideas que propuse en mi comentario a la Palabra en las tres eucaristías que celebré, y que pueden servir para el camino diario nuestro como discípulos y bautizados:

1. JESÚS ES EL MÁS FUERTE: Así lo presentó el Bautista, y así vino al mundo, aunque con una fuerza diferente, que algunos pueden confundir con debilidad. Recordarlo siempre: el que es más fuerte, camino con nosotros y está de nuestro lado. Eso es lo que celebramos en la Navidad.

2. LAS PUERTAS DEL CIELO ESTÁN ABIERTAS: Dios las abrió de par en par con Jesús, y ya no las vuelve a cerrar. No nos obliga a entrar, porque respeta nuestra libertad y acompaña nuestras búsquedas, pero quiere que sepamos que Él es nuestra casa, nuestro hogar, donde siempre tendremos sitio.

3. TENEMOS A DIOS, TENEMOS SU ESPÍRITU: Ese es el don más importante que hemos recibido. Nos gusta pedir cosas a Dios, y olvidamos que Dios se dio a sí mismo cuando nos dio su Espíritu. Él habita en nosotros, estamos llenos de Dios. Lo buscamos con frecuencia en otros sitios, y olvidamos cuál es su mejor sagrario.

4. SOMOS HIJOS, HEREDEROS: Es decir, ni esclavos ni siervos, sino HIJOS, con todos los derechos; hijos en el Hijo. Vivamos nuestro camino espiritual como hijos e hijas: con libertad, con dignidad, con confianza. 

5. TODO SACRAMENTO ES UN CAMINO QUE CONDUCE A LA COMUNIDAD: La llamada de Jesús es siempre a construir un nuevo y mejor espacio fraterno. No es  para encerrarnos en una piedad intimista, que ignora al otro, con pretextos espirituales. Todo sacramento es un camino a la fraternidad, o no es real, no es de Jesús. 

 A lo largo de los próximos 12 meses caminaremos con Jesús para trabajar su proyecto en nuestras vidas, recordando nuestro bautizo, y actualizando su significado. Que cada día podamos decir con un poco más de convicción: 

Ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí.