sábado, 14 de noviembre de 2020

UN SEGUIMIENTO TEMEROSO NO PRODUCE FRUTOS (Domingo 33-A)

 

Llegamos al penúltimo domingo de este ciclo litúrgico; ya para el próximo estaremos celebrando a Cristo Rey, solemnidad con la que cerramos esta etapa del camino, para abrirnos luego, una vez más, a la esperanza del que siempre viene a nuestro encuentro. Les comparto algunas ideas, las mismas que esta mañana de sábado me ayudan a disponerme espiritualmente parea las celebraciones dominicales: 


ORACIÒN COLECTA: Señor, Dios nuestro, concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a ti, creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero.

Esta sencilla oración nos valdría para cada día del año; ya sé que el nuevo misal trae una redacción diferente (no tan diferente como en otros casos), pero yo sigo prefiriendo las del Misal de Pablo VI, por su sencillez y cercanía para con Dios y la asamblea. En este caso es una invocación luminosa, busca a Dios con confianza, se atreve desde lo filial, y con la certeza de participar en la construcción del Reino. Tres palabras la resumen: Alegría-servicio-plenitud. 

Repasemos ahora las lecturas correspondientes: Proverbios (31...) , Salmo 127, Primera Tesalonicenses (5, 1-6), y Evangelio de Mateo (25,14-30).

Primera lectura: Habla de la mujer, tal y como concebían los sabios de aquella época a la esposa perfecta. Resaltan la laboriosidad y la justicia; beneficia el hogar, pero también al de fuera, al que necesita. Trabajo laborioso que construye una familia, una comunidad, abierta, por eso me hace pensar más allá de una mujer concreta, en una comunidad, en la misma Iglesia. 

Salmo: Dichoso el que teme al Señor. El que trabaja por conseguir y mantener lo anterior, por vivir bajo bendición. 

Segunda lectura: "El Señor llegará como ladrón en la noche". Una falsa mística cristiana se funda en la búsqueda de seguridad y paz. Pero la verdadera mística es la del riesgo y la sorpresa; nuestro Dios es ladrón de seguridades burguesas, y por lo tanto nos exige estar disponibles y abiertos a lo nuevo y sorprendente. "Estén despiertos". También ese vivir despiertos implica sabernos y obrar como "hijos de la luz e hijos del día". No durmamos como aquellos que no conocen a Cristo; confrontación entre luz y tinieblas, entre el bien y el mal, entre el egoísmo y el bien común. 


Evangelio
: La segunda de las parábolas de Jesús en el capítulo 25 de Mateo. Una frase me parece significativa, la del servidor que devuelve al dueño lo mismo que había recibido: "Aquí tienes lo tuyo".  Hay un concepto de tradición que supone trasmitir mecánicamente lo que se ha recibido sin vivificarlo, sin aportarle nada, ya sea personal o comunitariamente. Pero en realidad la tradición es algo vivo y operante, que va engendrando también lo nuevo. Entiendo que Jesús cuestiona la pobreza de un seguimiento mimético, temeroso de lo propio y singular que yo aporto a la fe, y del misterio de cada persona, reflejo de Dios en Cristo. Un seguimiento temeroso no produce frutos

EN RESUMEN: En un mundo en crisis, en una Iglesia en crisis (es decir, en proceso de cambios urgentes y necesarios) las lecturas bíblicas de este domingo me hablan acerca de mi condición (Ser: hijo de la luz), de mi actitud como cristiano (Estar: laboriosidad, vigilancia) y de mi obrar cotidiano (Hacer: servir, crear, aportar al bien común). 

Para el cristiano, el horizonte de su esperanza está en el cumplimiento de las promesas de Dios, y de eso habla el final del año litúrgico y también el comienzo del nuevo. Más que del "fin del mundo", los Evangelios nos hablan del fin de un mundo, para que pueda nacer lo nuevo, lo definitivo, lo pleno. Ya podemos encontrar señales de ello, porque no faltan en nuestro entorno  signos de bondad, de sacrificio desinteresado, de servicio al otro, al bien común, aunque falte lo pleno. 

El mensaje cristiano no puede ignorar las aspiraciones y esperanzas humanas, sino que ha de proponerse en conexión con ellas. La plenitud y liberación del ser humano forman parte también de las promesas de Dios. Urge un aporte de ESPERANZA de parte nuestra en todos los ámbitos de la vida actual, pero eso no puede hacerse desde el miedo.

Nuestro aporte urge:

1. Alegría.

2. Servicio desinteresado.

3. creatividad  y riesgo en la Evangelización. 


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