sábado, 11 de marzo de 2023

LA ESPERANZA NO DEFRAUDA

 

En el tercer domingo de Cuaresma (Ciclo A) nos topamos con un hermoso y significativo pasaje de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5, 1-2. 5-8). Seguramente los comentarios de este día estarán centrados en el precioso Evangelio de Jesús y la mujer samaritana, pero ya he comentado varias veces ese texto acá en el blog, por lo que esta vez invito a prestar atención al mensaje de la carta de Pablo: 

"Ya que hemos sido justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado".

El texto habla de fe, esperanza y amor, concatenados en el misterio de la presencia de Dios en nosotros. Habla no tanto de lo que alcanzaremos (la gloria de Dios), sino de lo que ya somos y tenemos (en presente): fuimos hechos justos, alcanzamos paz, vivimos en gracia, y todo eso no por mérito nuestro. Fue Jesucristo quien nos lo alcanzó todo

"Cuando nosotros todavía estabamos sin fuerzas, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos... la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros" (Gratuidad, don inmerecido, pura gracia).

En nuestras devociones y rezos populares se habla con insistencia de pecado, de muerte, de infierno. Qué bueno sería que hablaramos más, en presente, de justificación, de perdon, de gracia, de vida, de gratuidad y de amor. Hay una conciencia fuerte de ser pecadores, pero no de estar perdonados; y ese es el sentido de vivir en cristiano. El cristiano es aquel que vive en alegría y en esperanza, porque se sabe amado y justificado, más allá de su natural fragilidad

Escribe Henri Nouwen: "Quizá no logre tener una correcta disciplina, pero eso no cambia la realidad de que mi cuerpo es un templo donde reside el Espíritu creador, No cambia la realidad de que, como Jesús, soy el hijo amado de Dios. Esa es la verdad".

Y también: "Jesús afirma que es un camino estrecho, queriendo decirnos que ocasionalmente nos saldremos y que eso es asumible. Todo el curso de la vida espiritual supone un caer y levantarse, resbalar saliéndose de la verdad y volver a ella; partir y retornar. Por eso, tanto en nuestra marcha como en nuestro retorno, debemos tratar de recordar que somos bendecidos, amados, apreciados y esperados por Aquel cuyo amor no cambia".

Fray Manuel de Jesús, ocd.




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