viernes, 18 de noviembre de 2011

CREENCIAS


Una creencia religiosa - dijo el Maestro - no es una afirmación de la Realidad, sino un indicio, una pista de algo que es un Misterio y que queda fuera del alcance del pensamiento humano. En suma, una creencia religiosa no es más que un dedo apuntando a la luna.
Algunas personas religiosas nunca van más allá del estudio del dedo. Otras se dedican a chuparlo. Y otras usan el dedo para sacarse los ojos. Éstos son los fanáticos a quienes la religión ha dejado ciegos.
En realidad, son poquísimas las personas religiosas lo bastante objetivas como para ver lo que el dedo está señalando. Y a estas personas, que han superado la creencia, se las considera blasfemas”.
(Anthony de Mello. “Un minuto para el absurdo”).

DOCTRINA
Había un hombre que tenía una doctrina.
Una doctrina que llevaba en el pecho
(junto al pecho, no dentro del pecho),
una doctrina escrita que guardaba
en el bolsillo interno del chaleco.
La doctrina creció.
Y tuvo que meterla en un arca,
en un arca como la del Viejo Testamento.
Y el arca creció.
Y tuvo que llevarla a una casa muy grande.
Entonces nació el templo.
Y el templo creció.
Y se comió al arca, al hombre
y a la doctrina escrita que guardaba
en el bolsillo interno del chaleco.
Luego vino otro hombre que dijo:
“El que tenga una doctrina que se la coma,
antes de que se la coma el templo;
que la vierta, que la disuelva en su sangre,
que la haga carne de su cuerpo...
y que su cuerpo sea
bolsillo, arca y templo.
(León Felipe. “Ganarás la luz”).