En estos días estuve repasando un viejo libro, tiene más de 10 años de publicado, del jesuita John Powell, que habla acerca de la felicidad. Esto dice el libro en la contraportada:
La condición natural de los seres humanos es la felicidad; por tanto, si una persona es crónicamente infeliz, es que algo no marcha bien. Puede que no sea suya la culpa o que no tenga otra alternativa, pero lo cierto es que algo está fallando. Por desgracia, todos hemos experimentado en alguna ocasión la frustración de nuestro deseo innato de ser felices, y seguramente es porque prensamos que nuestra felicidad depende en gran parte de cosas externas a nosotros o incluso de otras personas. Y así nuestros sueños irreales de felicidad se ven defraudados.
Pero, la verdadera fórmula de las felicidad es esta: F=TI (es decir, la felicidad es una tarea interior). Como la mayoría de las cosas, la felicidad es fruto de una búsqueda. Por tanto, está al alcance de todos. El único problema es que, si la buscamos fuera (en la apariencia física, en el éxito, en la estima de los demás...) equivocamos el camino.
Luego, a partir de esta idea: la felicidad es una condición natural del ser humano, hace diez sugerencias, cada una desarrollada en un capítulo del libro:
1. Debemos aceptarnos como somos.
2. Debemos aceptar la plena responsabilidad sobre nuestras vidas.
3. Debemos intentar satisfacer nuestras necesidades de relajación, ejercicio y nutrición.
4. Debemos hacer de nuestras vidas un acto de amor.
5. Debemos expandirnos abandonando la seguridad de lo ya conocido.
6. Debemos aprender a ser buscadores del bien.
7. Debemos intentar crecer, no ser perfectos.
8. Debemos aprender a comunicarnos de verdad.
9. Debemos aprender a disfrutar las cosas buenass de la vida.
10. Debemos hacer de la oración parte de nuestra vida cotidiana.
En esos diez capítulos, John Powell , con algunos ejercicios incluidos, nos introduce en el proceso gradual que él considera necesario para experimentar la verdadera felicidad. Pero, advierte:
"Estas vías hacia la felicidad humana son tareas para toda una vida. No se trata de cosas sencillas que se pueden hacer de una vez para siempre... La vida es un proceso de crecimiento gradual; las tareas vitales sólo se pueden realizar paulatinamente. El sendero hacia la felicidad es un puente que hay que cruzar, no una esquina que hay que doblar".
"Estas vías hacia la felicidad humana son tareas para toda una vida. No se trata de cosas sencillas que se pueden hacer de una vez para siempre... La vida es un proceso de crecimiento gradual; las tareas vitales sólo se pueden realizar paulatinamente. El sendero hacia la felicidad es un puente que hay que cruzar, no una esquina que hay que doblar".
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